Joan Vilella, Reus-Vancouver-Londres

Este hincha del Reus es empresario en Inglaterra, aunque ha recorrido medio mundo . Pagó 300 euros para ver el último derbi y el partido del ascenso

27 diciembre 2017 19:30 | Actualizado a 31 enero 2018 16:25
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Joan Vilella conoce cada rincón del Estadi. Lo descubrió a los cuatro años, cuando su padre Joan Maria le hizo socio, y las gradas todavía presumían de cemento. A los 34 de edad, este reusense casi no se cree que el equipo de su vida compita en las alturas del fútbol profesional. Él se acostumbró a las categorías amateurs y a ese fútbol con aroma a barrio, alejado del lujo. Admiró, de pequeño, a aquel brasileño que fichó Chamorro durante su mandato, Rocha. Hoy, casi siempre desde la distancia, disfruta de cada segundo del camino que su Reus traza en la división de plata.

Joan ejerce como empresario desde hace tres meses en Londres, aunque ha recorrido medio mundo para formarse y cubrir necesidades vitales. Eso no ha impedido que sus sentimientos futboleros cambien. Pasea su pasión por el Reus por cada grieta del planeta. En Londres, todos sus trabajadores ya se han enterado de dónde se encuentra la capital del Baix Camp y qué colores luce el CF Reus. Hace dos años que reside en la capital inglesa, aunque antes, durante dos y medio, convivió en Vancouver (Canadá). En su enciclopedia de recuerdos existe un anecdotario fascinante.

Durante su estancia en Canadá no le quedaba más remedio que poner el despertador a horas intempestivas para seguir los partidos del CF Reus por internet. En aquellos tiempos, con el equipo todavía en Segunda B. Para Joan se convirtió en rutina el levantarse a las 2 de la madrugada y enfundarse la bufanda. Siguió el partido de ida de la gloriosa eliminatoria por el ascenso ante el Racing de Santander ya en Londres. La red no entiende de distancias. Las acorta de un plumazo. Aquel 0-3 animó al hincha a niveles insospechados. Pagó más de 300 euros para volar hacia la capital del Baix Camp y ver, desde la zona de tribuna alta del Estadi, el 1-0 de David Haro, el que abrió las puertas de Segunda de par en par. Fue un 29 de mayo de 2016.

Este verano sucedió algo similar. El caprichoso calendario decretó derbi en la segunda jornada, en pleno mes de agosto. No fue obstáculo para el reusense, que volvió a abonar una cantidad idéntica de dinero para viajar y vivir el partido desde la zona noble del templo. Quizás, para él, el partido más incómodo de su vida tuvo lugar el pasado 1 de mayo. También se celebró derbi, aunque en este caso en el Nou Estadi de Tarragona. Nervioso, inquieto, atacado, cogió un avión de Praga hacia Londres durante el mismo horario del partidazo. No quiso saber nada hasta tocar tierra. Abrió el teléfono y el mar de mensajes le anunciaban la buena nueva. El gol de Máyor impulsó al Reus en territorio enemigo.

Joan ha encontrado socios en el lugar más insospechado de Europa. Concretamente en un tren, en Colonia (Alemania), topó con un teléfono reconocible. La melodía del celular de un viajero entonó el himno del Reus Deportiu. Curioso. Se llamaba Jordi y era de Reus. Lógicamente, sentía lo mismo que él. Joan y Jordi acabaron aquel día de fiesta juntos.  

Vilella se ha convertido también en un defensor de tradiciones ganxets. Asegura que le corre vermut de Reus por las venas. Hasta el punto que, en su empresa, tiene previsto, cuanto antes, colgar alguna bufanda o alguna camiseta del Reus para marcar algo de territorio y reivindicar raíces. En su agenda de locuras ya se han señalado nuevos objetivos. En Madrid, donde residen sus primos, resulta más que probable que los chicos de Garai cuenten con su fidelidad en las gradas. Apunta a Vallecas.

 

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