Joseba Etxeberria ‘leoniza’ al Tenerife

Al Tenerife le ha sentado realmente bien el relevo en el banquillo. Con Josep Lluís Martí el equipo había entrado en una dinámica de acomodamiento que le acercaron peligrosamente a las plazas de descenso. La destitución del entrenador mallorquín se llevó a cabo cuando el margen con la zona roja se había estrechado a mínimos. Un punto separaba a los canarios de la 19ª posición de la tabla.
La directiva tinerfeña decidió entonces jugársela a una carta arriesgada. Un exfutbolista nacional de élite pero en los albores de su carrera como técnico.

Joseba Etxeberria engullía experiencia en el banquillo del Amorebieta, en el grupo 2 de Segunda B. La situación del equipo se había reconducido después de un inicio accidentado. Un punto en seis jornadas alimentaron las dudas sobre la capacidad del técnico vasco. 

Su contratación dejó sorpresas en la isla. La directiva ya se había puesto en contacto con Joseba Etxeberria antes del partido contra el Granada. «Estáte atento», le dijeron los dirigentes canarios. El 53 veces internacional con la Roja no perdió detalle de la derrota por 2-1. Al día siguiente cerraba un acuerdo de rescisión con el Amorebieta y se ponía al frente de un histórico de Segunda división.

Entre sus primeras decisiones, Joseba Etxeberria decidió acabar con las rutinas. Los futbolistas reconocían cierto acomodo con los métodos de trabajo de Pep Martí así como con los planteamientos del preparador balear.

El exfutbolista del Athletic Club ha introducido costumbres de grupo. Como desayunar juntos antes de entrenar o irse a cenar al hotel de concentración. Un práctica para fomentar la convivencia y, al mismo tiempo, vigilar la alimentación de los futbolistas. Etxeberria ha impuesto un control diario del peso para garantizar el comportamiento profesional de sus jugadores. Quiere a sus pupilos intensos durante los 90 minutos porque basa su estilo en la agresividad y la velocidad.

‘Etxebe’ forjado en la cantera de la Real Sociedad pero explotado en el césped del Viejo San Mamés quiere trasladar a Tenerife esa sensación de ahogo que provocaba su Athletic a los rivales que pisaban la Catedral. Presión alta, velocidad en las transiciones y agresividad son las armas que pretende esgrimir en la isla canaria.

Hay jugadores que parecen haber despertado de la siesta. Es el caso de Juan Villar, autor de tres goles en los últimos tres partidos. Los mismos que había anotado en las primeras 26 jornadas. Aunque es cierto que durante el primer tramo de temporada el futbolista sufrió varias lesiones.

Otros como Vitolo, Suso o Casadesús han saltado del equipo. Los fichajes de invierno como Mula o Luis Milla, hijo del exfutbolista de Barça y Real Madrid, han cogido el relevo impulsando al equipo y consolidando esa idea de aire fresco. 

En los tres partidos dirigidos por el técnico vasco ha sumado 7 puntos que le han permitido despegar y acercarse a los puestos de play-off. Tenerife empieza a soñar con entrar en la lucha por la élite. Para ello deben mejorar la asignatura pendiente, ganar fuera de casa.