Fali vuelve al Mini Estadi

La figura de Fali (Valencia, 1993) no pasa desapercibida allá por donde pasa. Estamos ante un futbolista que huye de egos y focos. Un jugador con un perfil que responde más a tiempos pasados que no a los actuales. Juega con esa naturalidad que demuestra fuera del terreno de juego.

En este pasado mercado invernal ha regresado al Nàstic sobre la bocina. Cuando nadie le esperaba. Su llegada ha sido vital para el equipo. Tanto a nivel deportivo como emocional. La afición le ha demostrado que le echaba de menos. En aquellos seis meses que estuvo antes de marcharse cedido, Fali se ganó el corazón de la hinchada grana.

Este sábado, el mediocentro regresa al club en el que ha militado durante los últimos dos años. En el Barça B se convirtió en un futbolista imprescindible desde su llegada. Aterrizó en enero de 2015 con un vestuario roto y que observaba con pavor los puestos de descenso a Tercera División. Una tesitura inadmisible para un filial como el  azulgrana.

El valenciano no tardó en erigirse en el líder de aquel joven plantel. Se convirtió en una voz autorizada desde el primer día. Conocía a la perfección cual era su papel tanto dentro como fuera del campo. Debía de dotar de carácter a un vestuario extremadamente joven y frágil. Su llegada surgió efecto. El filial del Barça remontó el vuelo gracias a una segunda vuelta acorde a la calidad que atesoraba su plantilla. A nivel personal, el mediocentro acumuló 16 partidos.

Finalizó la temporada y desde la directiva culé ya se vislumbraba el futuro con ambición. El ascenso era un el objetivo. Fali debía seguir siendo una pieza vital para alcanzarlo. Se lo había ganado. El curso 2016/2017 fue de ensueño para el futbolista valenciano. Completó un año magnifico con 36 partidos en su cuenta particular y fue una figura destacada en el ascenso del filial azulgrana a la categoría de plata.

Ya en Segunda División, Fali también fue una pieza clave para el Barça B. Tanto, que la directiva culé se negó en un principio a dejarle regresar al Nàstic. Sin embargo, el mediocentro se había ganado decidir su futuro. Sentía que su viaje en Can Barça había llegado a su fin. Había agotado una etapa. Necesitaba volver al club que le sacó de la Segunda División B. Triunfar en un escenario al que anhelaba.

Eso sí, siempre que ha podido, el ‘7’ grana ha agradecido públicamente el trato por parte del club azulgrana. Gracias a él, Fali ha crecido tanto como futbolista como persona. De hecho, el Barça le ha ayudado a sacarse la ESO y el carnet de conducir, tal y como reconoció en una entrevista televisiva.

Fali parece haber tomado la decisión acertado. A día de hoy es un fijo para Nano Rivas. Nadie vislumbra una medular sin el valenciano al mando. Es un futbolista extremadamente impetuoso que dota al centro del campo del Nàstic de un tesón y una contundencia que echaba en falta. Fali se reencontrará con muchos de sus ‘hermanos pequeños’. Sin embargo, él siempre avisa: “En el campo no hay amigos”.