Eternos (CF Reus 1 - 0 Olot)

El CF Reus escribe su página más gloriosa tras clasificarse para el play off a Segunda A por primera vez en su historia. Un gol de Vítor le da el triunfo ante la Olot. La derrota del Lleida y el empate del Hércules le dejan tercero en la tabla

19 mayo 2017 22:47 | Actualizado a 22 mayo 2017 18:14
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Óscar Rico cabalgó desbocado. A los 60 minutos, con la UE Olot ya en la trinchera. Con el Reus llamado a filas. De fondo retumbaron las trompetas en una imagen muy propia del viejo oeste americano. Era el momento del despliegue sin descanso. Media hora para derribar el campo de minas rival, tremendamente riguroso.

Rico atacó por dentro para perfilarse en la zurda, su guante preferido. El disparo chocó contra el muro, pero cayó en la red de un mago. Un artista de pose despreocupado. De vestido discreto. De cara inocente. Se hace difícil pensar en maldad cuando ves a Vítor trotar sobre el césped. El portugués eligió su pincel preferido y dibujó un remate maravilloso. Desde la frontal, culminó con la melodía del músico más bohemio del mundo. La pelota tomó dirección a la gloria. Por arriba. Una utopía para Gianni, el arquero rival.

El Reus se protegió aliviado. Había merecido el tesoro bastante antes, pero anduvo confundido en el oficio de la puntería. Vítor coronó 60 minutos de maniobras sencillas y bellas, las más difíciles en este juego. En realidad mereció la pena darle tregua y ofrecerle paciencia infinita. Entre otras cosas, porque cuando Vítor exhibe su frac y juega, la sinfonía del Reus alcanza la excelencia.

El luso madrugó para inaugurar su repertorio de sociedades. Se encontró con Rico en el minuto inicial. Le devolvió le pelota con un toque delicioso y habilitó al de Elche, que llegaba como un avión. Óscar cayó al suelo desplomado con el gol acariciándole. El penalti pareció evidente. El juez miró hacia otro lado. Los chicos de Natxo necesitaron armarse de valor para no desquiciarse con las sentencias de Nicolás Espejo, muy quisquilloso, sobre todo en el primer round.

La puesta en escena de la UE Olot mandó mensajes de amenaza. No se plantó en el Estadi para convertirse en la dama bonita. Quería protagonismo. Defender su prestigio con dignidad. Lo logró. Hizo correr detrás del balón al Reus en un primer cuatro de hora de lucha sin cuartel por el manejo del juego. Sólo hasta que Colorado empezó a sentirse responsable. A oír los gritos del mejor cantaor flamenco pidiendo auxilio. Se sumó al tablao con elegancia.

A los 25 minutos, el de Jerez se incorporó al segundo poste con inteligencia. Se resguardó en un escondite invisible y le cogió la espalda al lateral del Olot, Calavera. Éste miraba el balón. Colorado atacó la pelota y culminó, pero tampoco valió. Por fuera de juego. En todo caso Vítor sonrió. Su colega se añadió a esa nómina de ‘empresas’ lujosas. Con colaboradores de buen pie como Rico o Ramon Folch.

El Reus comenzó a inclinar el partido. A gobernarlo con autoridad. Colorado regresó a primera línea de fuego con la testa. Rico midió con su privilegiado ojo clínico un servicio desde la derecha. También al segundo poste emergió Colorado. Eligió la colocación con el movimiento de su cuello. El balón lamió el ángulo.

El Reus prefirió la cordura para terminar con la resistencia visitante. Enorme decisión. El paso de los minutos no consumió su esperanza. Tampoco su sistema nervioso. Enseñó madurez con el corazón a mil pulsaciones por segundo. Vítor voló con el afán de culminar una transición de librillo, ya tras el respiro. Intercambió papeles con Colorado. Éste se disfrazó de asistente generoso y el luso de depredador hambriento. La media chilena de Vítor, terriblemente estética, rozó el larguero.

No le importó demasiado. Daba la sensación de que sonreía escondidas. Conocedor del desenlace más especial. Lo firmó con su remate imponente desde la frontal, cuando restaba media hora por delante. La ventaja rearmó al Reus en autoestima, pero el esfuerzo agotador le obligó a sufrir. No era nada nuevo. Los chicos han convivido con la épica muchos días.

Aparecieron contratiempos como la lesión de Ñoño, que obligó a modificar la naturalidad de algunos futbolistas. Rico terminó de lateral izquierdo, por ejemplo. Natxo acudió a las rotaciones para ofrecer frescura. Fran, Masqué y Xisco estaban obligados a aportar para mantener la firmeza y gestionar con coherencia los minutos de la angustia. En ella volvió a relucir Edgar Badia, con dos paradas cardíacas a remates de Robert, un futbolista supersónico, especialista en asaltar los espacios. Robert no empañó la fiesta de este grupo de amigos que se resiste a cambiar. Conquistador de la eternidad.

 

 

 

Play-off

Este lunes por la tarde se realizará el sorteo del play-off. Los posibles rivales del CF Reus son el Racing de Ferrol, el Almeria B y el Guadalajara.

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