El Dragao despide al Reus de Europa

El Dragao despidió al Reus de Europa, en esa final encubierta que los rojinegros afrontaron en territorio enemigo. Necesitaban un empate en la casa del Porto, uno de los grandes aspirantes al título, y se quedaron a medio camino. La realidad es que compitieron con dignidad e incluso le disputaron la jerarquía del partido. No bastó con eso. Los de Garcia quedan fuera de los cuartos de final, en beneficio del Lodi italiano.

El Reus necesitaba sujetar el vendaval de ritmo del Porto en la inauguración de la noche. Sus despegues resultan asombrosos. Sino andas organizado te devora, porque no sólo tiene vértigo, dispone de exceso de talento. El asedio en esa puesta en escena lo sujetó el Reus, muy meticuloso en el repliegue. Convirtió los ataques del enemigo en un frontón. Incluso se le abrieron caminos para contragolpear. Mientras el Porto quería finalizar sus ataques en pocos segundos, el Reus necesitaba alargarlos para incomodar al dragón. Velocidad frente a cerebro.

En todo caso existe un condimento indispensable para conquistar el Dragao. Cualquier aspirante a eso precisa ser valiente. No basta con juntarse y apretar los dientes. El escenario pide contundencia extra en ataque. El Reus logró sentir cierta comodidad con la pelota con el consumo de los segundos  y visitó la portería de Grau. Careció de la calidad extra de los grandes definidores. No acertó lo que debería. Àlex y Julià amenazaron sin puntería.

Garcia activó la rotación con cierta osadía. Soltó al júnior Jan Escala el día de mayor responsabilidad. Tampoco había más fondo de armario. Cristian Rodríguez no estaba para muchos minutos por inclemencias físicas y Romà Bancells viajó, pero vio el partido desde la grada. Responder a la exigencia física que iba a plantear el Porto, una de las plantillas más extensas del planeta, obligaba a ofrecer respiros de vez en cuando. Así lo entendió Garcia.

Una deliciosa combinación entre Salvat y Tiago, en la boca del lobo, confirmó el correctísimo primer tiempo del Reus. Grau respondió de nuevo a esa tentativa rojinegra, aunque los de Garcia enviaban un mensaje, cuanto menos de resistencia. El 0-0 tras los 25 minutos iniciales decoró una labor defensiva efectiva del Reus, arropado en la seguridad que transmitió Ballart bajo el arco.

La belleza se apoderó del juego con la llegada de los goles y una pelea sin cuartel. El segundo tiempo fue un intercambio de golpes maravilloso. El Reus se apoyó en el virtuosismo técnico de Marc Julià para responder a los golpes del Porto, con Rafa y Alves como grandes argumentos ofensivos. Dos delanteros obsesionados con el desequilibrio, artistas de los malabares con el stick.

El Reus se presentó al desenlace con un empate a tres que hubiera soñado en el diseño previo. Restaban 10 minutos y parecía entero el equipo, confiado en su plan. Helder Nunes, con un disparo desde media distancia otorgó ventaja al Porto con los rojinegros en inferioridad numérica. Carballeira cometió penalti sobre Coco y recibió la azul. Rigurosa. Ballar, gigante, le había detenido el primer intento a Nunes.

Ni siquiera el dominio luso modificó el guión. Sólo obligaba a los de Garcia a descubrirse, a desnudar el riesgo. Lo intentaron con el alma, pero este equipo todavía carece de un toque diferencial para competir por los grandes premios. El doblete final de Helder Nunes exageró el éxito luso y despidió al Reus de Europa.

Porto. Grau, Helder Nunes, Rafa, Alves y Reinaldo García. También jugaron: Giulio Coco, Poka y Telmo Pinto.

Reus Deportiu Miró. Ballart, Carballeira, Tiago Rafael, Marc Julià y Joan Salvat. También jugaron: Àlex Rodríguez, Cristian Rodríguez, Jan Escala.

Goles: 1-0, Rafa (26’), 1-1, Àlex Rodríguez (27’), 2-1, Alves (33’), 2-2, Julià (37’), 3-2, Alves (37’), 3-3, Julià (39’), 4-3, Helder Nunes (41’), 5-3, Helder Nunes (48’), 6-3, Helder Nunes (50’).

Árbitros: Ferrari y Galoppi. Azules para Alves y Carballeira.