El CF Reus, último equipo que ha conquistado el fortín de El Sadar

FÚTBOL. Osasuna, que el domingo batió su récord de imbatibilidad como local, cayó hace un año en la Copa

05 noviembre 2019 17:20 | Actualizado a 05 noviembre 2019 17:32
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

12 de septiembre de 2018. Hace prácticamente un año. El CF Reus y sus circunstancias se presentan en el estadio de El Sadar, en Pamplona, para medirse a Osasuna en la primera eliminatoria de la Copa del Rey. Osasuna, con Jacoba Arrasate como nuevo jefe de filas, va como un tiro en casa. No pierde desde abril de 2018 ante el Tenerife y piensa en el ascenso a Primera como gran reto.

El Sadar siempre se ha distinguido como un escenario especial, muy inglés, casi siempre inmerso en un ambiente extraordinario de fútbol. No resultó distinto aquel miércoles copero, a pesar de que el Reus viajó con lo puesto, metido en un mar de problemas, por los impagos de las nóminas y la escasez de fichas del primer equipo. Xavi Bartolo, el entrenador, incluye en el once a chicos del filial como Planas, Arjona, Pereira, Planas y Guerrero. Se reserva a su guardia más consolidada para el campeonato de Liga. En la previa, el entrenador admite que «la Copa no llega en el momento más oportuno para nosotros».

En aquel once también actúa el arquero Pol Freixanet, suplente de Edgar Badia en la competición doméstica. Freixanet sujeta al Reus en los primeros 20 minutos, cuando Osasuna asedia con uno de esos arreones típicos en El Sadar, impulsado por las gargantas de los hinchas, que piden éxito sin descanso. Tres intervenciones majestuosas del portero mandan un mensaje a Bartolo. «Estoy preparado». Permiten al equipo alcanzar el descanso con vida y ya muy metido en la pelea.

Fran Carbia compareció en el segundo tiempo para abrir el marcador con una acción muy de Carbia. Quiso centrar, casi a trompicones, la pelota chocó con Miguel Flaño y besó la red. El 0-1 parecía utópico pero era real. Se amplió poco después. Bartolo acudió a la rotación para arroparse en Juan Domínguez. Ingresó en el césped y prácticamente en el primer balón que acarició, lo mandó a gol. Remate a bote pronto.

La noche se consumió con Osasuna volcado, obligado a un esfuerzo extra porque sus aficionados le impiden que bajo los brazos. Clerc redujo distancias en la recta final y la amenaza de la prórroga podía alterar cualquiera de los planes que Bartolo había diseñado para no dañar la salud de su equipo.

El Reus resistió gracias, de nuevo, a la capacidad de su guardameta, Pol Freixanet, que terminó la cita como la empezó, a un nivel altísimo, aniquilando cualquier sospecha sobre su categoría. El 1-2 resultó tan inesperado como sorprendente y ofreció el pase a la segunda ronda a los rojinegros. Ese día tampoco pensaron que se convertirían en el último equipo capaz de ganar en El Sadar. Desde entonces, Osasuna ha mantenido virgen a su estadio.

El récord ante el Alavés

La victoria liguera de este domingo ante el Alavés (4-2) ha permitido a Osasuna batir su récord de imbatilibidad en casa. Acumula 31 encuentros consecutivos sin derrotas; superando así la treintena de partidos logrados entre los años 56 y 58 en el viejo campo de San Juan.

Un registro al alcance de muy pocos y con varios protagonistas. El primero: Jagoba Arrasate. El técnico vasco no ha perdido ningún envite de Liga desde que recaló en Pamplona hace campaña y media. Curiosamente sólo ha cedido uno, el de Copa del Rey de hace un año, con el CF Reus como verdugo.

Comentarios
Multimedia Diari