Joan Laporta, nuevo presidente del Barça por goleada

El que ya fuera máximo mandatario se impuso con un 
58% de votos a su dos rivales: Toni Freixa y Víctor Font

08 marzo 2021 10:10 | Actualizado a 08 marzo 2021 10:38
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Como en su primera etapa, Joan Laporta (Jan, para los amigos) accede a la presidencia del Barça casi como un salvador. En 2003, sucedió a Joan Gaspart, en un periodo muy convulso, que puso fin al nuñismo. Ahora, llega en plena crisis institucional y económica, días después de la detención policial de su antecesor, Josep Maria Bartomeu, acusado de corrupción. Y toma las riendas con el encargo de reflotar la nave blaugrana, maltrecha tras unas derrotas muy sonadas en los últimos años en Champions.

Laporta se impuso ayer con claridad en las elecciones presidenciales del FC Barcelona. Obtuvo el 58% de los votos, por el 30% de Víctor Font y el 10% de Toni Freixa. El nuevo mandatario regresa al palco del Camp Nou como el candidato más votado de la historia. Un chute de moral para alguien que va sobrado de autoestima. Es el quinto presidente que repite en el cargo.

En cuanto deposite un aval de 124 millones, podrá tomar posesión del sillón azulgrana. Recibe un mandato claro de la masa social, porque la participación, a pesar de la pandemia, fue del 40%. Y con el resultado de las urnas, debería tener un arranque de mandato con una cierta paz social, aunque eso en Can Barça es más bien una quimera, en un club en constante guerra de guerrillas entre unas y otras familias.

Si bien segundas partes nunca fueron buenas, Laporta asegura que coge las riendas con la experiencia de haber sido el máximo mandatario durante la época dorada de la entidad. Jan ocupó el sillón presidencial entre 2003 y 2010 y en esos siete años el Barça ganó un Mundial, dos Champions y cuatro ligas, incluido un sextete, que solo el Bayern ha sido capaz de igualar.

Tras su paso por el Camp Nou, Laporta, como Berlusconi o Gil y Gil, creyó que podría aspirar a todo en la política. De perfil populista y personalista, intentó ser presidente de la Generalitat y más tarde alcalde de Barcelona. Fracasó con estrépito en ambas empresas.

Se retiró a los cuarteles de invierno en su bufete de abogados. Ahora regresa por todo lo alto. Era el candidato del independentismo, que llevaba años suspirando por tener un presidente afín en el Camp Nou para que no vuelva a ocurrir lo del 1-O de 2017, en que Josep Maria Bartomeu desoyó al Govern y se negó a suspender el partido de liga, como le pedían los líderes independentistas, como protesta contra las cargas policiales en el referédum ilegal. El secesionismo se ha implicado de lleno en estos comicios, que algunos calificaban como la segunda vuelta del 14-F.

Le avala el pasado

Laporta llega con la vitola del mejor Barça de la historia. Pero en el fútbol no vale vivir de rentas y se encuentra con varias patatas calientes. La primera es la situación económica. Convertido el Camp Nou casi en un parque temático para turistas, la pandemia ha golpeado con dureza las arcas culés, que no se recuperarán hasta que el mundo vuelva a la vieja normalidad.

El nuevo mandatario deberá renegociar fichas a la baja y tendrá que sentarse a hablar con Leo Messi, el mejor jugador de la historia del club, que ayer votó en las elecciones, lanzando un mensaje de compromiso con el futuro de la entidad.

Laporta ha asegurado en campaña que sabe cómo convencer al argentino para que se quede. Si se va, dejará muchos corazones rotos, pero no tantos como hubiera sido hace unos años. Una encuesta de TV3, señalaba ayer que el 65% de los socios considera imprescindible la renovación del rosarino.

Ya no hay unanimidad en torno al ‘10’. La otra decisión que tendrá que tomar el máximo responsable del club será si vuelve a la época de cantera, que Koeman ha empezado a cimentar con Ansu Fati, Pedri, Araujo, Mingueza o Ilaix, o lanzarse a reventar el mercado. Está por ver si renueva al holandés.

Situación deportiva

Laporta coge el timón de un club que ha sufrido derrotas históricas en Champions. En lo deportivo tampoco es tan catastrófico como lo pintan algunos. En parte, el entorno azulgrana y el aficionado ha perdido una cierta perspectiva histórica, pues el Barça nació en 1899 y estuvo casi un siglo sin ganar la Copa de Europa. La hinchada se ha acostumbrado tan mal en los últimos tiempos que las dos ligas que ganó el equipo bajo la dirección de Ernesto Valverde casi ni se celebraron. Ahora, a pesar de todo, los de Koeman aún tienen serias aspiraciones tanto en Liga como en Copa.

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