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Edgar suele generar empatía con sus hinchadas. En Sant Andreu, donde explotó como futbolista, todavía se acuerdan de su rostro. En verano de 2013, después de un curso excelente en el Narcís Sala, dio el salto a Segunda División. Firmó por el Sabadell con el entusiasmo de un juvenil. Le habían puesto unos zapatos nuevos y quería aprovechar su momento. A los futbolistas si no les dejan demostrar les cortan las alas. Edgar no tuvo opción. El ostracismo, el poco protagonismo, le consumió. En la 2013-14 dejó de competir a menudo como arlequinado, aunque curiosamente siempre mantuvo el cariño de los hinchas. Todavía hoy se acuerdan del de Gavà por las redes sociales.
El fichaje por el Reus, al límite del mercado veraniego de 2014 vino precedido de un tira y afloja desagradable con la junta del Sabadell. «No salí muy bien de allí, aunque la gente que estaba en el club ya no sigue». Edgar, eso sí, guarda un buen recuerdo de la hinchada del Sabadell. «Siento mucho respeto por ellos. Me trataron siempre muy bien».
En todo caso, el atacante tiene claro que «mis colores son los del Reus y voy a la Nova Creu Alta con el objetivo de ganar el partido. Si marco lo voy a celebrar porque represento a otro club que también merece respeto». Edgar anotó un gol en la Liga como arlequinado, ante el Betis, y dos más en Copa Catalunya.
Un escenario ideal
Sin duda, la Nova Creu Alta es uno de los escenarios más atractivos de Segunda B. «Es un campo increíble para jugar bien al fútbol. Creo que adapta mucho a nuestras características y motiva volver allí. Además suele haber buen ambiente», reconoce un Edgar ilusionado con el momento que atraviesa su Reus. «Estamos entusiasmados con hacer algo importante esta temporada. Muy unidos».
Hasta el momento, Hernández encabeza la nómina de máximos artilleros rojinegros con 11 dianas, las mismas que su socio en el ataque, Álex Colorado. En la cita de la primera vuelta, Edgar ya le marcó al Sabadell en el Estadi municipal.
