Fran Miranda recupera su sitio

El mediocentro de Badajoz comenzó como suplente, pero ya es indiscutible

05 enero 2021 19:50 | Actualizado a 06 enero 2021 11:41
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Cuando Fran Miranda llegó el año pasado al Nàstic en el mercado de invierno fue una inyección de moral para todos. Plantilla y afición. Aquel mediocentro con un corpachón de gigante zarandeaba y ordenaba a sus compañeros desde la medular desde el minuto uno con una personalidad arrolladora desde la sala de máquinas. A grito pelado daba instrucciones de manera constante como si no hubiese un mañana. Aquel comportamiento conquistó a una afición a la que siempre le han gustado los jugadores con carácter. Toni Seligrat buscaba eso cuando le pidió al conjunto grana su fichaje. El Nàstic adolecía de jugadores con personalidad, que no se arrugaran ante la presión. Aquella plantilla talento, pero echaba en falta algo más de carácter.

Meses más tarde, el presidente de la entidad, Josep Maria Andreu, respondía a otro medio de comunicación que el mediocentro que llegó procedente del Hércules había sido el jugador que más le había sorprendido de los fichajes realizados en invierno. Miranda no solo había conquistado a la plantilla y a la afición, sino que también había encandilado a la cúpula grana. Su futuro en Tarragona apuntaba a caminar sobre la felicidad.

Esta temporada las cosas no comenzaron de manera tan ideal como en sus primeros meses en el Nou Estadi. Una lesión impidió que completara la pretemporada al mismo ritmo que sus compañeros. Al mediocentro le costó coger ritmo y eso unido al buen rendimiento de Javier Ribelles en su misma posición provocó que comenzara la temporada oficial como suplente durante los dos primeros partidos.

Poco duró aquel ostracismo porque era cuestión de que Miranda cogiese ritmo para que Toni Seligrat, su principal defensor, le volviera a meter en el once. Es una evidencia que el mecentrocampista de Badajoz tiene la confianza absoluta de su entrenador. Confía en él ciegamente y si está bien es muy complicado que no sea indiscutible. Es el entrenador sobre el terreno de juego y la conexión que existe entre ambos no es un secreto para nadie.

Fue en la tercera jornada ante el Olot cuando Miranda asaltó la titularidad. Lo cierto es que el jugador de Badajoz no comenzó con grandes actuaciones producto de que su estado físico todavía no era el más adecuado. Algo lógico, puesto que su preparación estival no había sido lo ideal por una lesión que le obligó incluso a pasar por el quirófano. Necesitaba carga de minutos y la tuvo y el tiempo le ha ido metiendo de lleno en la dinámica ganadora del equipo.

Líder de la sala de máquinas

Desde que entrase en el once inicial, Miranda no ha salido. Ha encadenado siete partidos consecutivos como titular y ha relegado a Javier Ribelles al banquillo de nuevo. Es un jugador cumplidor, que aporta carácter e intensidad defensiva. A la hora de circular tiene más problemas, pero como es consciente de sus limitaciones no arriesga en exceso y apuesta por el pragmatismo cuando tiene el cuero en sus pies. Una decisión inteligente para un jugador muy experimentado. Una de esas piezas que calman al equipo cuando los partidos entran en fase de borrascas. Sabe jugar el otro fútbol como nadie y ese es el que en muchas ocasiones decanta la balanza y más en partidos de tremenda igualdad.

Fran Miranda se encuentra ya en plena forma y disfruta del momento que viven él y sus compañeros. El Nàstic es líder del subgrupo 3A y lo es gracias al rendimiento y la actitud de jugadores como él. Futbolistas que llegaron con un conjunto grana al borde del abismo y que lo han situado en el contexto de soñar con todo.

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