El regreso de ‘Neguinho’

jiu-jitsu | Enseña el arte marcial como una filosofía de vida Cristiano Ribas, maestro y dueño de Ogum Team & Gracie Barra Vila-seca, volvió a competir en Roma tras 12 años sin hacerlo. Ganó dos medallas y el billete para el Mundial de Las Vegas

19 mayo 2017 15:38 | Actualizado a 19 mayo 2017 15:38
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La decepción de Luis Cristiano Ribas da Motta (Curitiba, Brasil, 42 años) en Lisboa era tremenda. Su hijo Erick Ribas había superado el límite de su peso para participar en el Campeonato de Europa de Jiu Jitsu. Llevaban meses preparando al dedillo la competición. Erick estaba preparadísimo. Iba para ganarlo. Pero falló en la dieta. «Se pasó y todo el sacrificio de semanas y semanas se vino abajo», explica Cristiano, dueño y maestro del Gimnasio Ogum Tem & Gracie Barra Vila-seca.

La respuesta del padre fue contundente, demostrar tanto a su primogénito como a todos los alumnos el valor de la persistencia y la determinación que debe caracterizar a un atleta. Reunió todas sus fuerzas para regresar a la competición y sacar del baúl de los recuerdos a ‘Neguinho’ , como le conocían cuando peleaba en MMA (artes marciales mixtas). «Esa decepción me despertó el instinto de volver a competir».

Los primeros días de entrenamiento fueron demoledores. El cuerpo temblaba con los golpes y el esfuerzo. Hacía años que se había puesto en modo mantenimiento y tenía que reiniciar todos sus músculos para soportar el duro retorno de la competición.

Neguinho dejó de pelear en jiu-jitsu en 2004. Aguantó algo más en MMA, pero una grave lesión de rodilla tras colgarse el cinturón de campeón de Europa en Inglaterra le hizo tambalearse.

Hasta su familia le pidió que regresara a Brasil. Pero para Ribas eso suponía renunciar a su sueño de establecerse en España e introducir el jiu jitsu y la lucha como una forma de vivir, haciéndolo con humildad y disciplina. De rescatar a personas que como él habían caído en la delincuencia, la falta de confianza o con problemas financieros.

A él le sirvió. Con 14 años abrazó el muay thay para superar sus problemas en las calles de Curitiba. «Sufría bullying porque era pequeño y frágil. La lucha me dio seguridad y confianza en mí mismo», explica Ribas.

Seis años después el destino quiso que coincidiera con Helio Soneca, eminencia del jiu jitsu y fundador de la Gracie Barra, una de las mejores escuelas del mundo de ese arte marcial. Ribas trabajaba como guardia de seguridad. El maestro Soneca era un cliente que se quedó asombrado al ver la facilidad como Cristiano dominó a un alborotador.

Helio Soneca le ofreció darle clases, pero Ribas, con un hijo, no tenía dinero para pagarse las lecciones del maestro en la Gracie Barra Curitiba. «Así que iba una vez por semana a limpiar el gimnasio y él a cambio me enseñaba jiu jitsu», explica.

Ribas acumulaba éxitos en campeonatos nacionales e internacionales. Así que cuando Soneca decidió irse a Estados Unidos le dejó al mando del gimnasio. «Pasé de limpiador a dueño».

En 2004 cambió el jiu jitsu por MMA, más suculento económicamente. Tampoco acabó de llenarle y dos años más tarde hacía las maletas con dirección España. «Necesitaba un cambio. Curitiba se me hacía pequeña y necesitaba dar un salto», explica Cristiano.

Con unos pocos billetes de euros inició su nueva vida en un piso en la Avinguda Catalunya de Tarragona. En la sala de estar montó un pequeño gimnasio que luego llevó a la Calle Real. Hoy en día, tras trasladarse a una nave de la carretera entre Reus y Vila-seca, su gimnasio Ogum Team & Gracie Barra Catalunya tiene más de 100 alumnos entre la escuela de lucha y de jiu jitsu. Algunos le acompañan desde ese piso en la Avenida Catalunya de Tarragona. Amigos, más que alumnos.

Cuando llegó a España vio un país en el que la lucha era un deporte cargado de prejuicios. «Nos relacionaban con la delincuencia y el vandalismo. Pero somos atletas que trabajamos día y noche para cuidar el cuerpo y mantenerlo en forma».

Para Cristiano Ribas es importante el concepto de humildad, honradez y respeto que transmiten sus enseñanzas, abiertas a todo el mundo. Adultos, niños, niñas y discapacitados, a los que mima más que nadie.

Pero aquél día en Lisboa, la báscula en el pesaje de Erick le llenó de dudas. Incertidumbres que quiso disipar presentándose al Rome International Open IBJJF Jiu Jitsu 2017 en categoría de peso medio en cinturón negro Master 3.

Se encontró tan bien, que se atrevió a participar en el Absoluto, abierto a todo tipo de peso. También se llevó la medalla de oro.

Su éxito llegó a California. Su antiguo maestro Helio Soneca recibió su triunfo con enorme satisfacción y así se lo hizo saber con un mensaje.

Pronto habrá reencuentro entre alumno y maestro. El título en Roma le abrió las puertas del Mundial en Las Vegas, del 23 al 25 de agosto, competición que preparará junto con Soneca un mes antes.

Cristiano Ribas ‘Neguinho’ quiere su segundo título mundial –ya ganó uno en el 2002–. Con él al cinto será la mejor manera de demostrar a su hijo y sus alumnos el valor de la persistencia.

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