Diez años de dos triunfos de renombre de Xavi Tondo

Ciclismo. El vallense hizo historia al conquistar las dos etapas reinas de la París-Niza y la Volta a Catalunya en pocos días

13 marzo 2020 07:37 | Actualizado a 13 marzo 2020 07:55
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«Estoy aquí y podéis creer en mí». Son palabras reivindicativas, un puñetazo sobre la mesa y la materialización de un logro. Las pronuncia Emma Volpini, madre de Xavi Tondo. Ganar las dos etapas reinas de París-Niza y la Volta a Catalunya puede que sean sus triunfos más destacados. Para el ciclista de Valls era su reafirmación como magnífico profesional. Una efeméride que celebra su primera década.

La primera victoria ocurrió en la París-Niza el 13 de marzo de 2010 justamente hace diez años. Estamos en el sexto día de carrera, la etapa reina, con 220 kilómetros y hasta ocho puertos de montaña. El vallense vivía su primera experiencia en la Carrera del Sol en su año de estreno en el Cervélo, donde acudió para trabajar para Carlos Sastre y al que acabó pispándole protagonismo a base de buenos resultados. 

Aquel día Tondo se había metido en la fuga buena. Los puertos y los toboganes hicieron mella en la escapada que perdía efectivos absorbidos por el pelotón. En la ascensión a la subida más dura de primera categoría, el Col de Vence, Tondo impuso un ritmo que nadie pudo seguir

Aún restaban unos treinta kilómetros en solitario hasta meta, en Tourretes sur Loup. Tondo administró sus treinta segundos de ventaja y resistió ante sus perseguidores. Alzó los brazos en meta y apenas cinco segundos más tarde llegaron Valverde, Sagan, Samuel Sánchez, Purito o Luis León Sánchez, ganadores insaciables. 

Cruzó la meta en Tourretes sur Loup tras casi treinta kilómetros agónicos en solitario

Emma vivió junto a su hija Elena ese triunfo desde Valls. «Saltamos de emoción porque sabíamos lo que le había costado a Xavi llegar a profesional entre accidentes y proyectos que no acabaron de funcionar», cuenta su madre. «Significaba demostrar que valía. Por muchas dudas que la gente tuviera, no dejó de luchar. Voluntad y esfuerzo no le faltaron nunca». 

Hablamos con Miquel Àngel Iglesias, exciclista vallense y gran amigo de Xavi: «El triunfo en la París-Niza ratificaba que era un corredor excepcional. Fue una victoria basada en la constancia, luchando para que no le pillaran al final. Todo el mundo vio lo que algunos ya sabíamos y fue su confirmación como un gran ciclista. Pero lo que le hacía extraordinario era su fuerza de convicción y su capacidad de superación para llegar dónde se propusiera. Era un luchador y mejoró a base de constancia».

En el Cervélo Xavi gozó de regularidad y de un proyecto que confió en él. El ya veterano Íñigo Cuesta fue un punto de apoyo y una voz con experiencia en aquel año clave para el vallense. En el Giro, aunque Xavi estaba más fuerte, le tocó trabajar para Carlos Sastre, ganador del Tour dos años atrás. Pese a que en algún momento le habían cortado las alas, ya había dejado muestras de su enorme valía.

Aquel triunfo en la prueba francesa fue la confirmación que Xavi con 31 años era un ciclista de categoría con recorrido por delante. «Ese buen año con el Cervélo hizo que Eusebio Unzué apostara por él y se lo llevara al Movistar. Me dijo que fue una lástima no haber confiado en Xavi antes», explica Emma, que añade: «Cuando fichó estaba muy feliz y allí también encontró buenos compañeros».

Reivindicación catalana

La otra victoria que recordamos es la etapa reina en la Volta a Catalunya, pocos días después de la París-Niza, concretamente el 24 de marzo. El recorrido entre la Vall d’en Bas y La Seu d’Urgell de 185 kilómetros presentaba cuatro puertos y varias cotas. 

Antes de coronar la última cima, el Alt de la Josa del Cadí, Tondo y Joaquim Rodríguez, amigos desde cadetes, se escaparon y se relevaron con éxito en un descenso temerario hasta La Seu. Tras asociarse de forma admirable, se repartieron la gloria. 

Sobre aquella etapa en los Pirineos, Iglesias rememora: «Xavi me contó que cuando se escaparon hubo un momento de duda por parte de Purito, pero entonces él le transmitió su confianza para que la fuga tuviera éxito y al final lograron repartirse la etapa y el liderato de la general».

En la Volta se alió con Purito y se escaparon para llegar ambos juntos a La Seu d’Urgell 

Emma Volpini recuerda que « esa victoria en la Volta a Catalunya fue una reivindicación del ciclismo catalán. Para Xavi era muy importante representar a Catalunya y estuvo en el proyecto de un equipo catalán que no funcionó (Catalunya-Ángel Mir). Hizo el curso de director deportivo porque su intención era potenciar el ciclismo de base, incluso montar una escuela». 

Fue la última Volta pugnada entre dos catalanes. Aunque Purito venció la general, ambos hicieron de su lucha un altavoz de apoyo para proyectos ciclistas de base y con futuro en Catalunya. El año pasado en la Volta solo hubo un catalán, Marc Soler. La protesta de Tondo sigue sin ser escuchada. Pese a ello, hoy recordamos dos triunfos que reivindican una convicción inquebrantable.   

 

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