El éxito de un apellido

Edgar vivió una formación de éxito. Se crió en el Espanyol y se coronó con la selección sub-19 en Rumanía 2011, con Morata y Deulofeu en el equipo. Su hermano Marc es campeón de España júnior de pádel

19 mayo 2017 23:41 | Actualizado a 22 mayo 2017 11:29
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Edgar Badia Guardiola (Barcelona, 1992) aterrizó en Reus en enero de 2014 prácticamente rebotado de Granada, aunque con un currículum de prestigio en categorías inferiores. Recibió magisterio lujoso. También se lo ganó. Sus inicios responden a los de un chaval ilusionado con un puesto especial. La portería suele traer soledad. Penaliza de forma criminal cada error. Edgar fue valiente. En Cornellà, su talento enseñó cosas distintas. Por eso le firmó el Espanyol. En 2006. Con apenas 14 años.

Como el arquero Rubén Miño y los futbolistas de éxito Jordi Alba y Víctor Ruiz, Edgar dejó la academia de Cornellà para dar un salto de calidad a su aprendizaje. En el Espanyol llegó a convertirse en el ojito derecho del fútbol base. Su hambre por mejorar, por quemar etapas a base de ambición, gustó en tierra perica. No tardaron en llegar las llamadas de la selección. Fue internacional sub-17 y sub-19.

Compartió viaje con Koke, Sergi Roberto, Isco y Morata, con los que alcanzó dos terceros puestos tanto en el Europeo como en el Mundial sub-17. El trayecto internacional se coronó en 2011, cuando con el combinado sub-19 alzó el Europeo de Rumanía. En aquel equipo permanecía Morata, máximo artillero en el torneo. Deulofeu y Paco Alcácer empezaban a asomar la cabeza. Con Isco y Morata todavía mantiene la amistad. Edgar compartió un café con ellos en el hotel de concentración del Real Madrid en Granada, la temporada pasada. Los whatsApp entre los tres suelen ser habituales.

Siete años de blanquiazul dieron para debutar en la primera plantilla. En Copa del Rey, Pochettino le dio la alternativa ante el Córdoba un 11 de enero de 2012. Cristian Álvarez se encontraba lastimado y Kiko Casilla sancionado. ‘Poche’ apostó por Badia, titular en el filial. El Espanyol superó la eliminatoria y el técnico le ofreció la plaza de segundo meta de los mayores mientras Cristian se recuperaba. Sus cualidades ya le distinguían. Rápido, ágil, con buena lectura del juego y enormes reflejos. El mismo Iker Casillas llegó a destacarle como uno de sus posibles sustitutos.

En verano de 2013, Edgar decidió tomar una de las decisiones más difíciles de su carrera. Salió del Espanyol, ya que el club prefirió dar prioridad a los arqueros Germán y Pau en los privilegios del primer equipo. Firmó por el Granada. No hubo suerte. En el filial nazarí no disfrutó. No pudo demostrar. El Reus le cazó en el pasado mercado invernal y su consolidación en el puesto ha madurado esta temporada. Titular en la primera vuelta, ha ofrecido prestaciones diferenciales. Ha dado puntos. De ahí que la dirección deportiva haya apostado por su renovación. Dos años más. Hasta junio de 2017.

Junto a Edgar (Barcelona, 1996), la familia Badia presume de otro referente. Su hermano Marc se hace hueco en el pádel. Es el actual campeón de España júnior. También ha dominado el catalán en todas las categorías inferiores. Marc compagina tarea entre la CT La Salut de Barcelona, donde reside y estudia, y el Global Pádel de Reus, donde se ejercita los fines de semana. De vez en cuando cae alguna pachanga con Edgar.

Y es que la conexión entre los dos Badia es total. Disfrutan del deporte y comparten la pasión por competir. Les queda camino, pero reúnen algo en común; el afán por aprender.

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