Joan Oriol: «Siento que le debo algo al Nàstic»

El lateral de Cambrils regresa a casa con la ilusión de ser partícipe de la vuelta del Nàstic al fútbol profesional

29 octubre 2020 06:50 | Actualizado a 29 octubre 2020 09:19
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Joan Oriol (Cambrils, 33 años) no esconde que ha cometido errores a lo largo de su carrera deportiva. El dinero motivó decisiones equivocadas que le alejaron de la élite profesional. Pero ahora, más maduro y centrado en poder acabar su carrera futbolística en lo más alto cree que está en el escenario perfecto para hacerlo. Porque el Nàstic, al fin y al cabo, es su casa.

¿No ha sido el inicio esperado en liga?

Está claro que hubiéramos preferido enlazar victorias, pero dentro de lo negativo, de tener solo 1 punto de 6 posibles, es que se ha visto una buen cara del Nàstic. Se ve a un bloque fuerte defensivamente. Apenas nos crean oportunidades. Al final los pequeños detalles marcan el desenlace. Sin entrar a valorar las decisiones arbitrales, que nos han perjudicado. El grupo trabaja a las mil maravillas. El éxito se busca y creo que estamos en el camino.

¿Cree que es inmerecido este 1 de 6?

Sí. Si analizas cómo hemos perdido los partidos han sido detalles. En Llagostera, un campo dificilisimo, haces un partido muy completo y consigues que prácticamente no te generen ocasiones. Te pitan un penalti, dudoso, y te anulan un gol, son detalles. Me quedo con lo positivo. Hemos hecho tantas cosas bien que soy optimista de cara al futuro. Cuando llegue una victoria el equipo irá en volandas.

¿No es de los que le dan muchas vueltas al tema arbitral?

No quiero entrar en decisiones que no podemos controlar. Sí que marcan partidos, pero debes pensar en las cosas que tú haces bien. Te pasas mucho tiempo defendiendo bien, pero luego tienes ocasiones claras y no consigues hacer gol. Tenemos que mirarnos a nosotros mismos y corregir estas pequeñas cosas que estoy convencido que se corregirán. Construir desde atrás para que les llegue mejor la pelota a los de arriba. Todo es un conjunto.

¿A nivel individual ha comenzado muy fuerte?

Vengo con la ilusión de un chaval de 18 años. Volver a casa, al Nàstic, con 33 años es un reto personal y una motivación. Tengo la sensación de que se lo debo al Nàstic. Ver al Nàstic en Segunda B, como tarraconense, me duele. Quiero que esté en la máxima categoría posible. Encontrar un club con el potencial del Nàstic en Segunda B es difícil. No hay. Quiero ser partícipe de que el Nàstic esté en el mundo profesional.

Su contrato con el Lleida expiró el 30 de junio y usted ya tenía acordado su fichaje por el Nàstic pero el club ilerdense no permitió que pudiera firmar al estar en ERTE ¿Cómo vivió esa situación?

Lo llevé mal. Pensaba que iba a tener un trato especial por mi excelente relación con el presidente del Lleida (Albert Esteve). No entendía después de las dos temporadas que había hecho, tanto en lo deportivo como en lo personal, tuvieran esa postura tanto conmigo como con el resto de compañeros en mi misma situación. No veía el motivo de no dejarnos ir si nuestro contrato estaba finalizado y solo queríamos trabajar en otro club. Puedo entender que no les hiciera gracia por la rivalidad con el Nàstic, pero el derecho humano a trabajar donde uno quiere, me hizo mucho daño. Acabar así con un club al que tenías muy buena relación, me tocó el orgullo.

¿Además quedaron como los malos?

Los aficionados conmigo siempre han sido muy agradecidos. Lo que me duele es que desde dentro del club hayan intentado tacharme de ser la voz cantante de lo que pasó. Defendí mis intereses, trabajar donde quería, a través de un sindicato que representaba a todos los jugadores.

Ha dado muchas vueltas en el mundo del fútbol para llegar al punto de partida, el Nàstic.

El Nàstic es mi casa. Aquí me dieron la oportunidad cuando tenía 18 años de hacer la pretemporada con el primer equipo, que acabó ascendiendo. Llegué a entrenar con Pinilla, Serrano, Buades, etc. y yo me veía muy verde. Me preguntaba: ¿Qué hacía allí si llegaba del juvenil preferente del Cambrils? Poco a poco, fui cogiendo algo más de nivel en la Pobla. Luego vino la cesión al Reus. Era consciente cada año que pasaba que iba mejorando. Llega un punto, cuando vuelvo del préstamo a Gavà, sí que veo que puedo dar el salto al mundo profesional. Pero al final hubo el acuerdo con el Villarreal por mi traspaso.

¿Había pensado que podía volver alguna vez?

Hubo un año que pensaba que iba a volver. La temporada 2015-16, la del penalti de Emaná que el equipo estuvo a punto de subir a Primera. Estaba en el Mallorca pero no quería seguir y hubo la opción de venir. Además, estaba la agencia que me llevaba, Promoesport. Me hubiera gustado venir antes.

Cuando firmó muchos aficionados recuperaron las palabras que dijo sobre el Nàstic siendo jugador del Lleida.

Esas palabras vienen de un calentón. He sido el seguidor número uno del Nàstic. Siempre pendiente de cómo estaba el equipo. Nunca quise el mal al Nàstic. Al contrario. Quiero que esté lo más arriba posible. A mí me hubiera gustado poder debutar con el primer equipo mucho antes y creo que pudo darse el caso. Sí que las palabras de de «que hicieron caja conmigo» están fuera de lugar. Venía caliente porque salía de un duelo con mucha rivalidad y luego unos aficionados me insultaron. Fue un cúmulo de cosas. Insisto, siempre estaré agradecido al Nàstic.

No le fue mal su salida del Nàstic. Llegó a la élite.

En Villarreal tuve la suerte de que Garrido, el técnico del filial, sube al primer equipo. Me conocía muy bien, y a mí y a otros cinco futbolistas del filial nos dio la oportunidad de subir al primer equipo. Es un club que llevo dentro y me lo ha dado todo.

Tras Osasuna, se marcha al Blackpool. ¿Cambió de chip?

En Osasuna no fui fuerte mentalmente. Ni yo estaba contento con mi año, jugué menos de lo que esperaba, y ellos tampoco estaban del todo satisfechos y decidí salir. Cometí un error marchándome de España.

¿Cómo le fue en Inglaterra?

Comencé jugando hasta que cambió el entrenador y decidió prescindir de los futbolistas españoles. En enero tuve que buscarme equipo. En España no buscaban laterales zurdos y me voy al Rapid Bucarest. Me equivoco porque la liga de Rumanía es más flojo. Juego cuatro meses y tengo la suerte de volver al Mallorca.

Luego volvió a salir de España para irse al Atromitos.

Otra mala decisión. Pensé en el dinero más que en lo deportivo, porque tenía ofertas de Segunda. La consecuencia fue que esa temporada pasé de un equipo que jugaba Europa League al Cornellà de Segunda B.

¿Ahora mides más las decisiones?

A partir de allí comienzo a pensar bien cada decisión. Si quería a alargar mi carrera necesitaba un equipo que fuera bien para mi tipo de juego. Cornellà, por su campo, no encajaba del todo en mi estilo. Me puedo adaptar pero no para destacar.

En enero pudo volver a la élite. El Málaga se interesó por usted.

Lo tenía casi hecho. Tampoco culpo al Lleida. Es normal que pidan dinero por un jugador que es importante en el equipo y más si están luchando por subir. Me fastidió, a nivel personal.

Está en el sitio perfecto para usted y para reengancharse a la élite.

Estoy en el club idóneo, en el mejor sitio donde se puede estar en esta categoría. El escenario perfecto para poder acabar mi carrera en casa, dejando al Nàstic en el mundo profesional.

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