Imanol y Ramiro Guerra, una medular invicta

Los dos centrocampistas del Nàstic compartieron centro del campo la pasada temporada en el filial del Villarreal. Juntos no perdieron ningún partido

28 noviembre 2018 18:16 | Actualizado a 02 diciembre 2018 15:45
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El pasado sábado debutaron con la camiseta del Nàstic Imanol García y Ramiro Guerra. El centrocampista navarro acababa de aterrizar a Tarragona cedido por el Osasuna en una operación que se pudo producir por la baja de larga duración de César Arzo. El medio uruguayo, cedido por el Villarreal en verano, por fin podía dejar atrás sus problemas con las lesiones y disputar sus primeros minutos nueve meses después de su último encuentro. Ambos futbolistas estuvieron en el once inicial y sumaron su partido número once juntos.

Ramiro e Imanol compartieron vestuario la pasada temporada en el filial del Villarreal. Guerra cumplía otro paso dentro de la fábrica de futbolistas del Madrigal, mientras que el navarro llegaba de Osasuna para seguir formándose. No tardaron en coincidir sobre el terreno de juego. En la segunda jornada del campeonato de Segunda B, ante el Atlético Saguntino, Javi Calleja, entrenador del segundo equipo del submarino amarillo, les juntó en la sala de operaciones del equipo.

El técnico madrileño tiene predilección por el centrocampista uruguayo. Tanto que lo convirtió en un habitual del primer equipo cuando se hizo cargo del banquillo del Madrigal. Mientras que Imanol se ganó el puesto por sus cualidades. Unas virtudes que también supo ver el entrenador Miguel Álvarez cuando relevó a Calleja en el Miniestadi. «Era un complemento sensacional para los futbolistas que había. Aportaba cosas diferentes. Juego de posición, robos en el medio del campo, coberturas a nivel defensivo y aportaba en la salida de balón por dentro», detalla el aún preparador del Villarreal B. Fue una pieza crucial en la gran temporada del filial, que se quedó a un gol del ascenso a Segunda.

El centrocampista de Esquiroz actuaba de pivote defensivo en un sistema de rombo, dando equilibrio al equipo gracias a su potencia física. Ramiro lo hacía, cuando ambos coincidían sobre el césped en el interior derecha de esa figura táctica. Sobre el uruguayo, Miguel Álvarez comenta que «es un chico cien por cien de la cantera del Villarreal. Con los valores que tratamos de inculcar a los futbolistas. Queremos que los jugadores que entrenan en dinámica del primer equipo cuando bajen demuestren porqué les llaman desde arriba y Ramiro lo demostraba en cada entrenamiento y partido con nosotros». El jienense no pudo contar mucho con él porque contaba para el primer equipo (disputó hasta diez encuentros con el Villarreal entre Copa, Liga y Europa League) y después por la lesión, pero tiene claro que «por su proyección acabará triunfando en el primer equipo».

Pareja invicta

La pasada temporada acabaron jugando diez partidos juntos. El balance es de cuatro victorias y seis empates, lo que les convierte en una pareja de centrocampistas invicta hasta el momento. Tampoco cayeron en su debut con el Nàstic en la pasada jornada frente al Almería. El tanto de Imanol adelantó al conjunto grana en el marcador. Un tanto que Ramiro celebró con su amigo en el córner del Nou Estadi entre Gol Nord y Tribuna. Cuando se disgregó la piña se encontraron para fundirse en un abrazo con sello amarillo.

Los andaluces lograron remontar, pero Barreiro colocó el 2-2 definitivo que mantiene la buena estadística de la pareja. Dos centrocampistas que han dado otro aire a la sala de operaciones del Nàstic. Enrique Martín, como en su día Javi Calleja o Miguel Álvarez, no tardó ni un solo día en juntar a navarro y uruguayo. Dos futbolistas posicionales que pueden garantizar seguridad y salida al balón. Dos conceptos necesarios para salir de abajo.

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