Goldar y Petcoff, la medular del Nàstic

El futbolista gallego y el mediocentro argentino acumulan ya cuatro partidos siendo titulares en una sala de máquinas de la que se han apoderado

01 noviembre 2019 18:10 | Actualizado a 11 noviembre 2019 12:42
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Cuando la dirección deportiva del Nàstic con Sergi Parés a la cabeza comenzó a diseñar la plantilla de esta temporada tenía claro que el centro del campo debía ser una zona del terreno de juego capital para el conjunto grana. Allí se iba a concentrar gran parte de su fútbol asociativo y por ello las piezas que tenían que conformar la sala de máquinas debían de ser alto talento. No se podía fallar.

El director deportivo vallense logró mantener en la plantilla a Javi Márquez y Viti, dos jugadores de la plantilla de la pasada temporada, pero en los que se tenían puestas muchas esperanzas. Los dos futbolistas eran predilectos para la filosofía de juego que quería implantar Xavi Bartolo.

Los dos tuvieron muchas ofertas en el mercado de verano. Márquez decidió declinarlas al ver que su estancia en Tarragona podía ser muy distinta al calvario que había vivido desde su llegada. El mediocentro barcelonense se sintió muy atraído por el modelo que su nuevo entrenador quería implantar. Lo de Viti fue distinto. Nunca quiso seguir, pero nunca presentó una oferta lo suficientemente convincente. Para él sí, pero la entidad tarraconense no recibió una cuantía lo suficientemente interesante como para plantearse su venta.

Estos dos futbolistas tenían que conformar una medular de lujo y referente en la categoría junto a Damián Petcoff. El mediocentro argentino fue uno de los jugadores más cotizados del mercado estival. Recibió múltiples ofertas, pero finalmente aceptó la oferta del Nàstic. La confianza del club tarraconense fue absoluta en un futbolista que estaba llamado a ser la guinda de una sala de máquinas de altas revoluciones.

Sin embargo, en el fútbol no hay nada seguro y en Tarragona se ha vuelto a demostrar. Porque lo que parecía una medular de ensueño, a día de hoy ni está ni se le espera. Al menos en los próximos partidos. Viti se ha desmarcado de las posibilidades de ocupar un puesto en el centro del campo. Su actitud nunca ha sido la correcta desde que permaneció en el Nàstic una vez cerrado el mercado de verano. Hartazgo es lo que produce su comportamiento y Xavi Bartolo no duda en dejar entrever que salvo un cambio radical en su actitud, seguirá sin contar con minutos.

Lo de Javi Márquez fue diferente. Un mazazo. Un regalo envenenado al final de la pretemporada. Dos días antes del primer partido oficial de la campaña ante el Llagostera, el mediocentro barcelonense caía lesionado. Lo que parecía una lesión que le iba a tener cerca de un mes de baja se ha ido dilatando a lo largo del tiempo. A día de hoy sigue en el parte médico con la siguiente descripción: “Lesión miofascial en el cuádriceps derecho. Su evolución marcará la disponibilidad”.

Damián Petcoff es el único de los teóricos tres titulares que está en estos momentos contando con minutos. El mediocentro argentino todavía no está a un nivel superlativo, pero lo cierto es que su rendimiento va a más y ya ha dejado unas cuantas actuaciones más que interesantes.

Ante este contexto, Xavi Bartolo ha tenido que probar distintas alternativas. Óscar Sanz y Jorge Carreón, ambos futbolistas del filial, han ocupado la sala de máquinas en algún partido de la temporada. Sobre todo el boliviano que fue un futbolista clave en los primeros partidos del curso.

No obstante, David Goldar ha sido el futbolista que ha terminado de convencer al técnico ilerdense para realizar la función de mediocentro defensivo que tanto ha añorado el Nàstic. El gallego llegó como central este verano procedente del Cornellà, pero ya había jugado en la medular en las categorías inferiores del Celta. Bartolo le probó en el pivote en la segunda mitad ante el Lleida y su rendimiento admitió tan pocas sospechas que desde entonces nadie le ha movido de ese sitio.

La falta de efectivos en la medular ha terminado provocando que la idea inicial de Bartolo haya virado tanto en su forma como en su contenido. Del 4-3-3 ya no queda rastro y es el 4-4-2 el sistema que se ha impuesto en las últimas jornadas. Además, el fútbol asociativo que se intentó proponer en un principio ha dejado pasado a un estilo de juego más práctico y en que el que el repliegue y las transiciones ofensivas están tomando cada vez mayor incidencia.

En este 4-4-2, David Goldar y Damián Petcoff se han apoderado del doble pivote. El gallego tiene un rol defensivo, mientras que el argentino se encarga más de construir y moverse con mayor libertad por la medular. Ambos se complementan bien y están cada vez más sólidos. El técnico del Nàstic parece haber encontrado un centro del campo tan imprevisto como fiable.

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