El tándem Boira

Después de más de dos décadas en el CB Salou, Fernando dirige al sénior B mientras Gonzalo compagina su puesto de vicepresidente con el de jugador

19 mayo 2017 16:01 | Actualizado a 21 mayo 2017 14:13
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Todo club deportivo cuenta con alguien emblemático, que le ha acompañado desde sus inicios o simplemente que le ha ayudado a mejorar con el tiempo. Para el CB Salou, Fernando y Gonzalo Boira son dos de sus máximos representantes que lo han dado todo por el club. Los hermanos Boira llevan más de 23 años formando parte de la familia azulada, que fue fundada en 1986.

Ambos nacieron en Huesca y se mudaron hasta la capital de la Costa Daurada cuando apenas tenían 12 y 10 años, respectivamente. Fernando, que es el hermano mayor, fue el primero en comenzar su carrera deportiva en el club salouense. Fue en la categoría cadete, a los 14 años. Después, le siguió Gonzalo que, animado por un compañero del instituto, decidió apuntarse. Poco a poco, los Boira fueron escalando categorías hasta llegar a Primera Catalana, donde los dos coincidieron. Actualmente, Fernando ejerce de técnico, mientras que Gonzalo es vicepresidente y jugador del segundo equipo del club.

El primero de los Boira estuvo jugando hasta el año pasado en el sénior B. En ese momento, también ejercía de segundo entrenador y jugador del primer equipo, que al final de temporada ascendió a Copa Catalunya. En el mundo del básquet, su mote es Paco, ya que «en un partido, un compañero me llamó así por error, tardé en reaccionar pero seguí la jugada y a partir de ahí se quedó el apodo», explica. En la pista jugaba de ala-pívot o pívot, al igual que su hermano Gonzalo, «aunque él es más grande que yo», asegura.

Un año más tarde, el club salouense confió en él para que entrenara al segundo equipo, que compite en Segunda Catalana. En éste, dirige a su hermano y sus antiguos compañeros de batalla. Además, también instruye a los alevines del club, a las veteranas y a los ‘babys’ de 4 y 5 años. Por si fuera poco, a Fernando aún le queda tiempo para guiar al conjunto sub-25, en el que en alguna ocasión también juega.

Para él, el baloncesto «es lo que me ha hecho crecer y sentirme de aquí», afirma Fernando. Es por ello, que le ha inculcado este deporte a su hija Lorena, que ya lleva tres años en el club compitiendo en la categoría alevín. Al técnico azulado lo que más le gusta es «enseñar lo que yo he aprendido con todos estos años», declara.

En el caso de Gonzalo, este es su cuarto año como vicepresidente, función que compatibiliza con la de jugador del sénior B. Aunque no le es nada fácil, desde un principio decidió no tomar ninguna decisión sobre sus equipos y sólo se centra en los de la base. El pequeño de los Boira también hizo de entrenador del equipo júnior, del sub-21 y del sub-25. «Lo que más me gusta es enseñar a los niños y a la gente joven. Es lo que más me llena», reconoce.

Gonzalo asegura que este deporte «es casi todo, mi segunda vida» y que le sirve para liberar tensiones del día a día. Y se enorgullece cada vez que habla del CB Salou, entidad «que me dió la oportunidad de jugar y que sigue creyendo en mí», comenta. Para el directivo, su futuro como jugador lo ve corto. «Cada uno ya sabe cuando va a llegar el final y yo sé que este año va a ser el último», confiesa.

Estos dos hijos adoptivos de Salou crecieron con el club y gracias a él forjaron nuevas amistades. Con el tiempo fueron subiendo de nivel, pasando de ser jugadores a entrenadores hasta formar parte de la directiva. Tanto Fernando como Gonzalo recuerdan el ascenso del primer equipo a Copa Catalunya como uno de los momentos más dulces del CB Salou. Sus más de dos décadas de experiencia en el club les han convertido en los mejores representantes de la entidad, para la que forman el tándem perfecto.

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