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El CF Reus da por perdido por 3-0 el partido que este domingo por la tarde le debía enfrentar al Castelldefels a partir de las 18.30 horas, en la primera jornada de Liga de Tercera División, ante la imposibilidad de desembrozar la complicada situación institucional y económica por la que atraviesa la entidad desde hace meses. A pesar de ello, y aunque la situación que se vive sigue siendo muy difícil, corren aires de un cierto optimismo en el seno del club rojinegro, que trabaja con la posibilidad de desbloquear de un momento a otro la tramitación de licencias federativas, empezar a poder inscribir jugadores e incluso armar, al menos, un equipo mínimo con el que poder afrontar el segundo encuentro de Liga, previsto para el próximo domingo 8 de septiembre, a las 12.00 horas en el Municipal de Reus.
El club de la capital del Baix Camp se aferra a un extremo para argumentar ese ambiente de positivismo. Tras unos días de intensas negociaciones, el CF Reus, a fin de poder desbloquear los trámites de licencias, necesitaría abonar los 221.000 euros en tanto que deuda pendiente con los jugadores del segundo equipo y no la cifra de 2,2 millones que tenía pendiente con los futbolistas del primer equipo.
El club, según la documentación que la Real Federación Española de Fútbol envió a la Federació Catalana, tenía pendiente esa deuda con el filial y no la total, dado que también sostiene que ha podido demostrar que los jugadores del primer equipo han cobrado sus cantidades pendientes. Se trata, así pues, de una cantidad mucho más reducida y, por lo tanto, asequible. Los otros 2,2 millones constituyen una cantidad que reclama La Liga y que, según el CF Reus, no tienen relación con los requisitos de la Federación Española. Un pago de esos 221.000 euros en las próximas horas podría empezar a desencallar la situación, aunque el estado de las cosas es igualmente crítico porque el reloj corre en contra.
Si la institución del Baix Camp no consigue subsanar esa deuda y desbloquear las licencias, será expulsado en la segunda jornada de competición, algo para lo que apenas quedan siete días, según establece la Federació Catalana de Futbol. Los plazos, pues, son muy justos, y más todavía cuando se está pendiente de los respectivos trámites y de los pasos que pueda dar el administrador concursal, David López, además de lo que haga Clifton Onolfo, máximo accionista de los rojinegros.
En el plano deportivo, el optimismo ha vuelto a rebrotar, empezando en la figura del que sería el entrenador para este nuevo proyecto en Tercera, Ramon Maria Calderé. El técnico es optimista y cree que, si se desencalla la tramitación de las fichas, en unos días se podría tener confeccionado un equipo para competir el próximo domingo, a la espera de tener completada toda la plantilla más adelante.
