El Reus camina firme hacia El Clásico

Los rojinegros golean con autoridad al Caldes (10-3) y se jugarán el título en el Palau Blaugran este sábado

13 marzo 2018 21:59 | Actualizado a 20 marzo 2018 14:16
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El Reus no pensó antes de tiempo en El Clásico. Pecado capital de anteriores épocas, en las que, cuando el equipo se acercaba a la cima, acababa por perder sus aspiraciones ante rivales menores. Anoche, el Caldes se presentó en el templo con esa etiqueta, pero los de Garcia tomaron cartas en el asunto sin desmayo. La situación, compleja por la exigencia del escenario, condenador ante un posible despiste, pedía al equipo otro esfuerzo mental. También profesional. El Reus lo solucionó como un gobernante autoritario y ya ve el Palau Blaugrana cerca, sin distracciones ni amenazas.

El Reus amaneció sano en el partido. Conectó rápido sus argumentos. Juego posicional, ritmo alto y firmeza. Mucha jerarquía. El juego a veces no contempla justicias. Como la misma vida te pone a prueba cuando ni siquiera lo esperas. Pol Galbas se inventó un gol tan maravilloso como imprevisible por detrás del arco de Ballart. El 0-1, pronto. Demasiado pronto. Nadie modificó el rostro del Reus. Prefirió el cerebro a la locura. Esta vez revolcó el marcador. 

Torra patinó en diagonal para perfilar su pala, a media distancia. No enseñó el disparo, lo ejecutó sin avisar. Sorprendió al muro defensivo del Caldes y a su arquero Sierra. A los 10 minutos. No sació el apetito del Reus, muy científico. Marín ingresó en la noche para decidir. Suele ser así. Se había conformado con la rotación por unas molestias físicas. Salvat se postuló de inicio. Dio igual. El capitán giró en una media vuelta de apariencia estéril. El arrastre chocó con piernas inocentes y se coló. Ventaja y merecida. Sin sospechas para el Reus, que se ha acostumbrado a caminar sobre un filo hilo. No le concede ni un despiste. Tampoco ante el Caldes.

El viaje del equipo se aferró a la contundencia. Ha sido así durante este 2018, donde el Reus ha resuelto sus trámites ligueros con categoría. Acabó el primer tiempo como un volcán y dos golazos de libreto. El primero de Marín, que también utilizó su pala con otro remate exterior imponente. El cuarto llevó el sello de Bancells. Le dibujó una pantalla a Álex Rodríguez y recibió en el registro de la cuchara. Mandó la pelota al ángulo. El Reus había resuelto parte de su trabajo, pero no podía olvidarse del papeleo. El hockey dura 50 minutos.
 

Galbas obligó al Reus a no perder la atención. El 2-4 encontró una grieta en el primer palo de Ballart, demasiado contemplativo. En todo caso, los de Garcia no se olvidaron de trabajar. De mantener el nivel que exigía el partido. Una azul absurda a Galbas, por alzar la voz a los jueces más de la cuenta, abrió la posibilidad de la superioridad numérica. El equipo se armó de paciencia para atacar el triángulo defensivo enemigo. Marín amagó hacia la cuchara y anotó de nuevo. El tercero de la noche, enseñó su inagotable repertorio de remates. 
La sentencia

Bancells decoró la buena actuación colectiva del Reus con el 6-2, en una contra que dibujó Torra. La noche había terminado, porque todo lo que sucedió después ya estaba condicionado por la gestión de esfuerzos de los dos equipos. Uno, el Caldes,mentalmente derrotado. Otro, el Reus con el ánimo de cerrar la oficina y acudir al descanso.

Eso sí, antes hubo espacio para que Àlex Rodríguez firmara un doblete con tintes motivacionales. Y para que Marín culminara la directa de cada jornada. Incluso para que el canterano Escala saboreara el gusto del foco, con El Clásico a la vuelta de la esquina.

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