Javi Bonilla renace en la pretemporada

Las pretemporadas suelen dejar sorpresas positivas y negativas. Cada verano hay jugadores que dan un paso al frente y otros que se empequeñecen en función del contexto. Javier Bonilla está demostrando ser de los primeros, puesto que su rendimiento en los tres amistosos que se llevan está siendo excelso.

No ha sido un verano tranquilo para el jugador soriano. El Numancia le tentó con una oferta más que atractiva en su nueva andadura en Segunda División B tras abandonar el fútbol profesional. Fue a principios de mercado y el lateral escuchó la propuesta y le hizo buenos ojos. El fichaje de Joan Oriol era una declaración de intenciones del Nàstic y de Toni Seligrat.

La llegada del lateral cambrilense dejaba a Bonillla en un escenario de incertidumbre. El mensaje era claro: ya no era intocable e iba a tener que competir por un puesto en el once titular con uno de los laterales más importantes del bronce en las últimas temporadas.

Otros hubiesen forzado la máquina para abandonar el Nàstic cuanto antes y marcharse al Numancia, dónde sí que le prometía un papel relevante en el equipo. Sin embargo, Bonilla no se dejó llevar por la situación y trabajó en tranquilidad. El destino estaba escrito y pasara lo que pasara, él tenía que seguir peleando desde el primer minuto de pretemporada hasta el último.

Toni Seligrat sorprendió a todos colocando a Javi Bonilla de interior frente al Horta en el primer partido de pretemporada. Fue una decisión inesperada y positiva. El rendimiento del soriano llamó la atención. Tanto, que ante el Barça repitió y fue el autor del único tanto de los granas en el Estadi Johan Cruyff con un buen disparo desde la frontal.

Ante el Zaragoza volvió a repetir de titular en la posición de interior. Jugó media parte y su actuación volvió a ser destacada junto a la del resto del equipo. El soriano fue protagonista también del único tanto de los tarraconenses con un córner botado que remató en primera instancia Jesús Rueda y que Pedro Martín embocaría a portería vacía.

No existen dudas de que Javier Bonilla tiene uno de los guantes más privilegiados de toda la Segunda División B. En su zurda habitan muchos puntos, ya que es un consumado especialista del juego parado. Faltas, penaltis, córneres… su repertorio es amplio y la temporada ya fue protagonista de muchos de los goles del Nàstic.

Convence de interior

En la posición de interior, el soriano está completando buenas actuaciones, ya que es un lugar del terreno de juego que le permite explotar virtudes y tapar carencias. Si Bonilla sufría el año pasado en alguna faceta del juego era en fase defensiva, dónde su espalda solía ser un carril libre para el rival.

En la posición de interior juega más protegido, tiene un campo de acción más reducido y entra más en contacto con el balón y lo hace en posiciones más cercanas a la portería rival a la que puede amenazar con sus envíos o sus disparos.

Su rendimiento en el centro del campo ha sido tan positivo que Toni Seligrat no se imagina un Nàstic sin Bonilla en la plantilla. El cartel de intransferible se ha posado sobre el soriano y si el Numancia quiere ficharlo va a tener que presentar una oferta muy suculenta. Bonilla partirá este curso como interior y también será la alternativa a Joan Oriol en el lateral izquierdo.

Además, también puede jugar como extremo, posición que ya ocupó en el pasado. Se trata de un multiusos en toda regla y esa faceta siempre encandila a los entrenadores. Un jugador polivalente siempre es necesario en una plantilla y Seligrat es consciente de ello. No existen dudas de que Javi Bonilla es el renacido de la pretemporada del Nàstic. Salvo sorpresa, el soriano seguirá en el Nou Estadi.