Gracias, fútbol (Elche 4-4 Nàstic)

El Nàstic suma un punto importante en el campo del Elche, en un duelo donde se vio dos veces por delante del marcador y en el que tuvo que levantar un 3-1 en contra. Un espectáculo de fútbol

19 mayo 2017 17:52 | Actualizado a 21 mayo 2017 15:24
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Bendita locura la vivida ayer en el Martínez Valero. Cuando el hambre aprieta, las fuerzas salen a la luz. El Nàstic, en la cola de la liga y perdiendo 3-1, fue capaz de levantar el resultado al Elche, aunque al final sólo pudo rascar un punto. Nada tiene que ver este 4-4 con el de la temporada pasada ante el Córdoba. El cuadro grana entonces era tercero y luchaba para alcanzar la élite del fútbol estatal. Ahora es completamente opuesto, necesita salir de pozo. Para los que les sepa a poco este empate, sin duda por imagen, confianza y capacidad, puede ser el punto de inflexión que el equipo ansía. Méritos no le faltan. 
Sorprendió Vicente Moreno con su once. El eje de la zaga lo formaron Bouzón y Molina, dúo inédito esta temporada. Suzuki se desplazó al lateral derecho por primera vez. Y Gerard Valentín, por delante del japonés, de puro extremo. Una apuesta arriesgada del técnico, que llegaba a Elche con ocho bajas entre lesionados y compromisos internacionales. 
Impresionó el planteamiento grana. Sólo 15 segundos necesitó Gerard para poner a prueba a Juan Carlos. Acción de Rharsalla, que cede la bola al punto de cal. La revienta el gerundense al muñeco. Replicaron los ilicitanos con un centrochut que Saja echó a córner. 
La alta intensidad no fue sólo cosa del aperitivo. Se siguió pisando área. Gerard tapó un despeje de Juan Carlos que por poco no puso en serios problemas al meta local. Luego, Dorca empalmó un centro por encima del larguero de Saja. Ahora, tiro de Pedro que Tejera bloquea con el cuerpo. La disputa estaba huérfana sin un dueño capaz de poner pausa.
No hizo falta para que el Nàstic hallara la senda del gol. En una acción de contragolpe perfectamente hilvanada, Uche teledirigió la pelota al hueco. Álex López se anticipó al defensa franjiverde y se introdujo en el área a golpe de zancada. Fulminó a Juan Carlos para dar alas al conjunto grana (0-1). La tarde empezó con una sonrisa, pero la alegría es un estado de ánimo efímero. 
Cuatro minutos necesitó el Elche para frenar el subidón grana. Buscaba el empate y lo encontró. Balón al segundo palo que Pedro cede al centro del área. Nino, con la caña desplegada, la envió a la red (1-1). El veterano delantero dejó claro que si el Nàstic quería jugar al intercambio de golpes, tenía que contar con todo un catedrático en la materia cerca de su área. 
Sin tiempo para la reacción, Matilla se sacó un chut lejano que estrelló en la madera. Mientras muchos todavía suspiraban, recuperándose del susto, se mascó la desgracia. Centro de Hervías que Nino cabecea al fondo de la red libre de marca (2-1). Ya había avisado el ariete franjiverde. No perdona en su terreno.
El partido se tranquilizó. El Nàstic se adueñó de la posesión para rehacerse. Fue una muestra clara de que el Elche dominaba la batuta del cuero. Cuando le interesaba impregnaba velocidad o cedía el esférico para ralentizar el ritmo. 
Les costó su tiempo, pero los tarraconenses pisaron de nuevo área. Pase al espacio de Suzuki al que no llega por los pelos Rharsalla. E internada de Mossa que la pone rasa pero ni Álex López ni Gerard alcanzan el cuero. Poco más ofreció la primera mitad, que al filo del descanso estuvo cerca del tercero del Elche. Córner que remata Josete, pero Zahibo salva la acción casi sobre la línea de cal. 
El segundo acto tuvo un inicio insulso. Sólo fue una quimera. Una artimaña de trilero con el espectador. A la vuelta de la esquina aguardaba un espectáculo futbolístico. Antes, Uche tuvo en un mano a mano el empate a dos, pero Juan Carlos aguantó y la envió a córner. Ca
Bendita locura la vivida en el Martínez Valero. Cuando el hambre aprieta, las fuerzas salen a la luz. El Nàstic, en la cola de la liga y perdiendo 3-1, fue capaz de levantar el resultado al Elche, aunque al final sólo pudo rascar un punto. Nada tiene que ver este 4-4 con el de la temporada pasada ante el Córdoba. El cuadro grana entonces era tercero y luchaba para alcanzar la élite del fútbol estatal. Ahora es completamente opuesto, necesita salir de pozo. Para los que les sepa a poco este empate, sin duda por imagen, confianza y capacidad, puede ser el punto de inflexión que el equipo ansía. Méritos no le faltan. 

Sorprendió Vicente Moreno con su once. El eje de la zaga lo formaron Bouzón y Molina, dúo inédito esta temporada. Suzuki se desplazó al lateral derecho por primera vez. Y Gerard Valentín, por delante del japonés, de puro extremo. Una apuesta arriesgada del técnico, que llegaba a Elche con ocho bajas entre lesionados y compromisos internacionales. 

Impresionó el planteamiento grana. Sólo 15 segundos necesitó Gerard para poner a prueba a Juan Carlos. Acción de Rharsalla, que cede la bola al punto de cal. La revienta el gerundense al muñeco. Replicaron los ilicitanos con un centrochut que Saja echó a córner. 

La alta intensidad no fue sólo cosa del aperitivo. Se siguió pisando área. Gerard tapó un despeje de Juan Carlos que por poco no puso en serios problemas al meta local. Luego, Dorca empalmó un centro por encima del larguero de Saja. Ahora, tiro de Pedro que Tejera bloquea con el cuerpo. La disputa estaba huérfana sin un dueño capaz de poner pausa.

No hizo falta para que el Nàstic hallara la senda del gol. En una acción de contragolpe perfectamente hilvanada, Uche teledirigió la pelota al hueco. Álex López se anticipó al defensa franjiverde y se introdujo en el área a golpe de zancada. Fulminó a Juan Carlos para dar alas al conjunto grana (0-1). La tarde empezó con una sonrisa, pero la alegría es un estado de ánimo efímero. 

Cuatro minutos necesitó el Elche para frenar el subidón grana. Buscaba el empate y lo encontró. Balón al segundo palo que Pedro cede al centro del área. Nino, con la caña desplegada, la envió a la red (1-1). El veterano delantero dejó claro que si el Nàstic quería jugar al intercambio de golpes, tenía que contar con todo un catedrático en la materia cerca de su área. 

Sin tiempo para la reacción, Matilla se sacó un chut lejano que estrelló en la madera. Mientras muchos todavía suspiraban, recuperándose del susto, se mascó la desgracia. Centro de Hervías que Nino cabecea al fondo de la red libre de marca (2-1). Ya había avisado el ariete franjiverde. No perdona en su terreno.

El partido se tranquilizó. El Nàstic se adueñó de la posesión para rehacerse. Fue una muestra clara de que el Elche dominaba la batuta del cuero. Cuando le interesaba impregnaba velocidad o cedía el esférico para ralentizar el ritmo. 

Les costó su tiempo, pero los tarraconenses pisaron de nuevo área. Pase al espacio de Suzuki al que no llega por los pelos Rharsalla. E internada de Mossa que la pone rasa pero ni Álex López ni Gerard alcanzan el cuero. Poco más ofreció la primera mitad, que al filo del descanso estuvo cerca del tercero del Elche. Córner que remata Josete, pero Zahibo salva la acción casi sobre la línea de cal. 

El segundo acto tuvo un inicio insulso. Sólo fue una quimera. Una artimaña de trilero con el espectador. A la vuelta de la esquina aguardaba un espectáculo futbolístico. Antes, Uche tuvo en un mano a mano el empate a dos, pero Juan Carlos aguantó y la envió a córner. Casi al instante, el cuadro ilicitano marcó el tercero. Falta en la frontal, que costó la amarilla a Mossa, y Matilla rompe las telarañas del ángulo con un disparo magistral por el palo de Saja (3-1). 

Vicente Moreno quemó las naves. Entraron Stephane Emaná y Maloku, previamente Jean Luc ya había ingresado desde el banco. Con más frescura en ataque, el Nàstic aprovechó espacios a la carrera. En una falta en el balcón de la grande, Tejera botó el cuero al área y Pedro lo tocó con el brazo. Pena máxima. No perdonó Tejera desde los once metros (3-2). Quedaba tiempo para soñar con la remontada, pero no hizo falta demasiado para ver de nuevo portería. Como antes, llegó a balón parado. Córner que pone Tejera al segundo poste y Bouzón cabecea al centro del área. Allí remató Suzuki a quemarropa ante la parada de Juan Carlos. La pelota salió rebotada al larguero, pero Álex López la cazó para hacer el 3-3. 

Tenía guardada otra el ariete de Calafell, figura grana indiscutible en el Martínez Valero, tanto por lucha como por aportación colectiva. Con el empate iluminando las gradas, el Nàstic buscó bola con más empuje. El Elche estaba desnortado, no sabía cómo le habían igualado dos dianas a favor en un santiamén. Entonces Álex López recibió en el vértice zurdo del área franjiverde. Revoloteó sobre su eje para poner el pase de la muerte. Jean Luc, verdugo perfecto, no dejó respirar a su víctima y machacó la red (3-4).

Por desgracia para los intereses granas, el cuadro local resurgió de sus cenizas. Restaba más de un cuarto de hora, tiempo de sobra para que el Elche, púgil de peso, respondiera los ganchos tarraconenses. En un mal despeje de la zaga visitante, Hervías cedió la pelota a la media luna para la llegada de Dorca. Su duro tiro fue imparable para Saja (4-4).  

Los compases finales se vivieron en una atmósfera dominada por la precaución. Ambos equipos echaron el cerrojo, más centrados en defender que en otros aspectos. Los delanteros eran figurantes que ya habían vivido su momento de protagonismo. La alta intensidad defensiva se reflejó con la segunda amarilla a Bouzón en un salto con un contrincante. La acción más peligrosa en el descuento fue un disparo de  Correa que lamió la madera de Saja. 

El triple pitido requirió varios minutos para digerir el espectáculo vivido. Una oda al fútbol vertical y, en cierta medida, anárquico que suelen odiar técnicos perfeccionistas como Vicente Moreno. Igualmente, hay que felicitar a su equipo y darle las gracias al fútbol por, de vez en cuando, ofrecernos este tipo de espectáculos.

 

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