Forjado en el hielo ruso

Yaros se marchó de Rusia hace dos años para venirse a vivir a Riudoms. Actualmente, estudia en el Pare Manyanet y su dominio del castellano impresiona al llevar tan poco tiempo en España

19 mayo 2017 15:40 | Actualizado a 19 mayo 2017 15:40
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La historia de Yarolav Stavitsky (Moscú, 2004) es una de esas que sacan a relucir la cara más amable del fútbol. Una de esas que potencian la vertiente integradora del deporte. Yaros es un niño de 13 años que tuvo que venirse a vivir a Riudoms hace tan solo dos años atrás. El motivo fue el fichaje de su hermano por el Barcelona de Hockey Hielo. Un cambio brusco de vida que Yaros afrontó sin temor alguno. Su sonrisa siempre permanente en su rostro confirma que su proceso de adaptación a su nueva vida está más que completado.
El fútbol ha tenido mucho que ver con esta adaptación. En concreto, el infantil ‘B’ de La Floresta, club en el que milita el ruso desde principio de temporada. Su entrenador, Alex Barros, ha sido una de las personas claves en la integración del niño a su nueva vida. “A nivel personal, desde un principio se adaptó muy bien con los compañeros. Es más, desde el primer día siempre ha sido uno de los niños más divertidos del vestuario”, asegura el entrenador florestino. Y es que Yaros apenas domina todavía el castellano, pero ya se defiende con mucho mérito con el idioma. En el Pare Manyanet, colegio en el que estudia, aprende a pasos agigantados. Sin embargo, “el catalán me está costando mucho más. Es muy difícil”, asegura entre risas.
Clave en un equipo ganador
A nivel futbolístico, Yaros también está totalmente inmerso en la dinámica del equipo. Poco a poco se ha ido erigiendo como una de las piezas claves del equipo. “Yaros es un chaval un poco frío a la hora de jugar, pero ahora está a un nivel muy bueno”, explica Alex Barros. Y es que el ruso actúa de interior en un equipo que está lanzado. Llevan cincos meses sin perder en Liga y todavía no saben lo que es caer como locales en toda la temporada.
Participa en el Mundialito
En el Mundialito de Cambrils, la Floresta también está completando un gran torneo. Han quedado terceros en el grupo 35 en el que estaban encuadrados, siendo superados por tan sólo el Nàstic de Tarragona (2-1) y el Atlético de Madrid (2-0). Este último encuentro ante los colchoneros les hacía especial ilusión a Yaros y sus compañeros, quienes ya fantaseaban con las instantáneas tan atractivas que iban a poder subir Instagram, red social de la que el ruso, por cierto, es un auténtico fan. 
Y es que Yaros está tan comprometido con el equipo que no dudó en cancelar su viaje a Rusia al saber que iba a tener la oportunidad de disputar un torneo de gran prestigio internacional con La Floresta. “Durante esta semana de Mundialito, Yaros se ha quedado en casa de un compañero de equipo,  ya que sus padres sí que se han marchado a Rusia de vacaciones”, explica Alex Barros. Sin duda, una prueba tangible de la adaptación del crío. 
Para las siguientes rondas del torneo, Yarov sonríe cuando se le plantea la posibilidad de jugar ante un equipo ruso. “Me haría mucha ilusión”, afirma. Eso sí, a la hora de decantarse por alguno equipo de la Russian Premier League, Yaros no lo hace. Sí lo hace para declararse hincha acérrimo del Bayern de Múnich. Entre Nàstic y Reus, tampoco se moja. Entre Madrid y Barça confiesa que le tira el blanco. Yarolav Stavitsky es uno de esos ejemplos que demuestran que el fútbol es algo más que un simple deporte. 
La historia de Yarolav Stavitsky (Moscú, 2004) es una de esas que sacan a relucir la cara más amable del fútbol. Una de esas que potencian la vertiente integradora del deporte. Yaros es un niño de 13 años que tuvo que venirse a vivir a Riudoms hace tan solo dos años atrás. El motivo fue el fichaje de su hermano por el Barcelona de Hockey Hielo. Un cambio brusco de vida que Yaros afrontó sin temor alguno. Su sonrisa siempre permanente en su rostro confirma que su proceso de adaptación a su nueva vida está más que completado.

El fútbol ha tenido mucho que ver con esta adaptación. En concreto, el infantil ‘B’ de La Floresta, club en el que milita el ruso desde principio de temporada. Su entrenador, Alex Barros, ha sido una de las personas claves en la integración del niño a su nueva vida. “A nivel personal, desde un principio se adaptó muy bien con los compañeros. Es más, desde el primer día siempre ha sido uno de los niños más divertidos del vestuario”, asegura el entrenador florestino. Y es que Yaros apenas domina todavía el castellano, pero ya se defiende con mucho mérito con el idioma. En el Pare Manyanet, colegio en el que estudia, aprende a pasos agigantados. Sin embargo, “el catalán me está costando mucho más. Es muy difícil”, asegura entre risas.

Clave en un equipo ganador

A nivel futbolístico, Yaros también está totalmente inmerso en la dinámica del equipo. Poco a poco se ha ido erigiendo como una de las piezas claves del equipo. “Yaros es un chaval un poco frío a la hora de jugar, pero ahora está a un nivel muy bueno”, explica Alex Barros. Y es que el ruso actúa de interior en un equipo que está lanzado. Llevan cincos meses sin perder en Liga y todavía no saben lo que es caer como locales en toda la temporada.

En el Mundialito de Cambrils, la Floresta también está completando un gran torneo. Han quedado terceros en el grupo 35 en el que estaban encuadrados, siendo superados por tan sólo el Nàstic de Tarragona (2-1) y el Atlético de Madrid (2-0). Este último encuentro ante los colchoneros les hacía especial ilusión a Yaros y sus compañeros, quienes ya fantaseaban con las instantáneas tan atractivas que iban a poder subir Instagram, red social de la que el ruso, por cierto, es un auténtico fan.

Canceló su viaje a Rusia 

Y es que Yaros está tan comprometido con el equipo que no dudó en cancelar su viaje a Rusia al saber que iba a tener la oportunidad de disputar un torneo de gran prestigio internacional con La Floresta. “Durante esta semana de Mundialito, Yaros se ha quedado en casa de un compañero de equipo,  ya que sus padres sí que se han marchado a Rusia de vacaciones”, explica Alex Barros. Sin duda, una prueba tangible de la adaptación del crío. 

Para las siguientes rondas del torneo, Yarov sonríe cuando se le plantea la posibilidad de jugar ante un equipo ruso. “Me haría mucha ilusión”, afirma. Eso sí, a la hora de decantarse por alguno equipo de la Russian Premier League, Yaros no lo hace. Sí lo hace para declararse hincha acérrimo del Bayern de Múnich. Entre Nàstic y Reus, tampoco se moja. Entre Madrid y Barça confiesa que le tira el blanco. Yarolav Stavitsky es uno de esos ejemplos que demuestran que el fútbol es algo más que un simple deporte. 

 

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