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Casi tres horas encerrados en la sala de prensa del Nou Estadi. Todos los jugadores del Nàstic junto con los miembros del cuerpo técnico han permanecido toda la mañana de este miércoles cerrados a cal y canto. Nadie podía ni siquiera acercarse a ellos. Tenían muchas cosas que decirse y querían hacerlo en la intimidad.
La planificación semanal fijaba el miércoles como jornada de descanso. Jugar el lunes había obligado al cuerpo técnico a reajustar las cargas de trabajo. Hacer una semana corta con recuperación el martes. Pero a última hora de la tarde, Enrique Martín comunicó al equipo que suspendía el descanso.
Los jugadores han acudido esta mañana a las instalaciones preparados para una sesión de entrenamiento. Pero el técnico les ha llevado a la sala de prensa. Ha cerrado todos los accesos y durante casi tres horas no han abierto las puertas. Una charla en la que ha habido tiempo para todo. Sobre todo para tratar de unirse todavía más de cara a afrontar el último tramo con dignidad. La que no se tuvo en Zaragoza. Si quedan cartas que gastar hay que hacerlo a partir del domingo, ante el Numancia. El camino de la salvación, si queda todavía algo de rastro de él, es a partir de victorias.
