Dos campeones de la 'Rojita'

Edgar Badia (Barcelona, 1992) vivía una formación dulce en el Espanyol, donde se había convertido en el proyecto más atractivo de las categorías inferiores. El portero del Reus acudió a la Eurocopa de Rumanía sub-19 como franquicia. Fue el titular de un grupo de jugadores elegidos. Entre ellos conserva muy buena relación con Álvaro Morata, el actual delantero del Real Madrid. Con Muñiz existe menos contacto, aunque mucha cordialidad en los encuentros. Ya se vieron las caras en el derbi de la primera vuelta. Se conocieron precisamente en aquella concentración con la nacional. Muñiz repartía caviar en Mareo, la excelente academia del Sporting. Nunca se habían enfrentado. En Rumanía se emocionaron juntos con aquel título sub-19.

Dos goles de Paco Alcácer en la prórroga de aquella gran final ante la República Checa otorgaron el título a la selección, que había vivido un campeonato más o menos holgado. Pasó más apuros en la fase de clasificación, donde tuvo que dejar en el camino a Inglaterra. Tras aquella final sufrida, el grupo quiso celebrar por todo lo alto el título, pero se encontró en una noche de domingo sin ambiente en el lugar elegido. La fiesta fue menos. En todo caso más amable que los inicios en tierras rumanas.

En el partido del grupo ante Bélgica, España se marchó al descanso con ventaja por 1-0. La UEFA decidió suspenderlo debido a una terrible tormenta eléctrica que cayó sobre el estadio y que destrozó material de televisión como dos cámaras, a las que dos rayos alcanzaron. El partido se reanudó al día siguiente, pero empezó de cero. España perdió la ventaja que había alcanzado 24 horas antes, aunque volvió a vencer con un Juan Muñiz (Gijón, 1992) que firmó una de sus mejores actuaciones personales. Dos asistencias y un golazo que elevó la cuenta de la Rojita a cuatro goles.

El asturiano guarda esa Eurocopa como uno de sus recuerdos más preciados. El cuadro con la escena final en la que Álex, Balón de Oro, del torneo alza el trofeo en el palco del Stadionul Concordia de Chiajna (Rumanía) cuelga de la pared de su casa en Tarragona. Juan figura en la fila de abajo, con Edgar Badia en el centro, cerquita del trofeo.

Y eso que Juan no figuraba entre los principales candidatos para acudir. Recuerda la sorpresa con la que acogió su presencia en la lista de 25 futbolistas convocados para las semanas de convivencia previas al torneo. El ‘enganche’ titular era Rafinha, pero una lesión hizo que el azulgrana se perdiera el campeonato.

Otros futbolistas que por edad debían participar en esa selección Sub-19 como Isco o Koke tampoco entraron porque acudieron al Mundial Sub-20 que se celebraba poco después de la Eurocopa de Rumanía. «Era un auténtico lujo jugar con ellos y me siento un privilegiado por poder haberlo hecho», explica el centrocampista del Nàstic.

El seleccionador Ginés Meléndez, el padre de las categorías inferiores de La Roja, forjó un grupo unido de la que surgieron amistades que aún hoy perduran. Muñiz mantiene una estrecha relación con Rubén Pardo. El jugador de la Real Sociedad, cedido al Betis hasta final de temporada, era su compañero de habitación. El intercambio de camisetas cuando coincidieron la pasada campaña en el Sporting-Real Sociedad era una obligación. También con Campaña, del Levante, sigue ese vínculo, facilitado por la coincidencia en la categoría. De los de ‘arriba’ nunca se olvida de mandar un mensaje de felicitación a Morata y Carvajal cuando les llega el éxito.

El derbi reunirá al centrocampista del Nàstic y el arquero del Reus que un día de verano