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Òscar Cadiach afronta su primer gran reto tras la culminación de los 14x8.000 metros sin oxígeno adicional una vez ascendió el Broad Peak el pasado 27 de julio. Su siguiente cumbre es el Aconcagua, aunque con cambios notables sobre sus planes iniciales ya que finalmente Gerard Descarrega, a quien pretendía conducir hasta la cumbre, causa baja en la expedición. Una sobrecarga muscular, de la que se encuentra en plena recuperación, impide al campeón mundial y paralímpico de los 400 metros lisos -en la categoría de ciegos totales- unirse a la expedición que ha partido este domingo hacia Argentina.
Cadiach, que ha escalado en ocho ocasiones el Aconcagua a lo largo de su trayectoria deportiva (la última en 2010), acude a la cima más alta del continente americano acompañado de la alpinista de Les Borges del Camp Maria Cinta Aymamí y la andorrana Estefanía Troguet, esta última con experiencia en montañas como el Cervino, el Kilimanjaro, el Elbrus y el Huayna Potosí, en los Andes bolivianos.
El grupo inicial tenía que ser más amplio para apoyar la aventura de Gerard Descarrega, pero sin su presencia ha quedado ahora más reducido.
Pese a todo una vez en Mendoza (Argentina) les espera Juan Ignacio Lucero, un experimentado guía local que cuenta con decenas de ascensiones al Aconcagua y amigo personal de Cadiach desde que ambos coincidieran en la expedición al Manaslu (8.156 metros) que el tarraconense alcanzó en el año 2011.
Precisamente tras aquel éxito Cadiach, que justo entonces llevaba diez años sin ascender ningún ochomil, se decidió a completar los seis últimos gigantes de la Tierra que le faltaban: Annapurna, Dhaulagiri y K-2 (los tres en 2012); Kanchenjunga y Gasherbrum I (en 2013); y el Broad Peak (en 2017), que le costó cuatro expediciones consecutivas.
