El CF Reus ya liquidó una SAD en 2010

El equipo también competía en Tercera División, aunque la deuda era muy inferior. Ramon Alabart ejercía como presidente

27 julio 2019 15:38 | Actualizado a 28 julio 2019 16:10
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El CF Reus se encontró con una situación similar a la actual en 2009, justo cuando Ramon Alabart se hizo cargo de la presidencia del club, en una situación institucional y económica más bien precaria. El Reus seguía regido entonces por una Sociedad Anónima Deportiva, la que había formado Antonio Alonso como máximo accionista en la temporada 2002-2003. Alabart, como condición indispensable para entrar en el cargo, pidió extinguir esa SAD y el proceso necesitó algo más de un año para cerrarse.

El Reus competía entonces en la Tercera División y generó un proyecto de la mano de Santi Castillejo, que debutaba como primer entrenador, más una plantilla completada con futbolistas, en su mayoría, de la zona. Para disolver la Sociedad Anónima Deportiva, el club necesitó pactar un acuerdo con dos entidades bancarias (La Caixa y Caixa Penedès) para pagar dos créditos a los que la SAD debía una cantidad cercana a los 400.000 euros debido a los intereses que se habían generado. El acuerdo entre las dos partes fue abonar las cantidades iniciales sin intereses. Es decir, cerca de 200.000 euros. 

En 2010, después de un año de negociaciones y recogida de documentos necesarios para sellar el adiós de la Sociedad Anónima Deportiva, el Reus pudo colgar en el registro Mercantil la situación real de la SAD. Si en 30 días nadie reclamaba nada, la misma Sociedad Anónima Deportiva iba a quedar disuelta. Así surgió. Antonio Alonso, el hasta entonces propietario, apoyó todos los pasos que dio la entidad para extinguir ese formato empresarial. Era el primer interesado en desvincularse del club. Le cedió poder de acción a Alabart cuando éste tomó las riendas. Junto cuando se extinguió la SAD, le otorgó el traspaso de poderes final. 

Ramon Alabart, Antonio Sánchez y Pere Rubio constituyeron entonces un club social, en el que los socios volvieron a disponer del rol romántico de toda la vida. La entidad logró mantener todas las categorías vigentes comprando los derechos históricos y los bienes inmateriales del Reus a Alonso, el antiguo propietario, que quedó desvinculado. Curiosamente esa misma temporada, la 2010-11, el CF Reus logró ascender a Segunda B, un mes de junio en Níjar. 

Una deuda mayor
El escenario actual resulta mucho más complejo. La SAD es deudora de una cantidad mucho mayor, podría superar los cinco millones de euros, y, de momento, no dispone de activos económicos. No tiene estructura deportiva ni jugadores y su futuro en Tercera División resulta una quimera. Ahora mismo parece imposible. La única forma para disolver la SAD pasa por solventar la deuda, como en 2010, o alcanzar un acuerdo de pago con los acreedores, dentro de concurso de acreedores en el que el Reus se encuentra inmerso desde marzo. La liquidación de la sociedad, eso sí, supondría la desaparición del club. Perdería todas las categorías y provocaría que Reus necesitara recuperar su club de fútbol con una nueva refundación. 

El Reus recuperó el formato empresarial de Sociedad Anónima Deportiva en 2016, ya con Joan Oliver al frente del proyecto, y con la intención de acceder al fútbol profesional. Uno de los requisitos indispensables para competir en LaLiga de Fútbol Profesional es que los clubs pasen a convertirse en SAD, como lo ocurrió al Reus, que en mayo de 2016 alcanzó su primer ascenso a Segunda División. Después de dos años y medio con buen tono deportivo en la categoría de plata, las deudas económicos han ahogado de nuevo a la entidad, que ahora mismo dispone de un futuro muy incierto.La irresponsabilidad, primero de Oliver, y ahora de Onolfo, al mando de la SAD, hace que la ciudad pueda quedarse sin fútbol.

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