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Lejos de calmar las aguas, la comparecencia pública el sábado de Joan Oliver, el máximo accionista del CF Reus, ha encendido más los ánimos de algunos de los futbolistas de la plantilla rojinegra. A pesar de que desde la cúpula siempre se agradeció la entrega y el aguante de los futbolistas en momentos delicadísimos e incluso su rendimiento en condiciones extremas mucho más por encima de lo exigible, las palabras de Oliver escondían algún dardo que no ha sentado nada bien a los futbolistas, tanto a los que ya no pertenecen al club como a los que sí. La indignación cundió entre los miembros de la plantilla hasta tal punto de que se baraja tomar alguna medida de presión.
Del vestuario en general Joan Oliver afirmó que el escenario que se está viviendo ahora es el que han escogido los jugadores cuando se decantaron por seguir el camino del proceso abreviado y no aceptar la propuesta de LaLiga. También fue crítico con los últimos jugadores denunciantes. «Los hechos son conocidos. Había seis jugadores que habían presentado un proceso abreviado y a nuestro parecer esta demanda no procedía por motivos técnicos pero eso no fue lo que resolvió la Comisión paritaria y decidió que cinco jugadores podrían rescindir el contrato», explicó el dirigente.
En esa línea apuntó también el sábado, recopilando lo sucedido en los días previos al partido contra el Alcorcón: «Nos reunimos con los capitanes y les decimos que si escogen el camino de la LaLiga podrán marcharse donde quieran en invierno. Después de esto hay una reunión con LaLiga en la que los jugadores deciden que el camino no es cobrar de LaLiga sino coger el camino del proceso abreviado. Esto provoca un riesgo real de que el CF Reus no pueda competir en caso de no pagar a estos jugadores pero se hace. Ahora estamos en un escenario que no hubiese escogido el club».
Y no quedaron ahí las pullas, más o menos veladas, cuando Joan Oliver recordó el sufrimiento de todos los empleados de la entidad, más allá de los jugadores, por la situación económica que se vive: «Me duele el corazón cuando se habla de los pagos nada más pensando en los jugadores del primer equipo y no se habla del resto de gente del club». Oliver admitió públicamente que hay muchos futbolistas con voluntad de hacer las maletas: «Hay una parte importante de los jugadores que si pudieran escoger se marcharían y lo entiendo porque lo que han vivido es muy duro».
El club, en palabras del máximo accionista, tampoco pondrá nada fácil la salida de los jugadores: «No tenemos ningún interés en que nadie esté aquí en contra de su voluntad siempre y cuando su salida no ponga en riesgo la continuidad del club. Si LaLiga nos permite hacer cambios de jugadores que permitan tener un equipo más motivado lo haremos».
Los futbolistas reusenses se sienten molestos con esas declaraciones, que vienen a empeorar la relación, ya de por sí deteriorada, con el máximo mandatario rojinegro. Consideran que no se han cumplido las reiteradas promesas realizadas a la plantilla, referentes por ejemplo al cierre de una operación definitiva que solucionara de una vez los problemas financieros de la entidad.
Ante esta situación, el vestuario baraja la idea incluso de un plantón, que podría materializarse dejando de viajar este fin de semana a Málaga, donde el equipo debe retomar la competición tras el parón navideño. El partido debe jugarse el domingo día 6 a las 20.00 horas. El devenir de la semana marcará si se concreta esa acción de un equipo que tiene marcada para el 2 de enero la vuelta a los entrenamientos.
En ese ambiente tremendamente enrarecido, Oliver tuvo públicamente buenas palabras para el entrenador, Xavi Bartolo, que se ha convertido sin quererlo en el portavoz oficial del club en las últimas semanas. «Hemos tenido la suerte de tener a Xavi Bartolo con nosotros en estos duros momentos», afirmó el dirigente.
