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La visión de un fútbol popular, enfocado al barrio y a las raíces románticas se puede encontrar en el FC Tarraco, la entidad de Campclar que revindica lo tradición y rechaza el negocio. Una de las secciones más emblemáticas del Tarraco es la del fútbol femenino, con siete años de vida. Empezó como un equipo amateur de fútbol siete y hoy se ya se ha convertido en emblema del club en el fútbol once. Pertenece a la Segunda Catalana.
Jandro Encuentra se ha convertido en el coordinador de la apuesta femenina y convive en el Tarraco desde los inicios. «No vemos el fútbol solo desde un prisma competitivo, tenemos un carácter social, una función de integración a la que damos mucha importancia», refleja.
Aquel primer equipo del estreno reunió a 13 jugadoras, en la actualidad el fem ya dispone incluso de categorías inferiores para las chicas del barrio que deseen iniciarse. Se acentúa así esa aportación deportiva de compromiso con la vida rutinaria de Campclar. «Utilizamos el fútbol como excusa para involucrarnos en el día a día del barrio», refleja Encuentra.
El FC Tarraco femenino cuenta con el primer equipo amateur de fútbol once, otro de fútbol siete y un conjunto cadete-infantil que milita en la liga del Consell. «Todas son chicas del barrio, el objetivo es nutrir la primera plantilla con ellas en un futuro», confirma el coordinador.
El amateur de Segunda Catalana ha inaugurado el campeonato de una forma inmaculada. No ha perdido un sólo partido desde el arranque y para muchos parte como uno de los favoritos para el ascenso a Primera, aunque «no nos marcamos ese objetivo, ni ponemos presión a las jugadoras», reafirma Jandro.
En ese plantel de 22 futbolistas se encuentra la capitana Laia García, en el club desde el día de la fundación, al igual que Marta González. Con nueve puntos en tres partidos disputados, las tarraconenses lideran el grupo y este fin de semana van a disputar un duelo directo en la lucha por ese liderato con la Fundació Futbol base Reus. Se trata de uno de los envites más atractivos de la temporada.
En todo caso, los éxitos resultadistas no quitan el sueño a los dirigentes de una entidad que se ha implicado con Campclar de una forma distinta, a través del deporte y la capacidad de unión y de valores que posee el fútbol. Los chicos y chicas del barrio ya disfrutan de un atractivo para evitar problemas.
