Jesús Rueda, capitán desde el primer día

El central extremeño ejerció de líder sobre el terreno de juego en el estreno 
de liga. Dirigió y ordenó al equipo dentro del campo y lo animó tras la derrota

21 octubre 2020 09:40 | Actualizado a 22 octubre 2020 10:30
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Jesús Rueda (Corte de Peleas, 33 años) demostró en el Estadi Johan Cruyff de Sant Joan Despí (Barcelona) por qué la plantilla le ha escogido como primer capitán del equipo. El futbolista extremeño ha asumido el rol de liderazgo que el Nàstic fue a buscar en enero de 2020 y que tras la marcha de Javi Márquez, último ‘capi’, había quedado huérfano. A Rueda le sobra veteranía y experiencia para recoger el testigo del badalonés. A lo largo de sus 33 años, 66 partidos en Primera, 116 en Segunda y 120 en Segunda B las ha visto de todos los colores. Descensos, ascensos, partidos duros, errores, aciertos, etc. El fútbol poco le va a sorprender. Conoce prácticamente todas su vertientes y cuando resultó ser el hombre destinado a lucir el brazalete del Nàstic aceptó el reto con orgullo y con la responsabilidad que conlleva. Dos aspectos que puso en práctica desde el mismo instante en el que recibió el encargo.

Más allá de figurar ya en la historia del club como el primer capitán oficial en la era Covid-19 y lucir en la foto del estreno liguero junto con Óscar Mingueza, capitán del filial barcelonista, y el cuarteto arbitral, Rueda ejerció el papel de líder sobre el terreno de juego. Lo hizo desde el centro de la zaga.

No hay mejor manera que animar a tus compañeros en pleno asedio azulgrana que encadenar acciones de mérito. Como un despeje de cabeza potente o una anticipación brillante para sacar el coraje de todo el equipo. Ese efecto combativo en los primeros instantes duró todo el partido en la defensa tarraconense. Los tímidos acercamientos culés eran absorbidos por una zaga y un sistema definidos sobre el papel de los entrenamientos por Seligrat y verificados por los futbolistas sobre el verde.

La aportación del futbolista de Corte de Peleas en defensa permitió al equipo acomodarse sobre el terreno de juego y poder adelantar la estructura unos metros, hasta provocar la inseguridad en las filas locales.

Rueda, uno de los puntales del equipo en el juego de estrategia, también intentó aportar en el aspecto ofensivo. Pero, no fue de los mejores días granas en esa faceta. Fue el extremeño el encargado de dar la cara tras la derrota. Como deben hacer los capitanes. Aguantar el timón cuando el viento hace zozobrar la nave. «Nos fastidia que se nos escapara el partido en lo que más dominamos, el juego aéreo. Pero los veteranos nos encargaremos de levantar los ánimos», aseguró encomendándose esa tarea. También se ocupó de elevar las quejas por el «penalti clarísimo» que no pitó el árbitro y pedir «más respeto para un equipo histórico de Segunda B». Rueda tiene madera de sobra para ser capitán.

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