El Nou Estadi, zona cero (Nàstic 0-2 Lorca)

El Nàstic pierde ante el Lorca (0-2), el peor visitante de la categoría, en un partido triste y gris de los grana

25 noviembre 2017 19:01 | Actualizado a 28 noviembre 2017 12:38
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

El Nou Estadi es el Hospital de Segunda. Todos los equipos que vienen se van con puntos. El Lorca, el peor visitante, un equipo que no había olido el triunfo lejos de Murcia, se llevó los tres puntos ante la cara de incredulidad de los aficionados granas. Indignados, los socios del Nàstic abandonaron sus localidades sin lograr entender cómo los suyos son incapaces de ganar en casa. 

Cómo puede cambiar un equipo tanto cuando juega en su estadio a cuando lo hace fuera. Son dos conjuntos distintos. Fuera se muestran valientes, atrevidos y con una claridad de ideas que reporta victorias en las peores circunstancias.

En el Nou Estadi se muestran débiles y vulnerables. El entrenador asegura que juegan igual, pero lo que se ve en el césped no tiene nada que ver. Será psicológico, anímico o un expediente X. Pero el Nàstic que se presenta en el Nou Estadi es una sombra del que somete a sus rivales en sus propios estadios.

Del partido ante el Lorca, vale la pena insistir que es un equipo recien ascendido que no sabía lo que era ganar fuera de casa (igual que en su día pasó con el Alcorcón), solo es rescatable el primer cuarto de hora. Maikel Mesa fue la opción elegida por Rodri como sustituto de Ike Uche junto a Manu Barreiro. 

El canario dejó la banda derecha para acoplarse de enganche, entre el doble pivote (Tejera-Gaztañaga) y Barreiro. Se le vio feliz, al menos, al inicio. Con espacios para moverse entre líneas y sorprender al rival con sus pícaras apariciones. 

Capitalizó las ocasiones granas en la primera mitad. Con disparos secos desde la frontal o rebotes cazados en el balcón del área. Ninguno cogió portería pero evidenciaron el peligro que tiene cuando pisa el área entre líneas.

 Claro que contar con Manu Barreiro a tu lado todo es mucho más fácil. Ya lo decía esta semana Molina, «le mandas una piedra y te hace el pase bueno». Se podrá decir más. Le mandan melones y los devuelve convertidos en platos exquisitos de estrella Michelin. 

El delantero de Santiago ofreció en los primeros minutos de partido una nueva ‘Masterclass’ del juego de espaldas. Cómo destrozar sistemas defensivos completos con un pase al primer toque. 

El efusivo inicio grana se esfumó en un cuarto de hora. El Lorca consiguió cerrar el juego por dentro de los de Rodri y las ideas se espesaron. Se nublaron. No jugaron a nada.

El Nàstic jugaba sin alas. Juan Delgado y Abraham no aparecían en ataque. Tampoco Javi Jiménez conseguía recuperar esa versión que encandiló al inicio de curso. Todo la productividad exterior de la primera mitad llevó la firma de Kakabadze. El georgiano está disipando todas las dudas que había sobre él. Durante los peores momentos del equipo fue el único que ofreció algo.

El Lorca fue creciendo en el partido. Los minutos le dieron paciencia y confianza en poder sumar su primer triunfo visitante de la temporada en Tarragona. 

Dani Ojeda, el exjugador de la Pobla, se plantó dos veces ante Dimitrievski. En las dos, el meta macedonio estuvo inspirado. Intervino con acierto despejando los disparos del jugador del Lorca. 

En la grada sobrevolaba el fantasma del Alcorcón. El equipo jugaba lento. No conectaba con el balón y cuando lo hacía, se mostraba plano. Incapaz de hilvanar acciones que pudieran acercarle a la portería murciana.

Juan Delgado seguía desesperando a la grada por su absentismo. Dejaba solo a Kakabadze y tampoco ayudaba a mejorar la faceta ofensiva.
El segundo tiempo arrancó con la misma mala impresión que acabaron los primeros 45 minutos. El Nàstic iba al ‘trantrán’. Demasiado incómodo jugando a evitar el desastre. Un gol que Apeh marcó en el minuto 59. Justo y merecido. El Lorca había ido a por él y se llevó el premio.

Comenzaron las prisas. Los movimientos tácticos para encontrar los caminos a los dominios de Dorronsoro. Los problemas físicos de Tejera hicieron aparecer a Zahibo. Un cambio con aires defensivos. Había otras opciones más valientes. El reto de cambios, puramente técnicos, no cuadraron ni ayudaron a desenredar el partido.

Debutó Dongou, por fin, y tuvo el empate a los pocos minutos del 0-1. Se hizo un lío. 

Los murcianos no se limitaron a defender el botín. Tuvieron valentía para ir a buscar el segundo. Lo rozaron con un disparo de Ojeda que Dimitrievski volvió a sacar.

Nada pudo hacer con el lanzamiento de falta de Abel Gómez. Entró por toda la escuadra. Un tanto que vació el Nou Estadi. 

0 - Gimnàstic: Dimitrievski; Kakabadze, Suzuki, Molina, Javi Jimenez; Gaztañaga (Muñiz, min.75), Tejera (Zahibo, min.64), Mesa, Abraham (Jean Marie Dongou, min.57); Delgado y Manu Barreiro.
2 - Lorca: Dorronsoro; Pina, Holgersson, José Carlos, Peña; Abel Gómez (Tropi, min.85), Bustos; Noguera, Ojeda (Molo, min.81), Nando; y Apeh (Onwu, min.79).
Goles: 0-1, min.59: Apeh. 0-2, min. 79: Abel Gómez.
Árbitro: Figueroa Vázquez (comité andaluz). Mostró cartulina amarilla a Gaztañaga (min.55), Manu Barreiro (min.74), Kakabadze (min.89), por parte local, y a Apeh (min.71), Abel Gómez (min.73), Bustos (min.75), por parte visitante.
Incidencias: Encuentro de la 16a jornada de la Liga 1/2/3, disputado en el Nou Estadi de Tarragona ante 5.419 espectadores. EFE
 

Comentarios
Multimedia Diari