El poder de la supervivencia (Tenerife 0-1 Nàstic)

El Nàstic vence en el campo de un Tenerife dominador gracias a un espíritu de sacrificio infinito tras un partido agónico. Uche fue el protagonista en ataque con su gol y Reina atrás con sus intervenciones

04 junio 2017 20:31 | Actualizado a 24 noviembre 2017 19:59
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El Heliodoro Rodríguez se presentaba como un escenario vertiginoso. Nano había concentrado a la plantilla en las islas desde el viernes sabedor de la importancia de la cita. Mantener el bloque unido debía tener su recompensa si así lo hacían sobre el pasto. No fue fácil. Hubo que luchar contra un Tenerife ambicioso que imponía su ley. Uche se disfrazó de verdugo en un gol que provocó el silencio en un estadio con pocos asientos libres. Valió tres puntos. Casi, casi, la permanencia en Segunda. Un paso enorme. Se vislumbra la luz tras una temporada en un túnel muy oscuro. 

Pese a que Nano había apostado por un once atrevido, con Tejera y Madinda en la sala de máquinas, y Luismi en el eje de la zaga, el cuadro blanquiazul llevó el peso ofensivo en el tramo inicial.

En el primer minuto, el Choco Lozano demostró porqué está considerado como uno de los canallas más celebres cerca del área rival. Se lanzó la bola al espacio y a la carrera se hizo el hueco ante Molina para soltar el latigazo. Manolo Reina, muy seguro desde primera hora, evitó el tanto.

Poco después, Luismi se complicó la vida en una salida tonta de balón. Tayron le pispó el cuero con técnica de trilero. Encaró a Reina y chutó. El meta ni olió el zambombazo. Cuando las 20.000 voces del Heliodoro ya cantaban el gol, apareció Xavi Molina para salvar los muebles.

Quién sabe si achantados por un Heliodoro Rodríguez lleno hasta la bandera o bien el planteamiento ofensivo del Tenerife, pero el Nàstic apenas existía en ataque. Las salidas por el centro se diluían como un azucarillo en un café y las subidas por banda siempre chocaban contra una defensa muy bien fijada. La falta de conexión grana en zona de construcción mermaban los cimientos del ataque tarraconense.

Pasada la media hora los grana parecieron quitarse los complejos de encima. Al menos, ahora al contraataque amenazaban el porche de Dani Hernández. Primero, Delgado hizo la suya por la izquierda y chutó de rosca. El arquero chicharrero la sacó de puños. Después, Uche corrió por la pasarela central con la bola pegada al pie. En el balcón de la grande tiró durísimo. De nuevo, Dani evitaba el matrimonio de la pelota con la red.

El segundo acto empezó con alto voltaje. El Tenerife salió a morder el marco de Reina, lo que provocó espacios atrás que invitaban al Nàstic a correr a la contra. Antes, llegaron un par de sustos. Tayron y Gaku probaron fortuna pero el portero grana se hizo inmenso bajo palos. En un robo de Tejera para Uche llegó la réplica. El nigeriano la cedió a Barreiro para encarar portería. En la frontal chutó con Dani como último obstáculo. El balón salió cerca de la madera.
En este vaivén a lo largo del campo, Tayron iba a tener otra ocasión que habría cambiado el devenir del choque. Ante Reina quiso colocar rasita al palo largo. El pie del meta grana sacó la bola. Tras tragar saliva, poco se podían imaginar los tarraconenses lo que estaba por venir.

Delgado se internó en el área con un chispazo de calidad. Le pegó flojito y Dani la paró a mano cambiada. La bola quedó sin pulso. Uche a quemarropa, la amacó y conquistó el Heliodoro (0-1).

En ese momento arrancó una de las medias horas más largas de la historia grana. El gol de Uche sacaba al Nàstic del descenso al que le destinaba el triunfo momentáneo del Alcorcón. Para aumentar el vértigo tarraconense, Amath entraba en el campo. Sin duda una de las bestias futbolísticas de Segunda División que probablemente volverá al Atlético de Madrid tras su cesión al Tenerife. 
El senegalés no paró de golpear la defensa grana con su zancada africana. Después de muchos minutos eternos en defensa, con todas las piezas del Nàstic concienciadas en evitar un gol local, Amath la tuvo. Se internó por la derecha y disparó ante Reina. Una nueva manopla milagrosa del malagueño acercaba la victoria.

Siete minutos añadía el colegiado. El crono se alargaría hasta el 98’. Algo inhabitual. Los futbolistas grana arañaban segundos en cada jugada. Así, granito a granito se pudo atar el triunfo. Ya resta menos para poner fin a un año sobre una montaña rusa de emociones. Sólo queda un último esfuerzo.

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