Eloy Gila vale su peso en bronce

El delantero de Sabadell, ex del Nàstic, se ha convertido en un valor seguro en Segunda B con cuatro play-off de ascenso a Segunda División en cinco años

20 septiembre 2019 08:40 | Actualizado a 20 septiembre 2019 15:48
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Tener a Eloy Gila (Sabadell, 31 años) en la plantilla es casi sinónimo de hacer play-off de ascenso a Segunda División. Así ha sucedido en cuatro de sus últimas temporadas en Segunda B. El delantero sabadellense consiguió acceder a la fase decisiva con el Llagostera, el Albacete, el Mirandés y el pasado curso con Cornellà. En el 50% de las veces, con azulgranas y manchegos, logrando el ascenso al fútbol profesional y con gol en la final. Un palmarés de promociones que convierte al catalán en uno de los jugadores más fiables en la categoría de bronce del fútbol español.

«Por más que lo consiga cada año lo veo dificilísimo», apunta el capitán del Cornellà, rival grana este domingo a las 12.00 horas, que fue jugador del Nàstic en las temporadas 2010/11, 2011/12 y 2012/13 (las dos últimas solo medio año). Su experiencia le dice que las plantillas no lo son todo. Tener buenos jugadores ayuda, pero la clave es en la capacidad de los equipos de adaptarse a los distintos campos que conforma especialmente el grupo 3 de Segunda División B. «Un día juegas en un estadio como el Nou Estadi y otro en un campo pequeño de césped artificial. Hay que saberse adaptar a todos esos contextos», señala Eloy Gila. El delantero entiende que el Nàstic se ponga esa meta ambiciosa, pero «una cosa es el objetivo que puedas tener y otra, bien distinta, el lugar en el que te ponga la competición».

Además, recuerda el atacante, que el play-off no es el final. Entrar es un primer paso. Después toca conseguir el ascenso. Algo que ni siquiera quedar campeón del grupo te lo garantiza. De hecho, en las dos ocasiones en las que consiguió subir a Segunda División (Llagostera y Albacete) su equipo cayó en la eliminatoria de campeones y le tocó jugar la repesca. «Perder la primera eliminatoria es un mazazo que hay que saber digerir. Mientras tú llegas tras una derrota tu rival viene con una dinámica ganadora», cuenta el de Sabadell. Tanto Oriol Alsina como José Manuel Aira supieron gestionar el estado de ánimo de sus equipos y superar el tropiezo para acabar cumpliendo con el objetivo del ascenso. En ambos casos, Eloy Gila tuvo un papel destacado. Marcó en la final de recuerdo fatídico para los aficionados granas de 2014 ante el Nàstic y tres años más tarde repetiría hazaña con la camiseta del Albacete en el campo del Valencia Mestalla.

Mientras en Llagostera tuvo la oportunidad de seguir con el equipo en la competición de plata durante una temporada y media, en Albacete no tuvo la misma suerte. «Me quedó esa espina clavada de que no confiaran en mí. Hice muy buena pretemporada pero firmaron otros perfiles y me tuve que buscar la vida. Me hubiera gustado probarme en Segunda en ese momento», dice un Eloy Gila resignado y al mismo tiempo complacido con el cartel de jugador de Segunda B. O más bien, como dice él mismo, «un superviviente de Segunda B». Una categoría que cree año tras año se revaloriza: «En cada grupo hay un equipo que ha estado en Primera en los últimos años. Solo caben 42 equipos en el fútbol profesional y hay muchos clubes históricos. Todos no pueden estar».

Lo que sí es la Segunda B es una categoría de contrastes. Te encuentras equipos como el Nàstic y otros más humildes como el Cornellà. «Dentro de nuestras limitaciones económicas se intenta ser lo más profesional posible en todos los ámbitos. Está consagrando en la categoría y lo demuestran sus dos años seguidos entrando en la promoción de ascenso. Ojalá haya una tercera», dice Eloy Gila con la esperanza de poder seguir sumando play-off y, quién sabe, si en plena madurez, demostrar que tenía hueco en Segunda División.

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