El regreso del Tarragona FC, decano de la ciudad, al fútbol amateur ha pasado de sueño a realidad, para terminar siendo una pesadilla. El club rojinegro ha visto como su primera temporada en Cuarta Catalana se ha convertido en un continuo capitulo de infortunios que le han obligado a presentar su retirada de la competición todavía sobre el ecuador de la competición.
Lo cierto es que durante la pretemporada no se podía vislumbrar un final tan repentino y doloroso como este. El club logró reclutar a una gran cantidad de futbolistas que parecían totalmente entregados al proyecto. Además, contaba en el banquillo con Isaac González, un entrenador con experiencia hasta en Primera Catalana.
Sin embargo, con el paso de los meses el proyecto se fue desgastando. No es una sorpresa que en estas categorías los efectivos van cayendo con el paso de los meses y en ocasiones se hace tan evidente que se complica el seguir compitiendo. Así ha sido el caso del Tarragona.
La destitución de Isaac González forzada por los jugadores parecía que era suficiente motivo para que el vestuario volviese a competir y mostrar su responsabilidad con el proyecto. Sin embargo, al regresar a los entrenamientos con el nuevo entrenador solo se presentaron tres futbolista de la plantilla. Aquello fue la gota que colmó el vaso y que enterró un proyecto muy ilusionante como el que había por delante.
El Tarragona a través de sus directivos ya ha querido dejar claro que no tiene intención de volver a competir en un futuro próximo en el fútbol amateur y que va a seguir apostando por la formación de futbolistas, un contexto en el que sí que va creciendo año tras año.