Jordi Roca: 'El premio vale la pena'

Fútbol. El exjugador del Nàstic vive en Vilallonga del Camp, trabaja en Constantí y juega en el Inter d’Escaldes de Andorra; todo para disfrutar de su pasión, el fútbol. 

03 agosto 2020 11:02 | Actualizado a 03 agosto 2020 12:10
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

El hogar en Vilallonga del Camp, el trabajo en Constantí y su pasión, el fútbol, en Andorra. En estos tres vértices se mueve la vida desde enero la vida de Jordi Roca. El que fue jugador de la Pobla de Mafumet y debutante con el Nàstic juega ahora en el Inter d’Escaldes. A pesar del sacrificio que supone las incontables horas, día tras día, desplazarse hasta el Principado, está viviendo una segunda juventud disfrutando de lo que más le gusta. Aunque llegó en enero de 2020 al club al ser requerido por Adolfo Baines, un viejo conocido del Nàstic, ha sido pieza clave para el Inter en la conquista de su primera liga andorrana, que le clasifica para la Champions League, y la Copa Constitució, aunque no pudo disputar ni las semifinales ni la final. 

 

¿Por qué no pudo disputar los dos últimos partidos de Copa?

Al ser semiprofesionales y no dedicarnos al 100%, pasan cosas como estas. Esta semana tenía compañeros de trabajo de vacaciones y me era imposible llegar a las convocatorias y a los partidos. Llegué a casa, vi el partido vibrando como si estuviera en el campo pero desde el sofá. 

Es un chasco después de todo el esfuerzo para llegar aquí.

Sí, ya sean partidos de copa o de liga. Aunque una final es siempre especial, mentalmente sé hacia dónde voy y lo que tengo. Lo primero es el trabajo, y después el fútbol. Este año, al menos. 

¿El año que viene puede ser primero el fútbol?

Podría, sí. Con la inversión que podremos hacer al haber logrado clasificarnos para la Champions, el club puede dar un paso hacia la profesionalización. Les ha costado muchos años conseguir estos resultados, ahora hay una oportunidad para dar el salto, o puede volver a pasar lo de la final de Copa, que algunos no podremos estar en partidos importantes por trabajo. 

¿Cuál es su trabajo?

Soy encargado de almacén en una empresa de flexitanks. Lo que significa que no es un trabajo en el que esté quieto delante de un ordenador, sino que requiere movimiento y esfuerzo, por lo que después lo notan las piernas en el terreno de juego. 

¿Cómo se lo ha hecho en estas últimas jornadas para poder ir a los partidos?

Se ha hecho muy complicado el tramo final de temporada. Por ejemplo, el día que ganamos la liga, no tenía fiesta. Trabajé desde las 7h de la mañana a las 15h. Comí y subí a Andorra justo para la convocatoria de las 19h y jugar el partido. 

Se debe hacer duro…

Sí, pero al final tengo gente a mí lado maravillosa que me apoya en todo y sin la cual no podría lograrlo. Mi pareja, sus dos hijos, y toda mi familia siempre han estado ahí para mí. El premio vale la pena y lo volvería a repetir, pero es cansado. Por ejemplo, antes del primer día en el que podíamos ganar la liga, quería subir un día antes para visitar al fisio. Subiendo a Andorra, tuve un accidente bastante duro. Pude salir del coche, pero me lo declararon siniestro. 

¿No tuvo lesiones importantes?

Me tuvieron que infiltrar porque tenía dolores en la cintura y alguna magulladura en las manos y brazos, pero tuve mucha suerte porque el coche quedó destrozado. El día siguiente me levanté sintiéndome bien y me pudieron llevar a Andorra para jugar. Pude jugar 55 minuts y además marqué, así que genial. 

¿Cuál fue la reacción de sus compañeros?

Tanto los jugadores, como el entrenador y el presidente no dejaron de preocuparse por mí, preguntándome si estaba bien, y esto es una de las cosas que valoro más del Inter d’Escaldes. Somos una familia. 

¿Cómo es tener a Adolfo Baines de entrenador?

Ya lo conocí en la Pobla, cuando era entrenador de porteros, grabador de partidos y encargado de la estrategia. Ya vi que era alguien muy pasional. Con las ganas que tenía, te motivaba con mensajes o con cosas puntuales que tenía preparadas. Como entrenador, aunque su trayectoria es aún corta, se nota que tiene una gran proyección. Siempre le pone las máximas ganas a todo, ilusión, y se rodea de gente de fútbol, que es importante. Si quiere, llegará lejos.

Ahora a por la Champions.

A disfrutarla. Pedí fiesta para ello. Nos vamos el siete a Suiza para enfrentarnos al campeón de Kosovo y, si pasamos, al de San Marino o Irlanda del Norte. Vamos confiados y con ganas de dar la campanada.

¿Cuánto fútbol le queda en las botas?

Tengo 30 años. Me veo muy bien físicamente, he ganado experiencia que con 23 años no tenía, así que mientras me duren las pilas seguiré. Cuando vea que no puedo, me apartaré.

Comentarios
Multimedia Diari