El Nàstic se rinde en Granada (Granada 2-0 Nàstic)

El Granada solo necesitó jugar a medio gas para derrotar a un Nàstic que se ha abandonado a su suerte. Ni hay juego, porque con Enrique Martín nunca la ha habido, ni tampoco fe. El resultado es un equipo sin alma, que sale derrotado a los partidos fuera de casa y que su resistencia es mínima.

Quedó demostrado a los ocho minutos de juego. El Granada sacó un corner en corto y cogió desprevenido al conjunto tarraconense. Vadillo, ni más ni menos, quedó libre de marca. Solo Luis Suárez reaccionó, aunque tarde. El extremo gaditando lo sorteó como quiso y puso un centro raso al corazón del área que Víctor Díaz, adelantándose a toda la defensa grana, remató a gol.

Los nazarís hicieron lo que quisieron en la primera mitad. Vadillo percutía por el ataque diestro sin que Josema ni Abraham pudieran frenarle. Enrique Martín se la jugó con un doble lateral en ambos costados. Josema y Abraham en la zurda; y Salva y Pipa en  la diestra. Un recurso táctico que pocas veces funciona. Tampoco lo hicieron en esta ocasión. 

Perdonó Rodri el 2-0. Vadillo, después de un error garrafal de Mikel, la puso con precisión pero el delantero, solo, remató desviado. También se pasó de rosca Fede Vico tras regatearse a dos futbolistas granas antes de disparar fuera.

Rodrí no perdonó en la segunda ocasión que tuvo. Justo antes del descanso con una acción de estrategia que remató de manera acrobática.

La segunda mitad fue prescindible. El Granada ahorró energía para batallas mayores, mientras que el Nàstic destapaba sus carencias ofensivas. Por algo es el equipo con peor registro goleador de la competición.

Aún al trote cochinero, el Granada pudo hacer el 3-0, pero el travesaño escupió el remate de Ojeda.

El descenso se aproxima a velocidad de crucero.