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Hace ya dos temporadas que la Federació Catalana de Futbol (FCF) arrancó el proyecto #Orgullosa, dedicado a potenciar y dinamizar el fútbol femenino. La iniciativa de la administración catalana, que ya dio sus frutos en su primer año, muestra ahora unos números que auguran un futuro prometedor para el deporte femenino en Catalunya gracias a un crecimiento sin precedentes en el país.
Tras un incremento del 1,8% en el total de fichas federativas femeninas durante la campaña 2017/2018, la primera en la cual funcionaba el proyecto, #Orgullosa ha logrado que en este último año haya aumentado un 10,3% el número de federadas catalanas, que suman ya un total de 12.547.
Este aumento se ha visto apoyado principalmente por las niñas y jóvenes iniciadas en el fútbol, así como también por la llegada de nuevas entrenadoras, árbitros, fisioterapeutas y miembros de cuerpos técnicos de varios equipos.
Catalunya es ahora la comunidad autónoma con más federadas del país, siendo la FCF una de las organizaciones que más está trabajando para que el fútbol femenino cobre importancia desde las más altas categorías hasta las bases.
Para contribuir a este crecimiento en el número de federadas, la Federació ha apoyado económicamente a las jugadoras y a sus equipos con subvenciones para el quilometraje, descuentos en la Mutualitat Catalana de Futbolistas y ha trabajado en la potenciación de las selecciones femeninas, tanto la absoluta como las territoriales.
La educación, clave
Más allá de las ayudas directas que está recibiendo el fútbol femenino competitivo, para que el proyecto #Orgullosa consiga un impacto a largo plazo necesita que las jóvenes crezcan pensando que el fútbol es, también, cosa de chicas.
La educación en este sentido es vital para eliminar las barreras de género que el deporte rey tiene establecidas y romper así, desde los cimientos, con las dificultades que conlleva para muchas jugadoras mantener viva su afición por el balompié.
Es por ello que la FCF ha intentado hacer hincapié en este aspecto con la promoción de campus de fútbol femenino en varios eventos, así como también en las escuelas.
Esta iniciativa se ve reforzada también por la creación de ligas en las categorías de Benjamín, Cadete, Alevín y Juvenil, que entre otras cosas ha sido uno de los factores determinantes para que hayan aumentado en 62 el número de equipos femeninos en Catalunya en solo una temporada.
Por otro lado, aunque no menos importante para el crecimiento del fútbol femenino, la FCF ha trabajado también en el impulso de los programas para entrenadoras y árbitros, sectores que también han crecido sustancialmente en número de afiliadas.
Por lo que respecta a la cantidad de colegiadas, que antes de la llegada de #Orgullosa sumaba un total de 69 en el territorio catalán, ha aumentado hasta 118 en un periodo de dos temporadas, lo que supone un incremento del 57% gracias también al crecimiento del número de árbitros en fútbol sala, que suma ya 63 por las 46 registradas hasta la campaña 2016/2017.
La labor de la Federació, que da un ejemplo al resto de administraciones del país por lo que respecta a implicación en este ámbito, no hace más que romper con los tópicos establecidos y mostrar una realidad: las deportistas y el estigma social que acarrean se ven limitadas no por una menor pasión por el fútbol, sino por una ausencia de plataforma e infraestructuras que no contribuyen a otra cosa que a alimentar dicho estigma.
Eliminados los prejuicios y con los recursos necesarios –aunque todavía lejos de los que tienen los hombres en el deporte–, las jugadoras quieren hacer lo que, sin estereotipos de promedio, queremos hacer todos: jugar.
