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La comparecencia de Enrique Martín tras el desastre de La Romareda fue descafeinada. Si el equipo no estuvo a la altura en el campo, tampoco el técnico en la sala de prensa que se limitó a admitir unas palabras contundentes del capitán, Abraham Minero, a pie de césped. «Ha faltado actitud y compromiso», decía el defensa grana. «Hay compromiso, pero tiene que haber bastante más», se limitaba a decir el preparador navarro cuando se le preguntó sobre las declaraciones del líder del vestuario. Sin más y en un tono pausado. De resbalón.
Asumió la responsabilidad de un partido malo de los suyos que se fue al traste con el primer tanto de Verdasca a la salida de un córner. «Luis Suárez era el que tenía que ocupar esa zona, pero estaba lesionado en la banda», afirmaba el técnico. Después llegó el 2-0 y el 3-0 en una jugada en la que admite que «teníamos que ser más agresivos y evitar esa internada hasta el borde del área, ha faltado contundencia».
Con el 3-0 al descanso el partido ya estaba «encauzado» y la segunda mitad, con el Zaragoza «más relajado», el equipo no ha conseguido darle la vuelta.
Enrique Martín pedía un sobresfuerzo más a la afición grana. «Olvidar y centrarse en el partido del domingo ante el Numancia», como si asumir una nueva derrota fuera sencillo. No para los seguidores a los que no sabía qué decir. «Que vamos a seguir peleando. Es complicado, pero mientras hay vida hay esperanza. Quedan 30 puntos y cosas más raras se han visto, pero hay que partir de una intensidad fuera de lo normal», aseguraba el técnico que confiaba en seguir teniendo el apoyo del Consejo.
Sí que tuvo palabras para la afición el capitán que pedía, para empezar, «perdón» por no haber estado a la altura de las circunstancias y por haberles hecho «perder el tiempo».
