El Gran Museo 'no-oficial' del Tenis de Mesa

Tenis de Mesa. El palista de Vimbodí i Poblet Josep Francesch acumula en su casa 280 camisetas de jugadores y 600 pelotas de ping pong. Una colección para la que pide el reconocimiento de la Federación Internacional

18 marzo 2020 15:25 | Actualizado a 21 marzo 2020 18:15
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La pasión de Josep Francesch por el tenis de mesa no tiene límites. «Soy un enfermo por este deporte», reconoce. Lo es desde que cogió una pala de ping pong en Vimbodí i Poblet para tirarse horas y horas de las vacaciones de Navidad en la Iglesia del municipio, donde estaba la única mesa disponible en el pueblo. Su carrera le llevó al Gimnàstic de Tarragona. Dos años se pasó en la sección de tenis de mesa del club grana. Hasta que el CT Borges, uno de los más potentes del panorama nacional con el sénior en la Superliga española, se fijó en él.

Dieciséis temporadas después ahí sigue. Ejerciendo las labores de entrenador de la base y acumulando camisetas y camisetas de los jugadores más importantes del mundo. Una labor que le ha llevado a acaudalar 280 equipaciones y 600 pelotas. Material suficiente para fundar un museo. Y ese es el objetivo de Josep Francesch. Conseguir que la Federación Internacional de Tenis de Mesa (ITTF) reconozca su colección personal. «El lema de la organización es ‘For All. For life’ (Para todos. Por vida) que aboga por la difusión de nuestro deporte. Creo que un museo ayudaría en gran medida a la expansión del tenis de mesa», comenta. Ha intentado ponerse en contacto con los responsables de la ITTF pero de momento sin éxito.

De la modestia a la pasión

Francesch comenzó su colección personal de camisetas de manera modesta hace cuatro años. Las primeras equipaciones que consiguió eran la de los palistas de la Superliga de tenis de mesa que visitaban al Borges en partidos de competición regular. El bielorruso Vladimir Samsonov ‘inauguró’ el museo cuando Josep Francesch ni siquiera soñaba en alcanzar las cifras actuales. 

No fue hasta su presencia como entrenador del CT Borges en la ETTU Cup, el segundo torneo continental más importante para los clubes de tenis de mesa europeos, después de la Liga de Campeones de Europa celebrada en Istres (Francia) cuando la posibilidad de iniciar una colección tomó fuerza.

Francesch contó con ayuda para ampliar su surtido de camisetas. La jugadora serbia Gabriela Feher, que compite desde hace años en España, el director técnico del CTT Borges José Luis Andrade y el jugador catalán Marc Durán fueron sus grandes colaboradores iniciales. Fue este último, campeón de España en 2005, el que le abrió la puerta a obtener la ‘joya de la corona’ de la colección: la camiseta del alemán Timo Boll, siete veces campeón de Europa. «Es el Messi de nuestro deporte», asegura Francesch que siente especial devoción por el palista del Borussia Düsseldorf. No fue fácil obtenerla tampoco. Tuvo que desplazarse hasta Suiza en 2017, durante un Top-16 mundial, para hacerse con la equipación de la estrella. Un cámara de la Federación Internacional también medió para poder lograr el preciado premio. En ese mismo torneo, Josep se llevó para casa la camiseta de Fan Zhendong, el palista chino número 2 del ranking mundial.

Josep Francesch estaba ya lanzado y acudió al Campeonato de Europa de Alicante, un año más tarde (2018), dispuesto a incrementar su colección. Envió mensajes a todos los equipos participantes y federaciones. El botín fue de 25 camisetas más. En ese momento, el stock de maniquís, unos 160, ya eran claramente insuficientes para todo el material.

Objetivo Mundial

El Museo se ubica actualmente en la Espluga de Francolí aunque en breve se trasladará a Vimbodí i Poblet, lugar de residencia de Francesch que espera poder seguir aumentándolo. Su gran objetivo es «tener una camiseta de cada una de las federaciones nacionales que existen en el tenis de mesa». De Europa solo le quedan cuatro: Malta, Escocia, Letonia y Moldavia. Se ha puesto en contacto con sus correspondientes federaciones aunque todavía no ha conseguido respuesta. No niega que todavía le falta una camiseta especial. La del número uno mundial Ma Long. El palista chino está en su lista de retos del 2020.

Mientras reserva un espacio preferente para la del jugador oriental, Josep Francesch se muestra satisfecho con su actual colección. Tiene las camisetas de 42 de los mejores 50 jugadores europeos de la actualidad y 27 de los 30 primeros del ranking mundial. «Ninguna es comprada, todas son regaladas», destaca orgulloso el entrenador del Borges cuyo deseo es que todas sean cedidas para exhibirlas algún día como el Museo Oficial del Tenis de Mesa Mundial.

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