Dumitru: 'Soy un citizen world'

Entrevista al futbolista del Nàstic y que este domingo jugará frente al Alcorcón, su exequipo

21 marzo 2018 19:20 | Actualizado a 24 marzo 2018 19:36
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Nicolao Dumitru Cardoso (Nacka, Suecia, 1991) llegó al Nàstic en el mercado de invierno tras jugar seis meses en Alcorcón. Este domingo regresa a Santo Domingo para devolverle al Nàstic el gol que le marcó vistiendo de alfarero en la primera vuelta.

Estuviste sólo seis meses en Alcorcón. Casi no tuviste tiempo ni a jugar.
Es el fútbol. Tengo 26 años y ya he acumulado muchas experiencias. Sé que los contratos sirven para dar más fuerza al club, pero si estás en un sitio donde el míster tiene otras ideas lo mejor es irte a buscar la vida. Lo más importante para un jugador es tener continuidad y sentirse importante. Cuando Emilio habló conmigo no tuve dudas de que puedo sacar todo mi potencial en este club. 

Aún estar tan poco tiempo, ¿es un partido diferente?
Sí, porque salí bien de allí, con el club y los compañeros. Personalmente tengo más motivos para ganar, pero no quiero que todo recaiga en mis expectativas. Es un partido importante para todo el equipo.

En el partido de la primera vuelta en el Nou Estadi, marcaste el 0-2 a favor del Alcorcón. ¿Le debes un gol al Nàstic?
Es uno de los motivos por lo que me gustaría jugar. Para empatar mi marcador personal y darle los tres puntos al Nàstic.

¿Cómo estas físicamente después de la lesión?
Por mis características, siendo un jugador explosivo, estar un mes fuera se nota. Pero las sensaciones ante el Córdoba fueron bastante buenas.

Santo Domingo es un estadio de esos pesados. En los que habrá que trabajar mucho para ganar.
Será un partido muy difícil. Cuando estaba allí la fuerza del equipo eran los partidos en casa. El campo da la sensación de que es pequeño, pero no lo es tanto.  Tendremos oportunidades de ganar.

¿Aparcamos el problema del Nou Estadi?
Cuando llegué le pregunté a los más veteranos sobre lo que pasaba en casa. Recuerdo que cuando visité el Nou Estadi con el Alcorcón, los primeros 20 minutos, el Nàstic nos mató. Marcamos un gol y luego empazamos a ser mejor. Y eso es lo que pasa ahora. 

Padre rumano, madre brasileña, nacido en Suecia y criado en Italia. ¿De dónde es Nicolao Dumitru?
Soy un ‘world citizen’, un ciudadano del mundo. Cuando era más pequeño sí sufría más esa necesidad identitaria. Estuve hasta los 7 años en Suecia. Luego mi padre se fue a trabajar a la Universidad de Pisa (Italia). Yo iba los veranos para ver si me gustaba hasta que nos marchamos a vivir a Empoli. Estoy muy contento de mi pasado. Hablo seis idiomas, porque siempre me ha gustado aprender lenguas nuevas, y tengo un bagaje cultural que me ayudará después de mi carrera deportiva. Me siento italiano, con mucho cariño por Suecia.

Futbolísticamente creciste en Empoli (Italia). ¿Te consideras un futbolista clásico italiano?
No. Por eso intento buscar nuevas experiencias fuera de Italia. Mi perfil encaja en un fútbol más ofensivo, menos táctico. Lo que sí aprendí en Italia es a tener esa mentalidad profesional que difícilmente encuentras en otro país.

El fútbol español se asemeja más a tu perfil. Se te ve cómodo.
Estoy realmente contento de estar aquí porque es verdad que me siento más cómodo. Y me ha sorprendido a mí mismo. Mi calidad principal no es la técnica, pero desde que estoy aquí he mejorado bastante y todavía puedo hacerlo más.

Has vestido seis camisetas en Italia pero sin lugar a dudas la del Nàpoles es la más destacable. ¿Cómo defines tu paso por el club partanopeo?
Fue un sueño y al mismo tiempo muy difícil. Pasé una temporada en el primer equipo y luego cuatro o cinco pretemporadas antes de salir cedido a la Serie B italiana, Grecia o la Championship inglesa. El problema de las cesiones, si se trata de un club grande como el Nápoles, es que cuando el equipo al que vas logra los objetivos entra en juego el ‘business’. Juegan los futbolistas de propiedad. Ese fue uno de los problemas de mi juventud en el fútbol.

Dicen de Nápoles que es muy particular. Muy suya. Para un ‘world citizen’, como te has calificado, ¿te resultó fácil adaptarte al club?
Fue muy difícil. Nápoles es una ciudad que te da mucho, pero al mismo tiempo te lo quita. No tienes privacidad. Los napolitanos viven por el fútbol. Hay familias que tienen poquísimo dinero y cogen lo poco que ganan para ir al estadio. Me considero un chico bastante sensible y llegando allí con 18 años supuso un impacto enorme. Como jugador podía estar, pero no como persona.

En San Paolo estuviste al lado de jugadores como Edison Cavani, Ezequiel Lavezzi, Hamsik o Insigne. ¿Cuál te sorprendió?
El ‘Pocho’ Lavezzi. Cuando estaba en Nápoles, con 24-25 años, era impresionante. Cavani también. Su hambre de gol era impresionante, pero Lavezzi tenía un mix de magia y fuerza perfecta.

Has desarrollado buena parte de tu carrera en la Serie B. ¿Hay algún parecido entre la Segunda española y la italiana?
Antes de llegar a España escuché muchas cosas de la Segunda división. Que si había poca calidad, que dependía de dónde jugaras... Me sorprendió ver que hay mucha más calidad que en la Serie B. Los goles que se ven aquí es muy difícil de ver en la segunda división italiana. 

¿En qué sentido?
La Serie B es el tradicional fútbol italiano en su máxima expresión. Los equipos se cierran y se limitan a impedir que el rival pueda jugar a nada. El catenaccio al máximo. Es difícil ver un gol porque un jugador ha encarado al rival y lo ha superado.
 
¿Estás de acuerdo con que el Calcio ha perdido esa capacidad de producir jugadores de calidad?
Antes, cada generación tenía a un futbolista que sobresalía. Totti, Baggio, Del Piero, etc. Ahora no. El fracaso de no ir al Mundial de Rusia 2018 puede servir como punto de partida de cara al próximo Europeo.

Para un italiano, ver a la selección azzurra fuera del Mundial es un auténtico palo.
Sí. Sinceramente me lo esperaba. Después del 1-0 en Suecia ví que era complicado que Italia fuera capaz de remontar teniendo que asumir el protagonismo del partido en la vuelta sin jugadores de nivel internacional. Los tiene, pero atrás. El único que podía hacer algo era Lorenzo Insigne y no jugó. 

Al menos pasó Suecia al Mundial de Rusia...
Fue difícil elegir bando, pero dentro de la tristeza como italiano por ver que la selección no estará en Rusia tuve la felicidad de que estará mi país natal. 

Seguro que jugaste con muchos futbolistas de la Absoluta en ese Mundial Sub-20.
El mismo Insigne, con el que compartí vestuario en Nápoles, Verratti, El Sharawi, etc. 

No falta en tu currículum un paso por Inglaterra. En el Nottingham Forest. Un histórico (tiene dos Copas de Europa 1978/79 y 1979/80) en horas bajas.
Es la única afición de Championship que presiona a sus jugadores. Normalmente, en esta división, juegas y ganes o pierdas o empates la gente aplaude y se va para sus casas. Pero el Nottingham Forest vive de su pasado y no le ayuda. 

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