El desplome del CF Reus

El 17 de agosto de 2018 comenzó la pesadilla de la entidad reusense con el veto a la inscripción de algunos jugadores de la plantilla. A día de hoy, el fin del conjunto rojinegro está más cerca que nunca

06 septiembre 2019 09:13 | Actualizado a 12 septiembre 2019 11:28
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Nadie aventuraba un final así del CF Reus hace apenas un año. La pesadilla comenzó un 17 de agosto de 2018 y hoy 6 de septiembre de 2019 está más cerca que nunca de tener un desenlace fatídico. Porque la supervivencia de un club centenario como el CF Reus pende de un hilo. Entre unos y otros han terminado de despedazar una entidad que ha pasado de vivir su etapa más gloriosa a caminar en la penuria. 

La gestión económica, que no deportiva, ha sido el principal argumento para explicar este desplome que ha sufrido la entidad reusense. Eran ya varias las campañas en las que el CF Reus entonces dirigido por Joan Oliver presentaba pérdidas en sus ejercicios. Sin embargo, no se le dio la suficiente importancia que en realidad tenía. Hasta que la temporada pasada LaLiga se puso firme y obligó a la entidad reusense a ponerse al día. La primera medida fue la de negarle la inscripción de algunos jugadores. 

Aquel fue el primer golpe de los muchos que ha recibido la entidad. Uno tras otros y sin posible reacción. Porque Joan Oliver vendió el CF Reus a Clifton Onolfo y Rusell Plat un 21 de enero de 2019. Aquello parecía ser un movimiento que iba a permitir a la entidad reusense volver a tener potencial económico y terminar con la crisis rojinegra.

Siete días después, LaLiga mediante su juez social expulsaba al CF Reus de Segunda División con una sanción de tres años sin fútbol profesional. Probablemente ese fue el golpe que terminó de hundir toda esperanza porque los nuevos inversores jamás inyectaron una cuantía firme pese a sus promesas faraónicas.

El 13 de julio de 2019, el CF Reus también descendía de Segunda División B. Los 2’2 millones de euros acumulados en impagos a los futbolistas del primer equipo y el filial seguían siendo una losa demasiado pesada y que la RFEF  seguía castigando. A día de hoy, la entidad reusense todavía no la ha subsanado y tiene hasta mañana para hacerlo. En caso de no hacerlo, el CF Reus no competirá tampoco en Tercera División y su liquidación será casi un hecho. 

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