El técnico indomable

En Les Comes de Igualada ejerce Ferran López, un especialista en incordiar a los ´grandes´ con recursos de ojalata. Siempre competitivo, su equipo amenaza esta tarde el despegue del Moritz Vendrell (20.30)

19 mayo 2017 17:36 | Actualizado a 21 mayo 2017 15:35
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Fernando Andreu, coordinador de las inferiores,  invitó a un joven de 15 años a dirigir en la escuela del prestigioso Noia. Sólo como ayudante en una sesión. Ferran López aceptó esa propuesta y volvió a casa convencido. Quería tomar las riendas de esos prebenjamines del cava. Su familia le deseaba otro camino, le animó a que estudiara, aunque López había descubierto su vocación. Desde ese día hasta los 39 años permaneció en l’Ateneu. No se perdió un entrenamiento. Conquistó todas las categorías base. De hecho se proclamó campeón de Catalunya con el infantil en el que despuntaban ya Pedro Gil y Marc Gual. Su trayecto tomaba un camino dorado.
Ferran conoció los entresijos de una academia ejemplar. El Noia exporta talento a raudales. Mitjans, Esteller y compañía también desnudaron el método López. Su libreto se coronó de sabiduría ya en la primera plantilla, como mano derecha de Blai Carda. Cinco temporadas de segundo le ayudaron a madurar. A conocer esa gestión de egos, a educar estrellas. En verano de 2007, Carda no dudó. Aconsejó al presidente Jaume Esteva para que apostara por Ferran en el relevo. Que no buscara fuera lo que tenía en casa. Ahí se inauguró una aventura que todavía hoy perdura.
Como Blai, López aadoptó un carácter competitivo hasta los extremos. Así se han expresado siempre sus equipos. Ha convertido plantillas formadas a base de retales en auténticos dolores de cabeza para los proyectos gigantes. Incluso ha ganado títulos. El primero, en el curso de su estreno. A finales de febrero de 2008 levantó la Copa del Rey en Igualada, en una final agónica ante el Vic. Ferran saltó la valla y se dirigió al maestro Blai para abrazarle. Su mentor no se perdió detalle del partido como hincha del Noia.  Desde entonces s, el ciclo como jefe del histórico Noia tomó tintes eternos. No suele verse con frecuencia que un técnico aguante en el trono ocho temporadas. La confianza de los dirigentes hacia él resultó infinita. Con pocos mimbres y tesorería escasa , armó ejércitos de hierro. En 2014 celebró la Copa de la CERS en Forte dei Marmi, tras remontar un 3-1 en la final y superar al anfitrión en las ‘semis’. Todo a contracorriente. Unos meses después,  un mediodía de septiembre, Ferran sintió la plenitud en el Palau Blaugrana. Le arañó  la Continental al poderoso Barcelona en tierra revuelta. Su polémica con el míster azulgrana, Ricard Muñoz, se mantenía a flor de piel. El rifi rafe, con empujón incluido, se había dado en un duelo de la competición doméstica y dio la vuelta al mundo, con declaraciones cruzadas entre los dos ‘colegas’de oficio. Hoy, la relación entre López y Muñoz no existe.
En junio de 2017, el visceral entrenador vació su taquilla de l‘Ateneu para poner punto y final a un ciclo romántico, de los que dejan huellas sentimentales. El Igualada de Manel Burón, a pocos kilómetros de casa, le entregó su proyecto
Precisamente a Les Comes viaja El Vendrell, deseoso de alcanzar un éxito que le permita olvidar esa puesta en escena de dudas y alguna sospecha. Ha elegido una tarde incómoda, porque López detesta la relajación. Su Igualada anda siempre  dispuesto a competir, a incordiar La lucha está servida en una de las pistas de cultó.
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mlibiano@diaridetarragona.com
Fernando Andreu, coordinador de las inferiores,  invitó a un joven de 15 años a dirigir en la escuela del prestigioso Noia. Sólo como ayudante en una sesión. Ferran López aceptó esa propuesta y volvió a casa convencido. Quería tomar las riendas de esos prebenjamines del cava. Su familia le deseaba otro camino, le animó a que estudiara, aunque López había descubierto su vocación. Desde ese día hasta los 39 años permaneció en l’Ateneu. No se perdió un entrenamiento. Conquistó todas las categorías base. De hecho se proclamó campeón de Catalunya con el infantil en el que despuntaban ya Pedro Gil y Marc Gual. Su trayecto tomaba un camino dorado.
Ferran conoció los entresijos de una academia ejemplar. El Noia exporta talento a raudales. Mitjans, Esteller y compañía también desnudaron el método López. Su libreto se coronó de sabiduría ya en la primera plantilla, como mano derecha de Blai Carda. Cinco temporadas de segundo le ayudaron a madurar. A conocer esa gestión de egos, a educar estrellas. En verano de 2007, Carda no dudó. Aconsejó al presidente Jaume Esteva para que apostara por Ferran en el relevo. Que no buscara fuera lo que tenía en casa. Ahí se inauguró una aventura que todavía hoy perdura.
Como Blai, López aadoptó un carácter competitivo hasta los extremos. Así se han expresado siempre sus equipos. Ha convertido plantillas formadas a base de retales en auténticos dolores de cabeza para los proyectos gigantes. Incluso ha ganado títulos. El primero, en el curso de su estreno. A finales de febrero de 2008 levantó la Copa del Rey en Igualada, en una final agónica ante el Vic. Ferran saltó la valla y se dirigió al maestro Blai para abrazarle. Su mentor no se perdió detalle del partido como hincha del Noia.  Desde entonces s, el ciclo como jefe del histórico Noia tomó tintes eternos. No suele verse con frecuencia que un técnico aguante en el trono ocho temporadas. La confianza de los dirigentes hacia él resultó infinita. Con pocos mimbres y tesorería escasa , armó ejércitos de hierro. En 2014 celebró la Copa de la CERS en Forte dei Marmi, tras remontar un 3-1 en la final y superar al anfitrión en las ‘semis’. Todo a contracorriente. Unos meses después,  un mediodía de septiembre, Ferran sintió la plenitud en el Palau Blaugrana. Le arañó  la Continental al poderoso Barcelona en tierra revuelta. Su polémica con el míster azulgrana, Ricard Muñoz, se mantenía a flor de piel. El rifi rafe, con empujón incluido, se había dado en un duelo de la competición doméstica y dio la vuelta al mundo, con declaraciones cruzadas entre los dos ‘colegas’de oficio. Hoy, la relación entre López y Muñoz no existe.
En junio de 2015, el visceral entrenador vació su taquilla de l‘Ateneu para poner punto y final a un ciclo romántico, de los que dejan huellas sentimentales. El Igualada de Manel Burón, a pocos kilómetros de casa, le entregó su proyecto
Precisamente a Les Comes viaja El Vendrell, deseoso de alcanzar un éxito que le permita olvidar esa puesta en escena de dudas y alguna sospecha. Ha elegido una tarde incómoda, porque López detesta la relajación. Su Igualada anda siempre  dispuesto a competir, a incordiar La lucha está servida en una de las pistas de cultó.
 

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