Ensayo de oficio

El Villarreal B obligó al Nàstic a trabajar en defensa y bajo control rival. Los granas salieron bien parados aunque faltó capacidad de crear más peligro. Empate final sin goles

14 agosto 2019 19:09 | Actualizado a 17 agosto 2019 14:00
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La prueba del Miniestadi acabó en tablas en el marcador y con muchas notas que apuntar para el cuerpo técnico del Nàstic. Fue un test incómodo. Un anticipo de lo que el equipo grana se va a encontrar en Segunda B. Partidos duros, intensos y con momentos en los que tirar de oficio para resistir al acoso rival. Supo llevarlo a cabo con ciertas dificultades pero acabó con un 0-0 ante uno de los grandes equipos de la liga que todos firmarían en competición regular.

El Villarrel B era una buena piedra de toque para calibrar el punto de cocción del Nàstic. Un rival con las mismas inquietudes en el trato al balón. Miguel Álvarez es fiel a las directrices del club amarillo. Presión adelantada, juego de posición y ataques precisos. A la zaga grana le costó tapar los arrebatos eléctricos de Akale y compañía. Perone, que debutaba como jugador grana esta temporada y luciendo el brazalete de capitán, vio como los jóvenes del Villarreal le superaban por velocidad, obligándole a rectificar o a cortar la acción de ataque con dureza.

El equipo de Bartolo se testó en la faceta de equipo subyugado trabajando constantemente el repliegue. Sufriendo, que también hace falta aprender a sufrir. A los futbolistas granas les costaba atrapar el balón y proceder a elaborar jugadas largas. Corrieron más tiempo detrás del balón y para recuperar posiciones que en dirección a la portería del Villarreal B.

En ese trabajo defensivo destacó Juan Rodríguez. Su potente juego aéreo despejó peligros inminentes. También Cheikh anduvo acertado bajo palos. Carece de estética en sus intervenciones pero es efectivo y eso es lo que cuenta. El juego de pies combina buenas acciones con errores, pero asume el riesgo con frialdad. Con 19 años presenta buenas credenciales para convertirse en un portero de ligas profesionales.

Carreón volvió a tener minutos de inspiración táctica. Su lectura del juego le situaba en la mejor posición posible para recuperar balones. Bajó prestaciones con el balón en los pies. No anduvo acertado y se precipitaba en el momento de darla.

Abeledo volvió a tener minutos en el lateral izquierdo pasando muchos apuros para cerrara su costado.

Volvió al verde Habran, un futbolista que levanta ilusión en la grada. Dejó detallitos. Una zancada potente que si coge la dirección adecuada pocos rivales podrán frenar al francés.

Del once que puso de partida Xavi Bartolo en el Miniestadi de Villarreal destacó Lolo Plà. Le tocó saltar a la presión y recuperar fuelle para salir al ataque cuando el equipo corría hacia adelante. Cumplió y encima se ofreció como apoyo entrelíneas.

En líneas generales el esfuerzo defensivo le pasó factura en la construcción. Hubo precipitación de pases y desmarques. No se encontraba el camino adecuado por el piso y el balón acababa pasando demasiado tiempo por el cielo.

Al partido no le faltó tensión y dureza. Hubo entradas a destiempo e innecesarias por parte de ambos conjuntos que aumentaron el nivel de competitividad del choque.

Bartolo cambió a todo el equipo en el segundo acto. Solo Juan Rodríguez y el portero Sarr se mantuvieron en el terreno de juego. El central ex del Sporting de Gijón jugó los 90 minutos, la mitad para seguir recorriendo kilómetros con David Goldar, que tuvo que abandonar el encuentro a falta de cinco minuntos para el final por un mareo debido a un balonazo. Los dos gallegos siguieron fortaleciendo conexiones para convertir la zaga en un muro infranqueable.

El cambio de rostro sirvió para equilibrar algo más el encuentro. El Nàstic pudo gozar de más posesión y hacer más acto de presencia en los dominios del Villarreal B. Javi Márquez fue el ancla que en el primer tiempo lo había sido Viti, con Petcoff y Giner a sus costados de interiores. El conjunto grana ejecutó mejor el plan y consiguió llevar la pelota a la zona de peligro amarilla.

Pol Valentín lograba alcanzar la línea de fondo para ponerla en el área. Nadie la cazó. También tuvo una ocasión Pol Prats. Puso la directa y fue dejando rivales a su paso. Le sobró un recorte para evitar que el defensor le tapara el tiro.

El Villarreal B espaciaba sus llegadas y ya no eran tan elaboradas sino más eléctricas y aisladas. Les bastó para volver a poner a prueba a Sarr con un tiro que el meta rechazó con el cuerpo.

El Nàstic volvió a exhibir debilidades pero también capacidad para soportar, con entereza, la superioridad del rival.

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