España acaba a lo grande

La delegación española firmó nueve medallas en la tarde en el último día de competición. Mireia Belmonte, lejos de su mejor nivel, sumó un oro y una plata y se lleva un botín de cuatro, las mismas que Jessica Vall, ayer bronce y plata 

26 junio 2018 08:08 | Actualizado a 26 junio 2018 10:51
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En 20 minutos España ya se había embolsado dos medallas en la sofocante sobremesa de Campclar. Fue el aviso para una tarde pletórica de la natación española, especialmente la femenina, que puso el broche a la tercera y última jornada de la especialidad en la piscina olímpica. La delegación española brilló y se apuntó nueve metales, dando así un buen empujón al medallero total de estos Juegos y compitiendo mano a mano con Italia, la gran dominadora.

Abrió el griego Kristian Gkolomeev la lata bajo el sol justiciero, con el oro en los 50 metros libres masculinos y a partir de ahí España firmó un goteo de podios. En la prueba femenina, la castellonense Lidón Muñoz igualó el récord de España que ella misma tenía en su poder (25.20) y firmó la plata, por detrás de la egipcia Farida Osman (24.83). 

En los 50 metros braza, otra vez la barcelonesa Jessica Vall exhibió inspiración (31.49) y se adjudicó el bronce, erigiéndose en una de las auténticas estrellas de estos Juegos; a los oros conseguidos el fin de semana, se apuntó esta vez ese bronce; luego repetiría en relevos, con una plata que redondeaba su actuación en Tarragona hasta cosechar los cuatro metales, un espectacular balance. 

Pero ninguno de esos éxitos podía empañar la repercusión y el impacto que tiene todo lo que hace Mireia Belmonte, otra vez la principal atracción de la tarde. Ella se llevó todas las miradas y todo el apoyo en forma de ovaciones y lema, desde pancartas (’Go Mireia’) a los propios cánticos de ánimo.

Por eso no falló en su prueba, después de la gris participación de los otros días. Se impuso en los 200 metros mariposa (2:07.80), modalidad en la que también es campeona olímpica. La badalonesa, como es habitual en ella, nadó de menos a más para batir, por solo 26 centésimas, a la portuguesa Ana Catarina Monteiro, que fue en cabeza prácticamente toda la carrera.

Fue un duelo vibrante, una remontada que encandiló al público en uno de esos momentos mágicos de la jornada. Una hora después, volvió a meterse en el agua para nadar los 400 metros libres, en los que libró un intenso mano a mano con la italiana Simona Quadarella, que acabó llevándose el oro al tocar la meta solo 19 centésimas antes que la catalana.

Belmonte cerró su participación en Tarragona 2018 con cuatro medallas: dos oros y dos platas, un botín satisfactorio para ella a pesar de los altibajos y de no estar en su mejor momento. El propio Fred Vergnoux, su entrenador, reconoció junto a la piscina que la campeona olímpica «debe trabajar mucho» para afrontar con garantías los Europeos que se disputarán el próximo agosto en Glasgow.

«Ella sabe que debe trabajar mucho para que no pase lo mismo», dijo el francés en alusión al rendimiento de la badalonesa, por debajo de lo esperado pese a los dos oros y las dos platas cosechadas. Vergnoux comentó que ahora queda «recuperarse y trabajar con intensidad» y que para ello se trasladarán al CAR de Sierra Nevada, donde estará «tranquila, comerá bien, dormirá bien».

«Me voy con buen sabor de boca, aunque sé que no estoy en un nivel óptimo. Estoy contenta. También se aprende de los momentos malos, de que hay que confiar siempre en uno. No hay que rendirse nunca en la competición», resumía Belmonte. 

Pero no quedó ahí el festival español en del agua. Faltaba la contribución masculina, que corrió a cargo de Hugo González. El balear fue plata en 200 espalda, poco antes de que la catalana África Zamorano, en la prueba femenina, repitiera el color de la medalla. Era la quinta presea española.

También en hombres se reivindicó el valenciano David Levecq, plata en 100 metros paralímpicos, igual que la catalana Sarai Gascón, que en la misma cita de féminas se embolsó también la plata. Sólo quedaban los relevos.

España rozó el podio en hombres con una cuarta plaza. Tenían que ser ellas, las chicas, estrellas de la modalidad, las que bajaran el telón con otro metal en el 4x100, donde firmó una plata, entre otras cosas por una buena actuación de Jessica Vall, a falta de Belmonte, que no nadó esta prueba, pero sí protagonizó la anécdota: tuvo que entregar ella medallas, por falta de encargados.

Algunas voces lo achacaron a una cuestión diplomática. En todo caso fue el fin de fiesta, la novena medalla ‘rojigualda’ del día, la 26ª en natación, con cinco oros, 15 platas y seis bronces. Sólo los italianos, 42 cajones en su haber, han sido superiores. 

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