Hockey: Marín regresa coronado

El delantero reusense cierra su ciclo de dos cursos en el Barça con la segunda Copa de Europa. Acaba de ser padre con 28 años y a partir de junio sentirá de nuevo la camiseta del Reus Deportiu

19 mayo 2017 22:55 | Actualizado a 22 mayo 2017 18:07
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Raúl Marín (Reus, 1986) amplió su corona de premios este fin de semana, en la ciudad italiana de Bassano del Grappa. Allí levantó la segunda Champions. Este delantero desequilibrante, con dotes técnicas privilegiadas, ha cumplido un trayecto de dos años de títulos y prestigio en el Barcelona. Dos Ligas, dos Copas de Europa, una Intercontinental y dos Supercopas de España adornan su estantería de galardones  como azulgrana. El paso por el Palau Blaugrana le ha valido la pena, aunque este verano regresará a casa. Reus le espera. Como un hijo pródigo.
El último éxito continental ha aparecido en una época de madurez culminante. Marín acaba de ser padre con 28 años del pequeño Hugo. Comparte experiencia con su pareja Inés, con laque reside desde hace unos años en Vila-seca. 
En junio de 2013, una llamada del Barcelona prácticamente cambió su vida. Permanecía como franquicia del proyecto del Reus y mantenía una oferta de renovación encima de la mesa, a la que estuvo a un paso de dar el visto bueno. Ricard Muñoz, actual entrenador del campeón europeo, pensó en él porque su perfil encajaba. Marín responde a la etiqueta de atacante diferencial. Su principal virtud es el gol. Con confianza puede alcanzar cifras  casi impensables. En 2011, cuando levantó su primera Liga con el Reus, se convirtió en máximo artillero del campeonato con 40 dianas. Marín es un experto exponente de la nueva era de especialistas. Gran lanzador de tiros directos. Otro valor indispensable en el hockey moderno.
En realidad, el reusense siempre fue así desde chico. Destacó rápido en las inferiores del Reus, sobre todo por su capacidad ofensiva. Renunció a muchos ratos con los amigos para entrenar solo en la pista exterior de la calle Gaudí. Siempre tuvo claro lo que quería ser, pero una sombra planeó sobre su perfil desde entonces. Marín olvidó por momentos el trabajo defensivo. La madurez y aprendizaje al lado de grandes jugadores le han hecho entender que sin sacrificio para recuperar la pelota, no hay éxito. 
En esto siempre fue un privilegiado. Creció con Vadillo, Sabater,  Garcia, Caldú, Toni Sánchez, Teixidó y compañía, antes de buscarse el pan fuera. Alcoy, Igualada y Vilanova sirvieron como experiencia. Un máster superior antes del primer regreso. La vuelta fue soñada. En verano de 2010 sintió que el momento de hacer historia en el Reus había llegado. Lo logró. Levantó el título doméstico al lado de amigos como Trabal, Casanovas, Molet, Caldú o Negro Páez. También con Marc Gual, con el que ha compartido viaje en el Barça. Sus altibajos de protagonismo en el poderoso campeón van a propiciar su salida cuando finalice el curso. 
El trauma resulta menor si el Reus te pone encima de la mesa cuatro años de contrato y plena confianza.El segundo regreso a la calle Gaudí le sitúa en primera línea de fuego. Es la joya del proyecto que va a dirigir Enrico Mariotti en la 2015-16. El canterano, junto a Roger Molina, deberá asumir responsabilidades en los días oscuros, aunque Marín nunca ha esquivado la presión. Es más, en muchas ocasiones con ella se ha sentido poderoso. 
Raúl Marín (Reus, 1986) amplió su corona de premios este fin de semana, en la ciudad italiana de Bassano del Grappa. Allí levantó la segunda Champions. Este delantero desequilibrante, con dotes técnicas privilegiadas, ha cumplido un trayecto de dos años de títulos y prestigio en el Barcelona. Dos Ligas, dos Copas de Europa, una Intercontinental y dos Supercopas de España adornan su estantería de galardones  como azulgrana. El paso por el Palau Blaugrana le ha valido la pena, aunque este verano regresará a casa. Reus le espera. Como un hijo pródigo.

El último éxito continental ha aparecido en una época de madurez culminante. Marín acaba de ser padre con 28 años del pequeño Hugo. Comparte experiencia con su pareja Inés, con laque reside desde hace unos años en Vila-seca. 

En junio de 2013, una llamada del Barcelona prácticamente cambió su vida. Permanecía como franquicia del proyecto del Reus y mantenía una oferta de renovación encima de la mesa, a la que estuvo a un paso de dar el visto bueno. Ricard Muñoz, actual entrenador del campeón europeo, pensó en él porque su perfil encajaba. Marín responde a la etiqueta de atacante diferencial. Su principal virtud es el gol. Con confianza puede alcanzar cifras  casi impensables. En 2011, cuando levantó su primera Liga con el Reus, se convirtió en máximo artillero del campeonato con 40 dianas. Marín es un experto exponente de la nueva era de especialistas. Gran lanzador de tiros directos. Otro valor indispensable en el hockey moderno.

En realidad, el reusense siempre fue así desde chico. Destacó rápido en las inferiores del Reus, sobre todo por su capacidad ofensiva. Renunció a muchos ratos con los amigos para entrenar solo en la pista exterior de la calle Gaudí. Siempre tuvo claro lo que quería ser, pero una sombra planeó sobre su perfil desde entonces. Marín olvidó por momentos el trabajo defensivo. La madurez y aprendizaje al lado de grandes jugadores le han hecho entender que sin sacrificio para recuperar la pelota, no hay éxito. 

En esto siempre fue un privilegiado. Creció con Vadillo, Sabater,  Garcia, Caldú, Toni Sánchez, Teixidó y compañía, antes de buscarse el pan fuera. Alcoy, Igualada y Vilanova sirvieron como experiencia. Un máster superior antes del primer regreso. La vuelta fue soñada. En verano de 2010 sintió que el momento de hacer historia en el Reus había llegado. Lo logró. Levantó el título doméstico al lado de amigos como Trabal, Casanovas, Molet, Caldú o Negro Páez. También con Marc Gual, con el que ha compartido viaje en el Barça. Sus altibajos de protagonismo en el poderoso campeón van a propiciar su salida cuando finalice el curso. 

El trauma resulta menor si el Reus te pone encima de la mesa cuatro años de contrato y plena confianza.El segundo regreso a la calle Gaudí le sitúa en primera línea de fuego. Es la joya del proyecto que va a dirigir Enrico Mariotti en la 2015-16. El canterano, junto a Roger Molina, deberá asumir responsabilidades en los días oscuros, aunque Marín nunca ha esquivado la presión. Es más, en muchas ocasiones con ella se ha sentido poderoso. 

 

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