El CBT impone la lógica y vence a un colista con mucho tesón

Los cebetistas vivieron un partido muy incómodo ante un Roser que plantó batalla hasta el final

07 marzo 2020 20:20 | Actualizado a 10 marzo 2020 12:18
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El Ibersol CBT lleva tanto tiempo instalado en la victoria que su inercia le convierte en un equipo que no necesita alcanzar el notable para conquistar un triunfo. Con una versión aseada le es suficiente para tumbar a los rivales. Da igual que el contrario lo de todo y no se descuelgue del partido en ningún instante, el conjunto cebetista no tiene clemencia. Ayer el Roser, el colista del grupo C-B, lo hasta el final, pero terminó cayendo por una ventaja de 15 puntos (71-56) que no reflejó la incomodidad de partido que se encontró el conjunto de Berni Álvarez.

No hay rival fácil si uno no sale con los cinco sentidos a la pista. Da igual que se midan líder y colista. Cuando uno de los dos equipos comparece sin ese feeling necesario para responder a la lógica, la cosa se complica. Ayer el Ibersol CBT vivió una tarde así. Porque los de Berni Álvarez irrumpieron en el Serrallo con fuerza, pero no le dieron esa continuidad necesaria en los primeros dos cuartos. Estuvo siempre por delante en el marcador pero nunca llegó a romperlo y eso situó el partido en un terreno incómodo para los locales y esperanzador para los visitantes.

La ventaja con la que se llegó al final del primer cuarto era importante. 12 puntos era la brecha que había abierto una versión insulsa del CBT. Dos triples de Zanca y algunas buenas acciones de Ferran Torres habían sido los únicos toques de picante en una versión más que terrenal de los cebetistas. Aún así se llegó a pensar de manera errónea que el Roser iba a enterrar el hacha de guerra.

No fue así, el colista del grupo C-B nunca se fue del partido. Corazón y tesón. Fueron reduciendo la ventaja con dos argumentos sólidos: los triples y la capacidad para incomodar a una segunda unidad del CBT que no entró bien en el partido.

En el segundo cuarto todo se fue igualando. Triple tras triple, el Roser se iba metiendo en el partido. Ya ni con la primera unidad en cancha, el CBT pudo volver a imponer una brecha lo suficientemente sólida en el marcador antes del descanso. Los últimos compases del segundo parcial evidenciaron que en ese partido que teóricamente iba a ser desigual, los detalles iban a jugar un papel mucho más decisivo de lo esperado. El CBT se fue al descanso con una ventaja de 5 puntos (37-32). Una distancia en el marcador que demostraba que la distancia ayer entre el líder y el colista no estaba siendo ni mucho menos como marca la clasificación.

Tras la reanudación, el CBT salió con otro ritmo, sobre todo en fase defensiva. El conjunto de Berni Álvarez fue consciente de que con el trayecto de la primera mitad el partido se podía ir a territorio de sufrimiento tan innecesario como peligroso.

Ferran Torres alzó la voz y aglutinó el juego ofensivo del CBT. El pívot cebetista mostró su poderío y su talento ofensivo. Fue sencillamente incontenible. En los días grises, en los días claros, le da igual, el ‘Tiburón’ siempre está. Su condición de jugador determinante en EBA no es casualidad. Ayer anotó seis puntos consecutivos tras la reanudación que fueron claves para romper el partido (49-36).

En todo caso, el Roser volvió a demostrar su personalidad. Con ese duro parcial encajado en los primeros minutos del tercer parcial, otro equipo se hubiese dejado llevar. No fue así. La actitud de los chicos de Juan Hereza fue destacable. Si alguien esperaba un colista desahuciado se encontró a un equipo que exprimió al CBT en todo momento. Su actuación en el Serrallo fue loable.

En realidad el parcial que lideró Ferran Torres sí que fue determinante. La ventaja hizo daño. Mucho. El Roser no le perdió la cara al partido, pero el CBT controló la ventaja en todo momento. Al último cuarto se marchó con un +8 más que interesante (54-46).

En la última manga el partido terminó de decidirse. El CBT subió su ritmo ofensivo y le hincó el diente al Roser en defensa. Su intensidad subió y ambos equipos comprendieron que no iba a ver lugar para la sorpresa. Todo andaba decidido. Los instantes finales fueron un quiero y no puedo de un Roser que se negó a aceptar su derrota hasta el final, pero finalmente terminó cediendo (71-56). Los cebestistas suman ya su séptima victoria consecutiva. Nadie les para.

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