Héroes del ascenso

Ángel Martínez y Alberto Benito regresan este viernes al Estadi, aunque con la camiseta del Zaragoza. Fueron claves en el pionero éxito hacia Segunda A

23 abril 2018 16:25 | Actualizado a 25 abril 2018 17:07
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Muchos lazos comunes invaden las carreras deportivas de Alberto Benito (Tarragona, 1992) y Ángel Martínez (Barcelona, 1991). Sólo un año les separa de quinta, aunque llegaron al mismo tiempo al CF Reus, en verano de 2015 y con la necesidad de reactivar sus trayectos. Procedían de dos filiales. Benito, de la fábrica de Mareo, donde se atrevió en el Sporting B, aunque no terminó de romper. Ángel lo había intentado de nuevo en el Espanyol B, después de pasar por el Deportivo. Regresó al punto de partida, porque el Espanyol fue su casa desde la infancia. En el Reus hallaron la paz y el equilibrio para reencontrarse. Su historia con el club estuvo repleta de pasión y éxito. Duró poco pero cautivó máxima intensidad.

El tiempo y su afán por el progreso les situó en la primera línea de fuego. Uno por cada lado. Benito se adueñó del carril diestro. Ángel del zurdo. Cuentan con tantas semejanzas que hasta coinciden en la posición. Estamos hablando de dos laterales, de distinta naturaleza. Alberto es más profundo, dispone de alma de extremo. Cuando llega suele hacer daño. En el Reus no sólo se convirtió en un buen defensor. Fue un grandísimo asistente. El mejor socio en ataque. Su primera aparición resultó extraordinaria. Completó 30 apariciones y se coronó héroe indispensable del ascenso. El pionero a Segunda División.

Ángel convive con el equilibrio, de menos estridencias ofensivas, suele dominar los registros de la contención. Le ayudó su primera faceta de central.  Su fiabilidad le llevó a completar 32 partidos y coincidió con su socio en los festejos del ascenso. Martínez se reencontró en Reus con una labor silenciosa. Sólo sus tatuajes y su barba hípster llamaban la atención. Los hinchas le adoraron.

Con contrato, los dos carrileros se enfrentaron a una prueba definitiva. Necesitaban demostrar que podían actuar en el fútbol profesional. También correspondieron con alto rendimiento. Benito ocupó un lugar privilegiado. Fue definitivo para que el Reus lograra su primera permanencia en Segunda División. 31 partidos y dos goles cautivaron a los proyectos más ambiciosos de la categoría. Pujaron Mallorca y Zaragoza. Ganó el Zaragoza.

Ángel Martínez tampoco defraudó. Ese rigor en sus actos le permitió asentarse sin problemas. Con un fútbol menos vistoso, pero enormemente práctico para el Reus. Completó 33 actuaciones y, como Alberto, finalizaba contrato. El Zaragoza también la cazó, una operación que no tardó en salir a la luz. De nuevo iba a justarse con Benito, aunque en una esfera de grandes dimensiones. El Zaragoza y su yo. Un club con un entorno fascinante para lo bueno y complicado para lo malo. La tradición del Zaragoza es descomunal.

Los dos héroes del ascenso regresan este viernes al Estadi con el sentimiento intacto. Seguramente vivirán emociones encontradas. Por un lado precisarán luchar por un resultado que impulse al Zaragoza al play off de ascenso. Por otro, deberán gestionar el cariño que probablemente recibirán de los adeptos del Reus. Normal. Son gente agradecida.

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