El Serrallo enmudece sobre la bocina (CBT 74 - 77 Morón)

El cuadro azul debuta con derrota

19 mayo 2017 21:38 | Actualizado a 22 mayo 2017 12:06
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Bocina cruel. Si el lunes el CBT celebraba la victoria ante el filial del Barça gracias a una canasta de Gallardo en el último segundo, ayer era el Morón el que se llevaba la victoria del Serrallo con un triple ‘in extremis’ en el estreno liguero. A tres minutos y medio del final, los de Berni Álvarez perdían de 11 puntos, pero un parcial de 11-0 forzaba la prórroga. Fue entonces cuando saltó Javi Marín, sobre la misma bocina, para anotar el triple implacable. El camino empieza con un pinchazo.

El partido de ayer era el debut en la categoría para el Morón, que en 2014 se quedó en el camino del ascenso por culpa precisamente del CBT. Pudo quitarse la espina y aliviarse ante un conjunto azulado condicionado por las bajas de Orion Outerbridge y Ali Fraser y con hombres importantes como Martínez y Torres que habían estado tocados durante la semana. Para colmo, David Fernández se lesionó en el segundo cuarto y no pudo jugar la segunda mitad.

Phillips y Morales guiaron a los sevillanos en los primeros compases (2-7, 4’). Hasta que Gallardo acabó con más de tres minutos de sequía del CBT, que había empezado errático en el juego exterior. El joven escolta sevillano, que debutaba en partido oficial con la camiseta azulada, acabó como máximo anotador local, con 14 puntos.

Mediado el cuarto, dos puntos de David Mesa, que completó la convocatoria de Berni, volvían a equilibrar el duelo (8-8). El equipo empezaba a carburar. Un triple de David Fernández y una canasta de Torres bajo el aro dibujaban un 13-10 en el luminoso, ventaja que se mantuvo hasta el final del cuarto (20-16).

En el inicio del segundo acto empezó la sangría del Morón desde la línea de triples. Tres canastas de los sevillanos desde los 6,75 y un fallo local en el rebote, tras errar un tiro libre el Morón, equilibraba la contienda (28-28) en el ecuador del cuarto.

Martínez contestó con un triple y con un robo para asistir a Fernández, que volvía a encestar de tres y daba un respiro al contador local (34-28, 16’). Pero de ahí al final, el cuadro cebetista se volvió a desdibujar, con algunas pérdidas tontas, descalibrados en el tiro y desgajados en defensa. El conjunto andaluz aprovechó para hinchar su cuenta con un parcial de 10-0, mientras el CBT sólo era capaz de sumar desde la línea de libres. Un triple en el último segundo de Álex Marín permitía al Morón irse al descanso cuatro arriba (39-43). Un augurio funesto.

La trama no cambió en el tercer período. El Morón encontraba muchas vías para hacer daño y los cebetistas no averiguaban cómo frenarlo. Los sevillanos marcaron el compás, con Morales y Toledo alimentando el marcador. Gallardo, con un par de canastas y Martínez, con dos triples, impedían que el mal fuera a mayores (51-54, 26’).

Un par de balones que regalaron los árbitros al Morón calentaron la grada y mantuvieron el desconcierto en el quinteto tarraconense, que mataba el cuarto sin reaccionar (55-61).

Con las dos defensas en zona, el juego exterior resultó decisivo en el desenlace. Y ahí, un inspiradísimo Juan Toledo, con seis triples, tres en el último cuarto, se convirtió en la pesadilla del Serrallo. En cinco minutos, el menudo alero del Morón llevó a los suyos a la máxima renta (60-72), mientras sólo Giménez era capaz de mojar desde el perímetro para los azulados.

El jugador cambrilense marcó el principio de la recuperación con un 2+1 (63-72, 35’). La reanimación nació en las faltas, con un acierto casi del 100% en los tiros libres –el Morón no llegó al 50%–. Pero no fue hasta el último minuto, con un triple de Boada (72-74), que la afición empezó a creer.

Quedaban 20 segundos y Martínez fallaba un triple comprometido. Ataque para el Morón. Falta rápida y dos tiros para Javi Marín, que marró los dos. El CBT recuperaba la posesión y se encontraba con una falta a tres segundos de la conclusión. Con total sangre fría, Salvó igualaba el marcador para levantar al Serrallo tras un parcial de 11-0. Olía a prórroga, pero llegó el desenlace más despiadado. El Morón montaba una jugada vertiginosa y Javi Marín encontraba el premio. El Serrallo enmudeció al son de la bocina.

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