Dulce despedida (Nàstic 2 - 1 Oviedo)

El Nàstic dice adiós al Nou Estadi esta temporada con un triunfo frente al Oviedo (2-1) en el partido de ida de la eliminatoria de campeón absoluto de Segunda B. Lago Júnior, como ante el Huesca, volvió a abrir el marcador

19 mayo 2017 22:37 | Actualizado a 22 mayo 2017 17:56
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El Nou Estadi despidió una temporada histórica con un buen partido de fútbol. El Nàstic-Oviedo superó las expectativas iniciales. A pesar de la sensación de encuentro amistoso y el sol abrasador que caía en Tarragona a las 12.00 del mediodía, los dos conjuntos ofrecieron un espectáculo digno de la Liga Adelante. Dejaron la agresividad a un lado y se concentraron en divertirse y divertir. Exhibiendo los argumentos futbolísticos que les han llevado a culminar el ascenso a Segunda. El Nàstic con un juego de posesión, imponiendo el ritmo y la circulación. El Oviedo ostentando su enorme pegada. No en vano ha sido el equipo máximo goleador de la Segunda B con 77 goles a favor.

Vicente Moreno y Sergio Egea presentaron dos onces con muchos cambios. Ambos entrenadores se decidieron por la justicia salomónica. Descanso para algunos de sus pilares básicos, pero sin desarmar totalmente el equipo. El entrenador granate dejó fuera a Reina, Mossa, Pablo Marí, Manolo Martínez y Rayco, titulares habituales. El preparador argentino de los carbayones fue aún más revolucionaro y se dejó en Asturias, entre otros, a su mejor hombre, Linares, el ‘pichichi’ de la categoría con 28 goles.

El Oviedo notó más los cambios. En el Nàstic hay más costumbre. Las bajas han habituado al cuadro de Vicente Moreno a sobreponerse a las revoluciones forzadas. Ahí reside su éxito. En su funcionalidad con piezas diferentes. Cada jugador ofrece un matiz, pero las leyes sobre las que reposa el fútbol de Moreno se cumplen a la perfección.

El Nàstic impuso criterio y comandancia. Dirigió el encuentro a su ritmo. Rocha y Marc Martínez hicieron carburar el juego del conjunto grana. Las combinaciones se prodigaron en el centro del campo con un Xisco Muñoz muy dinámico y profundo, marcando los pasillos para que los centrocampistas tiraran sus pases verticales.

Lago Júnior dejó patente que acaba la temporada en su mejor nivel. El marfileño fue el autor del gol histórico que abrió el camino del ascenso ante el Huesca. Frente al Oviedo, el delantero africano también marcó el primer tanto local. Calculó la velocidad y el salto para raspar con su cresta identitaria el balón bombeado que le puso milimétricamente Marc Martínez. El portero local se quedó a media salida. Tres pasos por delante de la línea de gol. Los suficientes para quedar ‘vendido’ ante la parábola que trazó la pelota despedida por la testa de Lago.

El Oviedo puso a prueba el entramado defensivo grana. Midió su nivel de concentración. Lo encontraron elevado. Ni Xisco Campos, ni Molina y tampoco Pol Bueso entienden el fútbol sin dejarse la piel en cada acción. Su mayor valor es su entrega. Secaron a los atacantes carbayones que tuvieron que tirar de los disparos lejanos para generar peligro.

Y vaya si lo hicieron. Avisó Omgba con un golpeo desde el balcón que salió lamiendo el poste de la portería defendida por Reina. Sergio García hizo diana. El extremo dibujó la paralela y soltó un zapatazo directo a la escuadra. Imparable. Un golazo con el que concluyó la primera mitad.

El segundo tiempo arrancó con un susto para la parroquia local. Un tiro cruzado de Dioni que se estrelló en el palo. Los asturianos se animaron pero pronto el partido volvió a su cauce, con un Nàstic mandón y un Oviedo inteligente cuando cogía el esférico.

El duelo se rompiócon el penalti de Omgba sobre Lago Júnior. Hubo falta, aunque la acción fue fuera del área. Marcos De la Espada engañó a Magunazelaya y convirtió la pena máxima.

 

Regreso de Gerard

Entró Gerard Valentín para jugar los últimos 20 minutos. Ha estado cuatro meses parado por una lesión de rodilla. No lo pareció. Derrocha calidad por los cuatro costados. Ya lo puede poner Vicente Moreno de lateral, como de extremo, donde jugó ayer. Cuando pone la directa es imparable. Los defensores van quedando atrás. Incapaces de prever por dónde va a tirar el gerundense.

Valentín rozó el retorno perfecto. Tuvo el gol en sus botas en dos ocasiones. Una volea que se estrelló en el travesaño y una jugada personal en la que acertó en la definición pero le faltó fuerza para batir al arquero ovetense.

La eliminatoria sale de Tarragona con el grana como color dominante, a la espera de si el miércoles, a las 20.30 horas, el Carlos Tartiere es capaz de empujar a su equipo para remontar. De momento, el Nàstic es campeón.

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