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El cambio de mentalidad y de estructura que el CF Ampolla, que compite en Segunda Catalana, ha experimentado en este último año dejan claro que el club ebrense pasa por una transición que mira hacia adelante. En primer lugar, es destacable que el nuevo presidente de la entidad, que asumió el cargo en 2020 por estas fechas, tiene solamente 22 años. Llàtzer Bru, que ya ha tenido que tomar decisiones importantes como dirigente, explica los cambios que sufrió la plantilla del primer equipo: «El club llevaba muchos años con una plantilla muy similar, y queríamos construir algo nuevo», explica el joven presidente. «Fichamos a 11 jugadores y creo que finalmente ha quedado un grupo muy sólido».
El dirigente del CF Ampolla, que considera que ha tomado mejores y peores decisiones en este primer año al mando de la entidad y sabe que tiene mucho margen para aprender en el cargo, lamenta que la súbita suspensión de la competición impidiera que el equipo mostrara su mejor versión: «Me habría gustado que el equipo hubiera podido demostrar su capacidad en el campo. En el arranque de liga ganamos el primer partido y no pudimos evitar la derrota en el segundo, pero estábamos jugando a buen nivel y la plantilla prometía. Muchos fichajes llegaron en verano y tuvimos poco tiempo para entrenar, pero aun así todos los jugadores se adaptaron rápidamente y lo demostraron en el inicio de competición», asegura Llàtzer Bru.
Como tantos otros equipos del panorama territorial, el CF Ampolla apenas ha vuelto a entrenar desde que en octubre llegara el indefinido parón liguero. Al principio por impedimento restrictivo y más adelante por decisión de la junta, la entidad se ha decantado por no seguir con la preparación en grupo dada la incertidumbre que hay acerca de un remoto regreso al césped. El presidente del club explica que no encontraban el sentido a reanudar los entrenamientos: «Desde que se anunció que parábamos de jugar lo detuvimos todo, porque económicamente supone demasiado esfuerzo mantener la actividad si no hay un partido el sábado o el domingo en el que mostrar los resultados», cuenta Llàtzer Bru. Los ebrenses entrenaron una sola semana durante el mes de diciembre, pero volvieron a parar cuando se descartó la idea de retomar los partidos a inicios de enero. Ante la preferencia de algunos clubes de no reanudar la competición, Bru explica que prefieren hacer caso a lo que los responsables acaben decidiendo: «Ellos son los expertos, por lo que haremos lo que decreten las autoridades sanitarias. Eso sí, volver sin público sería un golpe duro, tanto anímica como económicamente».
Independientemente de que se vuelva a intentar disputar la actual temporada o se opte por esperar hasta la siguiente, el CF Ampolla tiene claro su cometido: encontrar un sitio cómodo y estable en Segunda Catalana. Así lo explica Llàtzer Bru: «La idea del equipo es solidificarse en esta categoría y convertirnos en un equipo a tener en cuenta. Y por qué no, en el caso de que con los años consigamos crecer y mejorar como equipo y se presenta la oportunidad de apuntar más alto, también podría plantearse esa idea».
La vitalidad de este combinado nuevo y lleno de juventud ha tenido muy pocas oportunidades para probarse en el campo, pero sus sensaciones al inicio de la campaña fueron buenas y desde la entidad se destila ilusión en este proyecto que acaba de arrancar y al que le queda mucho recorrido.
Llàtzer Bru, junto con el resto de la directiva, ha apostado por renovar, y esta renovación ha inyectado ganas y motivación a la junta, al cuerpo técnico y a la recién estrenada plantilla. Todo apunta a que, si se cohesiona este grupo de jugadores y se convierte en un plan de futuro, el CF Ampolla tiene entre manos una plantilla con mucho potencial a largo plazo.
