El Reus se estrella

Los rojinegros tardan 50 minutos en anotarle un gol al Lleida y quedan eliminados de la Copa del Rey, en una noche en la que no encuentran la puntería. Liceo y Lleida, primeros semifinalistas

21 febrero 2019 22:08 | Actualizado a 26 febrero 2019 16:55
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Andreu Tomàs madrugó para descoser cualquier sospecha, también el resultado. Fue en un ataque que parecía morir en la orilla, con el pasivo amenazando. Armó un disparo sin avisar. Perforó a Ballart, probablemente nublado de vista entre un mar de piernas. El Lleida presentó candidatura y lanzó un mensaje de ambición. No iba a convertirse en una comparsa dulce. De hecho nunca lo es. Compite hasta en los tiempos muertos.

El Reus Miró había amanecido con ritmo, a lomos de sus hinchas, totalmente entusiasmados con el reto. Ese golpe tan pronto pareció noquearle. En todo caso jamás cayó en el manicomio. Hay algo de riesgo ansioso para el anfitrión en este tipo de competiciones. Si el Reus no gestionaba con cordura su sistema nervioso se asomaba al abismo y más en desventaja estadística . 

Una azul estúpida de Oruste, justo al ingresar en pista, abrió al Reus la primera grieta para el empate. Desde el tiro directo. El especialista en ese arte, Marc Julià, no convirtió. Resbaló en la maniobra. Los de Garcia visitaron de nuevo la adversidad.

En realidad, el Reus consumió el primer round en las guardas de Lluís Tomàs, el arquero del Lleida, decisivo con un manual de intervenciones asociadas con el milagro. Su influencia en el juego resultó majestuosa, sobre todo para sujetar a un Lleida que, en fases, se vio sometido. Cada pelota venenosa de los rojinegros colisionó en el cuerpo de un inmenso Tomàs. Hizo diminuta la portería. Secó al Reus, que se marchó al respiro sin aciertos.  

La noche exigió una dosis extra de paciencia. Resultó una prueba cardíaca casi insoportable, pero la Copa pide eso, equipos fuertes en lo emocional para saltar muros al revés. Ese fue el escenario que se le presentó al Reus, que caminó mucho tiempo en un alfiler. Hasta el punto que observó y padeció el disparo al poste de Oruste, un atacante desordenado, pero con interesantes fundamentos técnicos.

Cuesta una barbaridad cambiarle el paso al Lleida, un enemigo que con ventaja maneja con criterio los tiempos. Jamás le verán descomponerse. En las tinieblas se siente feliz. Alarga sus ataques hasta la extenuación y genera desespero. En el repliegue es un ejército militar. Un grupo totalmente comprometido con la causa.

La épica no sirve
El guión hacia el que caminó la noche enloqueció a un Lleida terriblemente organizado, entre otras cosas porque el paso del tiempo agotó la lucidez del Reus, cada vez más precipitado. Además, a la espalda se dibujó espacio goloso para las transiciones de un rival que terminó en plenitud, consciente de que el partido andaba en su mano. 

El Lleida transitó en los últimos ocho minutos con nueve faltas. No cometió la décima, que le hubiera ofrecido chance a los reusenses. Curioso que esa falta no llegara. Habla excelente del rigor defensivo del Lleida y genera resquemor en el criterio arbitral, eso sí sin nada que ver con el resulto. El Reus no puede ampararse en eso

Garcia pidió minuto de tiempo para activar la épica. Cambió la defensa individual por una zona a presión en campo contrario. Salvat era la punta de un rombo que finalizó por romperse en pedazos. Concretamente en una contra a campo abierto del Lleida. Cazó la pelota dentro del área Cañellas que impulsó a su equipo con un remate nada ortodoxo, pero totalmente efectivo. En la jugada quedó malparado Roberto Di Benedetto. Restaban solo dos minutos, y la sorpresa acariciaba la realidad.

Marc Julià, a 30 segundos para la depresión, anotó el 1-2, en un tres contra dos que creó Àlex Rodríguez y que finalizó el delantero de Olot, casi metido en el arco. Sólo de esta forma se podía batir a Tomàs, el héroe de Lleida. Tardó 50 minutos el Reus en encontrar el gol. Demasiado tiempo. Tanto que ya se ha quedado sin su Copa.

 

Reus Miró. Ballart, Carballeira, Àlex Rodríguez, Marc Julià y Salvat. También jugaron: Tiago Rafael y Cristian Rodríguez.

Lleida Llista. Lluís Tomàs, Andreu Tomàs, Cañellas, Bruno y Roberto: También jugaron: Creus Oruste y Candanedo.

Goles. 0-1, Andreu Tomàs (6’), 0-2, Cañellas (47’), 1-2, Marfc Julià (50’).

Árbitro. Rubén Fernández y Antonio Gómez. Azul para el jugador visitante Jordi Creus.

Incidencias. Unos 1.800 espectadores en el Olímpic.

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