El Nàstic progresa lento

El Nàstic empató en Paterna frente al Valencia Mestalla en un partido que empezó muy bien, se adelantó en el marcador, pero se dejó igualar y sufrió

13 octubre 2019 13:54 | Actualizado a 15 octubre 2019 10:49
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jaume aparicio lópez   

paterna (valencia)

El Nàstic no coge velocidad. Sigue en un progreso lento y mediocre que se fia más en la esperanza de un camino trazado que en la realidad. El equipo de Xavi Bartolo siguió con esos síntomas de inestabilidad que le impiden dar el salto anímico y de resultados. En su visita al Valencia Mestalla recogió un empate como si fuera una cena de sobras después de la comilona del almuerzo. 

Ingresó mejor que nunca al campo. Se puso por delante en el marcador por una buena jugada de estrategia pero luego cayó en lo de siempre. Se dejó empatar antes del descanso y todo el segundo tiempo se limitó a defender posiciones para mantener el empate. La locura del fútbol le dio una oportunidad en los minutos finales, pero sin Pedro, lesionado, fracasó en la definición.

Bartolo dio continuidad al 4-4-2 con el que acabó el encuentro ante el Castellón. Menos complicaciones. Si el equipo se siente cómodo en ese esquema, y así lo dieron a entender, se trabaja con esa base. Lo primero es adoptar mecanismos cómodos para ir tomando confianza.

Entró Brugui en el once como ejemplo de la meritocracia que propugna Bartolo, pese a aceptar peajes como el de Habran. El galo actuó en punta, junto a Pedro. Quizás la mejor posición para que su insolidaridad defensiva pase desapercibida. Engañó a la parroquia bajando a recuperar un balón al medio del campo en los primeros minutos. Pero fue mera ilusión. Volvió a su partido. 

El Nàstic mejoró su puesta en escena. Acostumbrados a encajar goles o verse superado por el rival nada más poner un pie en el verde, llevar al equipo adversario a su propio campo con una presión sincronizada fue un cambio drástico. No parecía tan difícil entrar enchufado al campo. Porque además, si le das el impulso adecuado, te puedes poner por delante en el marcador como pocas veces ha sucedido este curso. El gol llegó en la estrategia. El departamento de I+D de Bartolo. A los doce minutos la alquimia grana hizo efecto. Brugui andaba desentendido del saque de esquina. Ningún defensor local se percató del de Bàscara. Hasta que Bonilla inició el movimiento. Salió hacia el segundo palo y entre él y Juan Rodríguez hicieron el 0-1.

El Nàstic se ponía por delante por tercera vez en la temporada. Un esfuerzo que pudo venir acompañado del segundo tanto. Carrera larga de Habran al que le pudo su egoísmo. Teniendo solos a Pedro y Brugui quiso acabarla en una posición muy escorada.

Hasta ahí llegó el equipo de Bartolo que comenzó a dar pasos hacia atrás. El Valencia Mestalla adelantaba líneas. Crecía en el partido sin que los granas pusieran freno a su juego ofensivo. Los locales ponían a pruebo la endeble zaga tarraconense que aguantó los primeros embistes valencianos. Bernabé apareció a la media hora para despejar un tiro desde media distancia de Pascu. Solo tenían que aguantar ese buen momento local y acudir al vestuario para recuperar fuerzas. No llegaron vivos. En el tiempo de descuento el filial ché encontró el empate. Jordi Sánchez remachó en el segundo palo un centro que se paseó por el área chica sin que ni Bernabé ni ningún otro defensor tarraconense despejara. 

La empanada duraba tras el parón. El Mestalla seguía atando en corto al Nàstic y gobernando las pocas fases que quedaban abiertas. Los problemas se incrementaron con las molestias físicas de Pedro que le dejaron en el vestuario. Se quedaba el equipo sin su delantero referencia quedando a expensas de un genialidad individual inesperada.

Pero el genio iba vestido de blanco. Jordi Sánchez se exhibió como un delantero alineado. Segunda B es una broma para su calidad. Es capaz de sacar oro en una veta agotada. Ya fue un incordio en pretemporada doblegó al Nàstic con dos goles. No lo fue menos en liga. Bernabé le privó de repetir doblete en un mano a mano claro para el valencianista. Perone y Juan Rodríguez también contribuyeron a impedir el tanto del atacante, aunque para ello tuvieran que ofrecer una de sus mejores versiones posibles. 

Todo el segundo tiempo fue un ejercicio defensivo para el Nàstic. Casi sin respiro, el Valencia Mestalla encerró al cuadro tarraconense en su propio campo. Las únicas noticias ofensivas eran a base de contragolpes a los que les faltó precisión en la definición. Sobre todo en una acción de Giner. Le dejó solo Ballesteros y en carrera. El extremo quiso superar al meta con un toque sutil de exterior que no cogió portería.

El Mestalla vio las garras granas y se acobardó. Perdió el dominio del choque y el partido entró en una fase de ingobernabilidad que favorecía al Nàstic. Ese ida y vuelta abría sus opciones de victoria, nulas bajo el yugo local.

En ese intercambio de golpes la tuvieron los tarraconenses en una acción de Pol Valentín que no encdontró rematador. A la vuelta fue el Valencia Mestalla el que dispuso del gol de la victoria con un tiro de Escobar que milagrosamente no cogió portería. 

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